Con la boca abierta y los ojos más abiertos de lo normal, Gabriel miraba la escena frente a él desarrollarse como una comedia de situación.
Excepto que no era un canal de televisión, era real.
Leonica era madre.
—¿Por qué dejaste la cita médica, Ash? —Leonica, a pesar del tono de regaño que tenía, le dio un beso en la frente al joven. —¿Sabes lo preocupada que estaba mamá? —preguntó, lo suficientemente alto como para que Gabriel lo escuchara, confirmando de hecho sus pensamientos.
Ese niño pertenecía a Leonica...
Pero ¿no había dicho ella que había abortado al bebé hace cinco años?
Entonces, ¿de quién era este niño?
¿De alguien más?
Imposible. El niño, Ash como ella lo había llamado, la había llamado madre y ella se había referido a sí misma como su madre.
Así que estaba claro para él que este niño, Ash, era su hijo, entonces ¿eso significaba que... ella había tenido otro hijo con otro hombre?