La mazmorra daba miedo antes, ahora era aún más aterradora.
Parecía que el Rey había crecido en tamaño y se cernía sobre ella.
Se hundió en sí misma, temblando ligeramente.
Nunca había visto al Rey así antes y si lo había hecho, no podía recordarlo.
¿Por qué había tantas cosas que no podía recordar?
¿Podría ser el miedo que bombeaba rápidamente a través de sus venas?
—¿Su M-majestad? —tartamudeó.
—¡Deberías haberme dicho en cuanto empezaste a tener esos sueños!
Su pie se movía lentamente contra el suelo de piedra, dando un paso imperceptible hacia atrás.
—Yo--Yo--- no lo sabía —lloraba, con lágrimas en sus ojos.
¿Era por miedo o por el hecho de que sentía que debía haber hecho algo malo?
Realmente no lo sabía.
Había muchas cosas que no sabía en este momento.
Toda la certeza que tenía en su teoría y lo segura que había estado sobre todo hace un rato, parecen haberse desvanecido inmediatamente de ella.