Baski entró corriendo al vestidor y se quedó mirando a Sally. Una Sally diferente.
Con solo mirar a la chica, Baski ya sabía lo que planeaba hacer, y su corazón se rompió.
—No... no, Sally, no puedes. —dijo mientras avanzaba más adentro del vestidor.
Pero, Sally ya había tomado su decisión. —Puedo. Lo haré.
—Quieres tomar su lugar. —susurró Baski con temor.
Sally estaba vestida con la misma ropa exacta que Danika. Llevaba una peluca rubia en la cabeza... justo como el cabello de Danika. Las dos mujeres tenían casi la misma altura y complexión, y con una máscara, nadie notaría la diferencia.
—Oh Creador, ¡realmente quieres tomar su lugar! —exclamó Baski.
Sally asintió, mirándose en el espejo. Se ve... diferente. Llevando ropa tan elegante, parece tan sofisticada.
—Si se enteran, estarás en un gran problema, Sally. ¡Podrían ejecutarte por esto!