El aire en el exterior de la cocina de Chaldea estaba cargado de tensión. La misión había sido completada, y ahora era el momento de regresar. Sin embargo, los acontecimientos recientes habían dejado a todos en un estado de caos absoluto. Ritksuka, Mash, Nitocris, Vash y Jalter se encontraban reunidos, listos para volver a la base. Pero, a pesar de la misión cumplida, los ánimos seguían tensos.
Ritsuka, mirando a Jalter con una mezcla de preocupación y confusión, intentó acercarse a ella. "Jalter, espera. ¿Podemos hablar un momento?"
Sin embargo, Jalter no le prestó atención. Sus ojos, fijos en Vash, la seguían con una expresión decidida, casi ansiosa. Mientras Ritsuka intentaba alcanzarla, ella se limitó a ignorarlo por completo, caminando rápidamente tras Vash, como si él fuera la única persona en este mundo que realmente importara.
"¿Jalter...?" susurró Ritsuka, un poco herido, pero entendiendo la situación. La Servant tenía sus propios sentimientos, y parecía que ahora, más que nunca, Vash era el centro de su mundo.
Mientras tanto, Jalter, sin decir palabra, miraba al hombre que amaba, su mano suavemente acariciando su vientre, como si ya pudiera sentir la presencia de algo más. La idea de que estaba esperando algo de él, algo que no podía expresar aún, la llenaba de una extraña felicidad. Su rostro mostraba una mezcla de esperanza y cariño, aunque nunca lo admitiría abiertamente.
"Pronto..." murmuró, como si lo repitiera para sí misma, mientras Vash se alejaba para dirigirse a la cocina.
En la cocina, la situación era aún más caótica. Los platos volaban por los aires, algunos llenos de comida, otros vacíos, mientras los miembros de la facción de Artoria continuaban con su rebelión, empeñados en imponer su control. Emiya estaba atrincherado detrás de una mesa, su rostro lleno de sudor, intentando mantener la calma mientras todo a su alrededor estallaba en desorden. Cada vez que un plato pasaba volando, el hombre se agachaba y se refugiaba aún más tras su improvisada barricada.
"Esto es una locura", murmuró Emiya, tomando una profunda respiración. "Solo quería hacer algunos malditos ramen... ¿Cómo terminé aquí?"
Pero en medio del caos, alguien se acercó. Vash, sin perder su compostura, entró en la cocina, esquivando hábilmente los objetos que volaban hacia él. Sus reflejos eran rápidos, y su tranquilidad era casi inhumana. No le importaba lo que sucediera a su alrededor; tenía un propósito claro en mente.
"Bueno, parece que la situación necesita algo más... sustancioso," dijo con calma mientras comenzaba a abrir armarios, buscando ingredientes.
Con un movimiento rápido, comenzó a preparar una serie de platillos alemanes, sus manos moviéndose con una destreza que no correspondía con el entorno caótico. Salchichas, chucrut, y un toque de mostaza: todo tomaba forma bajo sus hábiles manos, a pesar del peligro inminente.
Boudica, quien había observado el caos desde lejos, se acercó silenciosamente a él, casi como si la gravedad de la situación la estuviera arrastrando hacia su presencia. Sin embargo, cuando intentó hablar, las palabras no salieron de su boca. Estaba atrapada entre lo que sentía y lo que quería decir, algo que no podía expresar con facilidad.
Vash no la miró de inmediato, pero la reconoció en cuanto se acercó. Con un suave movimiento, giró la cabeza hacia ella y, con una sonrisa tranquila, continuó con lo que estaba haciendo. Parecía que no le importaba la rebelión ni la guerra que estallaba a su alrededor; su atención estaba completamente centrada en lo que cocinaba.
Boudica, parada a su lado, no pudo evitar recordar un fragmento olvidado de su propio pasado, uno que nunca había contado. Sus ojos se nublaron por un momento, y las estrellas de la memoria volvieron a brillar en su mente.
La escena era de una noche tranquila, mucho antes de que Chaldea existiera. En un lugar apartado, bajo un cielo estrellado, estaba ella junto a otro Vash, un hombre completamente distinto pero que, en ese momento, sentía exactamente lo mismo que el Vash de ahora. Estaban juntos, observando el cielo nocturno, y en ese instante, Boudica recordó cómo su corazón había latido por él, cómo había sido capaz de dejarse llevar por los sentimientos de amor y paz, olvidando todas las batallas que había librado hasta ese entonces.
