Nathan miró la figura de Emily alejándose, contemplando la idea de seguirla.
—Nathan, entremos y resolvamos nuestros asuntos primero —Sophia agarró su mano.
—Tú adelante. Yo vuelvo a la oficina —Nathan la apartó con impaciencia.
—¿Vas a la oficina o vas tras Emily? —Sophia trató de contener su enojo—. Nathan, estoy llevando a tu hijo, y con tanta gente aquí, si algo me pasa, tu hijo podría estar en peligro.
El vestido blanco de Emily ya había desaparecido en la distancia.
—Sophia, tú insististe en conseguir el coche. ¿Estás provocando a Emily deliberadamente con esas palabras? —Nathan apretó los dientes, retirando su mirada a regañadientes, su tono no mejoró.
—Mi hijo también es su familia. Todos somos familia. Pensé que Emily simpatizaría con mi dificultad de estar embarazada, pero no esperaba que fuera tan insensible ahora —Los ojos de Sophia se enrojecieron, le lanzó una mirada resentida antes de bajar la cabeza tristemente.