—Dice el chico que llega a casa borracho pasada la medianoche la mayoría de los días... —respondí mientras cerraba la puerta detrás de mí. Escuché el clic de la puerta al cerrarse y bloquearse automáticamente detrás de mí.
Caminé lentamente hacia la sala de comedor donde Hayden estaba sentado en la mesa del comedor. Me preguntaba qué quería de mí. No podía esperar a alejarme de él.
—¿Qué? —dijo Hayden sorprendido por mi réplica.
—Nada... —murmuré, dándome la vuelta para irme.
—Hmm...siéntate —ordenó Hayden, alto y claro.
Me volví para mirar a Hayden nuevamente. Estaba vestido todo de negro hoy y tenía que admitir que se veía impresionante. El traje, la camisa y la corbata negros resaltaban bien su cabello rubio y sus hermosos ojos azules. Lo siguiente que noté fue la abundante cantidad de comida en la mesa, que parecía intacta.
¿Estaba esperando cenar... conmigo?