"Las estrellas..." susurró en voz baja, con una sonrisa melancólica, "Siempre he querido encontrar mi lugar bajo ellas."
Vash, sin volverse hacia ella, continuó preparando los platos mientras esquivaba los proyectiles voladores. Algo en su actitud, en su calma en medio del caos, le recordó a ese otro Vash. Alguien que también le había ofrecido una paz que no sabía si merecía. Boudica se quedó ahí, mirando cómo Vash trabajaba, mientras las estrellas de su pasado brillaban en sus ojos.
"No es el" murmuró, casi como un suspiro. Y por un breve momento, sintió que el caos en la cocina ya no importaba tanto.
El caos en la cocina de Chaldea parecía estar llegando a su fin. Mientras los últimos platos volaban por el aire y los gritos de los rebeldes resonaban en las paredes, Vash se mantenía sereno, como si nada fuera capaz de alterarlo. Sus manos no dejaban de moverse con destreza, preparando una comida alemana que, en medio del desorden, parecía ofrecer algo más que solo alimento: una especie de refugio temporal de la locura que invadía el lugar. Salchichas, chucrut y pan recién horneado comenzaban a aparecer en la mesa, y el aire se llenaba de un delicioso aroma.
Emiya, quien había estado atrincherado y completamente fuera de lugar en la cocina, vio una oportunidad. Aprovechando un breve respiro, se lanzó a la acción y ayudó a Vash a servir los platos. Juntos, entre risas nerviosas y gritos de guerra de los rebeldes, lograron poner la comida sobre la mesa.
"¡Esto no puede continuar así!" dijo Emiya con una sonrisa cansada mientras ponía el último plato en la mesa, mirando el caos que los rodeaba.
Al instante, el grito desgarrador de Cu Chulainn resonó en los pasillos cercanos"¡Lancer ga Shinza!" Su voz se escuchó clara, como si el legendario héroe hubiera caído, o tal vez regresado al trono de los héroes, se resbaló con un plato y se golpeo la cabeza con una mesa.
Sin embargo, como era costumbre en Chaldea, nadie le prestó mucha atención. La rebelión en la cocina era mucho más importante en ese momento que las proclamas de un Lancer épico. Nadie parecía realmente sorprenderse. El grito de Cu Chulainn se desvaneció rápidamente entre los murmullos de los demás Servants, quienes ya estaban más enfocados en la comida que en los destinos heroicos de los demás.
Las Artorias, tras una serie de momentos tensos y cómicos, comenzaron a calmarse. Había algo en la comida que Vash había preparado que les devolvía la compostura. Al principio, dudosas, pero luego, casi como si nada hubiera sucedido, comenzaron a comer tranquilamente. El bullicio de la rebelión fue reemplazado por el sonido de los tenedores y cuchillos, mientras las Artorias disfrutaban de su comida sin preocupaciones.
Los otros Servants, los que antes se habían unido a la rebelión, también comenzaron a tranquilizarse. Al principio, parecía que no podían dejar de hacer ruido, pero al ver la comida en la mesa y la expresión de Emiya, quienes más tarde se sentaron a comer comenzaron a pedir disculpas en coro: "Gomenasai", mientras se sentaban, arrepentidos por la destrucción de la cafetería.
Emiya, con su rostro serio pero satisfecho por el giro de los eventos, miró a los rebeldes con una mirada autoritaria. "Esto nunca más, ¿entendido? Chaldea no puede funcionar de esta manera," les reprendió. "Si vuelven a hacer esto, tendrán que limpiar todo el desastre que han causado, ¿estamos claros?"
Las cabezas de los Servants se inclinaron en señal de arrepentimiento. "Sí, Emiya-san," respondieron al unísono, como si se tratara de niños regañados por un maestro. Emiya, con una sonrisa casi imperceptible, asintió con satisfacción antes de que volviera la calma.
Vash, viendo que el caos había desaparecido por fin, se levantó de la mesa, satisfecho con su trabajo. Tomó un breve respiro, sintiendo que el caos de la cocina ya no era tan abrumador, y caminó hacia la puerta con dirección a su habitación. Quería descansar un poco después de toda esa locura, tomarse un respiro y dejar atrás el caos de la cocina.
