—¿Quién me envió a casa ayer? —preguntó Annette de manera tentativa, sintiéndose un poco culpable.
—Es Alfa Connor de la Manada de Luna Sangrienta —respondió Roxanne. Luego, emocionada, dijo:
—Annette, no esperaba que el hermano del que hablabas fuera el Alfa Connor. Él es tan bueno contigo.
—¿Él es bueno conmigo? —preguntó Annette, confundida.
Roxanne le contó a Annette lo que pasó anoche con emoción. Annette se sintió avergonzada después de escucharlo. No sabía cómo enfrentar a Connor.
Annette pensaba con una cara triste en la sala de descanso. En ese momento, entró una mujer. Miró a Annette y luego se dirigió a tomar una taza de café.
Annette se levantó y dijo a Roxanne:
—Roxanne, tengo que irme primero. Nos ponemos al día más tarde en el almuerzo.
Tomó su taza y estaba a punto de salir.
Al mismo tiempo, esa mujer también se dio la vuelta.
Antes de que las dos chocaran, ella derramó toda la taza de café sobre Annette.