Sin embargo, cuando se encontraba en el pasillo, justo antes de llegar a su habitación, una figura apareció de la nada. Da Vinci, con una sonrisa traviesa, se acercó a él, deteniéndolo en su camino.
"Vash," dijo con tono juguetón, "¿ya terminaste de salvar el día en la cocina?"
Vash la miró, ligeramente confundido, pero no mostró signos de sorpresa. "¿Da Vinci? ¿No deberías estar, no sé, en tu laboratorio o algo así?"
Da Vinci se acercó con una mirada curiosa, como si estuviera evaluando cada movimiento que él hacía. "Tal vez. Pero estaba pensando... ¿por qué no acompañas a un alma solitaria a una charla interesante?"
Vash la observó por un momento, sabiendo que no había forma de evitarlo. "¿Qué quieres, Da Vinci?"
Ella se rió suavemente, y con una mirada enigmática, dijo: "Oh, solo quería saber si alguien tan valiente como tú ha pensado alguna vez en lo que realmente pasa en las sombras de Chaldea. Ya sabes, esas historias que no se cuentan, esos secretos que todos parecen olvidar."
Vash suspiró, sabiendo que esta conversación iba a llevar más tiempo del que esperaba. "¿De qué hablas?"
Da Vinci, con un brillo en los ojos, comenzó a caminar junto a él mientras hablaba, de forma tranquila pero intrigante. "A veces, las personas como tú no se dan cuenta del impacto que tienen en este lugar... ¿Sabes lo que significa realmente ser un héroe en Chaldea?"
Vash, aunque desconcertado por el enfoque de Da Vinci, la escuchó en silencio mientras ambos caminaban por los pasillos, hacia un destino desconocido, donde tal vez descubrirían algo más profundo de lo que parecía.
Y mientras tanto, en la cocina, la calma volvió finalmente. El caos se desvaneció en una paz temporal, pero todos sabían que, en Chaldea, el próximo desafío nunca estaba demasiado lejos.
El pasillo estaba desierto, pero la tensión en el aire era palpable. Vash había intentado continuar su camino hacia su habitación sin ser interrumpido, buscando una tarde tranquila después del caos en la cocina. Sin embargo, no tardó en encontrarse con la figura familiar de Da Vinci, quien lo había estado esperando en una esquina, como si supiera que él pasaría por allí.
"Vash," comenzó Da Vinci, sonriendo de manera enigmática. "Parece que tu día ha sido largo. Pero, como siempre, todo el mundo necesita un pequeño descanso... o una charla."
Vash frunció el ceño, sintiendo que algo no estaba bien. "Da Vinci, ¿qué quieres?"
Ella se acercó con pasos tranquilos, casi con un aire de predador calculador. "Bueno, estaba pensando... tal vez es hora de que hablemos de algo importante. Ya sabes, de tus orígenes, de lo que realmente eres."
Vash se detuvo en seco, sus ojos se entrecerraron. "¿De qué estás hablando?"
Da Vinci dio un paso más cerca, su mirada fija en él, un brillo divertido en sus ojos. "He estado observando, Vash. He notado ciertas cosas, algunas piezas del rompecabezas que no encajan. Y, bueno, tengo una oferta para ti."
Vash intentó mantenerse tranquilo, pero algo en la voz de Da Vinci lo ponía alerta. "¿Qué tipo de oferta?"
"Quiero que me hables sobre tus orígenes, sobre quién eres realmente. Sé que no eres solo un hombre común, ¿verdad? Eres hijo de Reinhard Heydrich... y también... el Dios Hadou." Da Vinci lo miró con una sonrisa calculada. "Si me lo cuentas todo, yo... no le contaré a Ritsuka lo que vi. Y, por supuesto, no hablaré sobre lo que sucedió entre Jalter y Vash, y lo que vi... por sus camas."
Vash se exaltó, los ojos de él se agrandaron por un momento, y su pecho se llenó de una leve frustración. La mención de Jalter y los eventos que había presenciado en privado lo hizo sentir incómodo. ¿Cómo era posible que Da Vinci tuviera tantas cosas en su poder? ¿Por qué quería hacerle esto?
"¡Eso no tiene nada que ver con lo que te estoy pidiendo!" respondió, levantando la voz. Pero la calma de Da Vinci lo hacía sentirse aún más impotente.
Da Vinci rió con suavidad, disfrutando del control que parecía tener sobre la situación. "Oh, pero sabes que eso te afecta, Vash. Tú y tus secretos. Es una lástima que no quieras compartir un poco más de ti, ¿verdad?"
Vash respiró hondo, tratando de calmarse. Algo en el tono juguetón de Da Vinci, la forma en que lo presionaba, le decía que no tenía muchas opciones. Era claro que si no cedía, ella seguiría con sus pequeñas "inquisiciones" y su poder sobre la información. Finalmente, después de un breve silencio, Vash cedió.
"Está bien," dijo con voz firme pero resignada. "Pero quiero hablar en privado. Esto no es algo que deba decir a cualquiera."
Da Vinci sonrió ampliamente, sabiendo que había ganado. "¡Perfecto! Vamos a tu habitación, entonces. Estoy deseando escuchar todo."
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Una vez en la habitación de Vash, ambos se sentaron, y la atmósfera se volvió más seria. Da Vinci, ahora mucho más tranquila, sacó un cuaderno y un lápiz, dispuesta a escuchar cada palabra. Vash miró hacia la ventana un momento, como si buscara algún tipo de respuesta en el paisaje lejano. Luego, con un suspiro profundo, comenzó.
"Reinhard Heydrich no fue solo un hombre... fue el líder de un régimen, un monstruo con un plan de control y poder absoluto. Nació en una familia con grandes ambiciones, pero lo que la mayoría no sabe es que él... era más que un simple humano. Era un Hadou."
Da Vinci inclinó la cabeza, escribiendo cada palabra con cuidado, pero su mirada estaba llena de curiosidad. "¿Un Hadou? ¿Qué significa eso exactamente?"
Vash hizo una pausa, como si estuviera buscando las palabras correctas. "Un Hadou es un ser de poder inmenso, una especie de dios hegemonico o energía primordial. No pertenecen al mundo humano; son de una naturaleza mucho más antigua y compleja. Mi padre, Reinhard, fue influenciado por esta energía desde que nació. De alguna manera, sus actos... su poder... todo venía de este linaje."
Da Vinci levantó la vista de su cuaderno, observando a Vash con más intensidad. "Entonces, tú también eres parte de esa energía, ¿verdad? Eres hijo de un Hadou. Pero, ¿qué más hay? Siento que estás ocultando algo."
Vash no respondió de inmediato. Había algo dentro de él que no podía compartir, algo que todavía no estaba listo para contar. La información sobre Mercurius, el otro aspecto de su linaje, era algo que aún no podía revelar. Mercurius representaba una parte de su existencia que no entendía completamente, una parte peligrosa que podía desestabilizar todo lo que conocía. El conocimiento de Mercurius, aunque crucial, era también un peso del que Vash no estaba dispuesto a hablar. Y eso conlleva a hablar sobre shav y la existencia de kouha, este mundo no le conviene saber sobre eso.
Da Vinci, como si hubiera percibido su vacilación, sonrió con una expresión coqueta, juguetona. "Vash, ¿no me vas a contar todo? ¿Realmente quieres dejarme con este misterio tan grande? Ya sabes, soy muy buena guardando secretos... pero también soy curiosa. Si no me cuentas más, tal vez debas pensar en compartir algún pequeño detalle... ¿qué tal sobre esa serpiente que murmuraste? Estoy segura de que hay mucho más en tu historia."
Vash se tensó. La risa coqueta de Da Vinci resonó en sus oídos, y por un momento, sintió la presión de mantener la verdad oculta. La mirada de Da Vinci, su tono persuasivo y su coqueteo, lo desconcertaban, pero también lo dejaban atrapado en un dilema. ¿Qué debía hacer?
"Eso... eso no te concierne," dijo finalmente, con voz baja y decidida. "Lo que sé sobre esa cosa es algo que no debo compartir."
Da Vinci lo observó por un momento, su mirada aguda y comprensiva, pero también divertida. "Oh, Vash. Eres un misterio que simplemente no quiero dejar escapar. Pero lo que sea que ocultes, ya lo descubriré algún día."
Vash la miró fijamente, y aunque no dijo nada más, su silencio lo decía todo: esta conversación no había terminado. De alguna forma, Da Vinci siempre encontraría una manera de descubrir lo que él trataba de esconder. Y Vash sabía que, aunque esta vez había ganado, la batalla por sus secretos apenas comenzaba.
La habitación de Vash estaba tranquila, casi en un silencio inquietante. Da Vinci se había quedado allí, sonriendo enigmáticamente mientras presionaba a Vash para que compartiera más sobre su linaje. Pero él se mantenía firme, aunque con un creciente malestar. Sabía que Da Vinci no se detendría hasta obtener lo que quería, y parecía que, hoy más que nunca, sus intenciones eran claras descubrir los secretos que Vash guardaba con tanto celo.
"Vash, lo sé. Sabes que no puedo quedarme con las manos vacías. No quiero ser grosera, pero..." comenzó Da Vinci, con su voz suave y persuasiva, "espero que no me hagas usar métodos más... convincentes."
Vash frunció el ceño, sintiendo que la presión sobre él aumentaba. "No hay nada que decir, Da Vinci. No me importa lo que creas, pero no voy a hablar."
Da Vinci, sin perder su actitud tranquila, sacó un dispositivo de su bolsillo una tableta. "¿Estás seguro de que no quieres hablar? Porque, en este caso, te mostraré algo que podría hacerte cambiar de opinión."
Con un par de toques rápidos, encendió la tableta y mostró una serie de videos. En la pantalla, aparecían escenas de él y Jalter en situaciones privadas, conversaciones y momentos compartidos, momentos que, a pesar de ser personales, Da Vinci había logrado grabar en secreto.
Vash se puso rígido al ver las imágenes. Su rostro se tornó grave, y por un momento, los recuerdos de esos momentos se agolparon en su mente. No era solo vergüenza lo que sentía, sino una creciente frustración. No había manera de escapar de su situación.
"¿Cómo conseguiste esto?" preguntó, su voz tensa.
"Ya sabes que soy una mujer con muchos talentos", respondió Da Vinci con una sonrisa cómplice. "Pero no te preocupes, Vash. No te voy a delatar... si me das lo que quiero."
Vash respiró profundo, sintiendo el peso de la situación. No había escapatoria. Sabía que, si no cedía, Da Vinci podría hacer pública la información y eso podría alterar mucho más que solo su relación con Jalter.
Con una leve resignación, Vash asintió. "Está bien. Te lo contaré. Pero esto es lo único que vas a saber. No me hagas repetirlo."
Da Vinci sonrió, satisfecha, y apagó la tableta. "Eso es lo que quería escuchar."
Ok esta mujer ya lo estaba chantajeando demasiado."Te propongo algo v a s h~".
Da vinci sonrió e hizo a un lado su vestido."Te propongo un charla mas a tu gusto y por ende el mio".
Ambos se despojaron de sus vestimentas y prosiguieron a realizar el acto, una por curiosidad casi insana y el otro por no negarse a un buen rato.

ALERTA SUCULENCIA.advertencia lemon saltense esta parte.

"Bueno, ¿cómo podría decir que no a eso?", Dijo vash mientras agarraba firmemente las caderas de su da vinci para ayudar a alinear su polla hacia su objetivo.
vash se impulsó hacia delante con todo el poder que pudo, penetrando profundamente en el trasero de su amante.
Da vinci dejó escapar un grito agudo, o gemido, a vash no le importó lo suficiente como para darse cuenta ya que había cerrado los ojos para concentrarse en el agujero increíblemente apretado que acababa de reclamar.
vash comenzó a bombear bruscamente sus pulgadas de carne dentro y fuera del culo de da vinci con el único objetivo de correrse y llenar el culo de Da vinci con todo el semen que pudiera.
Mientras vash embestía, la cara de Da vinci se frotó con fuerza contra las sabanas de su cama.
vash mantuvo un agarre muy firme sobre las caderas de Da vinci para ayudar a mantener un ritmo constante para follarla. Un culo que vash agradeció a la científica por crearlo.
Pero por mucho que a vash le encantará la increíble estrechez que rodeaba su polla, y los silbidos y gemidos forzados que da vinci dejaba escapar, vash sabía exactamente qué haría que las cosas fueran aún mejores.
De repente, vash dejó de bombear dentro de Da vinci. El rubio dominante giró su mitad superior y se inclinó hacia atrás para no tener que separarse de su querida amante.
Fuera de la vista de Da vinci, vash ajustaba la postura de sus estocadas que se aceleraban.
"N-no, no te dejaré..." comenzó Da vinci, antes de ser interrumpida de inmediato.
"Entonces, ¿No quieres la información? "vash sonrió burlonamente en su voz.
"..."
"Eso es lo que pensé", dijo con satisfacción mientras se inclinaba sobre el cuerpo de Da vinci escuchando los gemidos que salian de sus labios.
"... Por favor, vash... ¡por favor, fóllame! ¡Por favor, cógeme el culo y eyacula dentro de mí!" Da vinci casi gimió, algo por lo que vash tendría que recompensarla más tarde.
Al escuchar la gritar en celo, vash puso otra sonrisa sádica antes de comenzar a embestir una vez más.
vash rápidamente comenzó a enviar su longitud profundamente dentro del culo de da vinci, solo que ahora también tiró de su cabello como una señal adicional de su relación.
"¡Sigue rogando por ello!", menciono mientras movía sus caderas hacia adelante y hacia atrás, reclamando por completo un nuevo agujero para su placer.
"¡Por favor, vash! ¡Por favor¡Por favor, fóllame! "gritó Da vinci, casi sonando alegre...
vash no pensó demasiado en lo verdaderamente necesitada, vash la estaba cogiendo, cogiendo a la mujer que lo habia estado chantajeando y espiando.
Las caderas de vash golpeaban constantemente el trasero de Da vinci y emitían un sonido de bofetada húmeda mientras el pre-semen de vash cubría su vara y el trasero de da vinci, pero algo más vendría pronto.
vash tiró de su cabello nuevamente, haciendo que la cabeza de da vinci miraba al techo mientras soltaba gemidos satisfactorios...
Da vinci todavía lograba gemir con dificultad, el agarre casi hizo que sus sensores de placer se activaran al máximo, haciéndola correrse en el acto.
"¡OOOHHHH!AHHH~ ahh~" gimió Da vinci mientras se corría sobre las sabanas blancas.
vash apenas registró el sonido mientras se acercaba a su propia liberación.
Todas las palmadas húmedas de carne contra carne, los gemidos que dejaba escapar Da vinci, la estrechez del culo alrededor de su polla y el conocimiento de lo "incorrecto" que era todo esto.
Finalmente llego a su climax.
"¡Oblivion!", fue todo lo que gritó vash mientras se empujaba lo más que podía dentro del trasero de da vinci antes de explotar profundamente dentro de ella.
El semen cálido y espeso de vash inundó el culo apretado de Da vinci, provocando gemidos fuertes y calientes tanto de la científica como del heredero.
Con sus mentes sumidas en una momentánea neblina de absoluta felicidad, sus cuerpos instintivamente rodaron y empujaron uno contra el otro para sacar hasta la última gota de semen de vash como pudieran.
Con pequeñas embestidas finales de vash, y Da vinci casi distraídamente girando sus caderas hacia su nueva obsesion dominante.
vash finalmente volvió a ser el mismo y optó por un acto más de dominio.
Saliendo del culo lleno de semen, vash tiró del cabello castano en sus manos para doblar a Da vinci hacia atrás y empujó su polla cubierta de semen dentro de la boca cálida y húmeda.
"Mmmmm, sí, eso es, limpia un poco de tu desorden. Es para lo que hiciste ese trato~", tarareó vash mientras agarraba con fuerza la garganta de da vinci con la mano que no tiraba con fuerza de esa caballera.
Da vinci hizo lo que le dijeron, inclinó la cabeza lo mejor que pudo sobre la longitud y pasó la lengua por la intimidante carne para asegurarse de tragar todo el semen que había. A pesar de saber dónde había estado la polla en su boca, estaba cubierta de tanto semen que ni siquiera Da vinci podía decir que sabía a otra cosa que delicioso, tal vez podría esperar una cena temprana o un almuerzo extra grande.*¡pat,pat,pat!* *¡Golpe!*
Sonidos de palmadas húmedas resonaban en las paredes mientras vash, follaba el culo de dicha.
"¡Oh, sí,! ¡Tu trasero sigue estando jodidamente bien después de un rato!"
Da vinci respondió mordiéndose el labio con más fuerza, casi haciéndose sangre, en un esfuerzo fallido por mantenerse callada. Da vinci no estaba segura de cuánto tiempo había estado allí, siendo utilizada, dejó de llevar la cuenta hace algunas horas. Todo lo que Da vinci había conocido durante los últimos momentos fueron las estocadas en su ser y los gemidos que salian de su garganta.
"¡Oooooohhhhh! ¡Aaaaaahhhhh!" Da vinci gimió mientras su cuerpo era empujado a otro orgasmo al tener su trasero devastado por las pulgadas de vash.
"Sí, así es,te encanta esto, ¿no?", le preguntó vash a Da vinci, esperando la respuesta.
"Sí, señor... me encanta tener su increíble polla en mi", dijo Da vinci con una ira que todavía se resistía y que sonaba clara en su voz.
"¡Sí, lo haces, ¡MMMM! ¡Ahora toma esto!" vash volvió a rugir con satisfacción mientras disparaba otra carga de su esperma en el trasero por cuarta vez en las últimas horas.
"O-oh ahh~ ahh~ ", dijo Da vinci en voz baja mientras sentía el cálido semen de vash fluir dentro de ella. "...p-por favor... más~", dijo Da vinci en voz baja otra vez, aunque no lo suficientemente baja.
"¿Qué?", preguntó vash de repente, sorprendida por las palabras de da vinci
"¿Q-qué?" respondió Da vinci mientras su mente comenzaba a entrar en pánico.
—Tú... tú acabas de pedir más... ¿en serio estás disfrutando esto?..."Pregunto mientras agarraba el cabello de Da vinci para que sus ojos se encontraran, mostrando que los de vash. Si bien más de una pequeña parte de vash estaba excitado por los sonidos de da vinci, vash había estado usando específicamente el culo y la garganta de Da vinci sin tocar su coño con el expreso propósito de torturarla sexualmente, aunque parecía que las cosas no habían ido tan bien como había planeado.
"Lo siento, pensé que te gustaría escuchar eso y... pensé que tal vez serías más indulgente conmigo", dijo Da vinci en un tono dócil mientras miraba los ojos con una sonrisa al parecer se dejo llevar un poco.
"... Entiendo", dijo vash simplemente, apretando más el cabello de Da vinci.
Da vinci tragó saliva con miedo. "¡No, no, no! ¡Todo iba tan bien!", pensó Da vinci mientras su plan comenzaba a desmoronarse.
"Dime la verdad, querida o juro por la tumba de la ss que me aseguraré de que no disfrutes lo que haré a continuación".
Da vinci sopesó sus opciones...
"Fui yo."
"¿Qué? ¿Qué hiciste?" vash volvió a preguntar, sin querer jugar a ningún juego de palabras.
"Fui yo quien... planto las camaras en tu habitación y las que siguen a los equipos en las misiones", dijo Da vinci vacilante mientras sentía que el agarre de vash en su cabello se aflojaba, sin duda por la sorpresa.
"¿Q... qué? ...no me lo esperaba"
vash se quedó paralizado. Su mente se llenó de preguntas al darse cuenta de lo que acababa de decir.
"¿Tú... querías que te hiciera esto?"
"Sí"
"No lo entiendo."
"Bueno eres un enigma y me encantan los enigmas, y si puedo conseguir algo de disfrute no veo razon de negarme". Da vinci dijo esto mientras miraba directamente a los ojos de vash, solo mirando hacia otro lado avergonzada al final.
"... Entonces planeaste esto desde el principio... " dejo de entender el misterio que solian ser las mujeres desde hace tiempo.parecía que su cuerpo ya había tomado su decisión, ya que su polla se había vuelto dura una vez más, todavía dentro del culo de Da vinci.
"Está bien. Si quieres compensarme con esto, está bien. Te usaré tanto como quiera y todo lo que tendrás¿Qué te parece?", preguntó vash mientras soltaba el cabello de Da vinci y finalmente sacaba su polla.
"Absolutamente celestial, vash. Aunque… nunca antes he usado este cuerpo a profundidad… así que… ya sabes —dijo Da vinci con un sonrojo en su rostro, claramente ya no planeaba ocultar sus sentimientos sobre toda esta situación obscena.
"Je, realmente querías esto.Está bien, ponte boca arriba y abre bien las piernas".
"Sí~"
Y con eso, Da vinci se recostó en la cama y abrió bien las piernas. Después de esto, vash tenía la intención de traerla de vuelta hacia el, necesitaba follar este coño con fuerza.
vash agarra las jugosas caderas de Da vinci y pasa su polla por el sexo tan necesitado y chorreante de ella. el coloca las piernas de da vinci sobre sus hombros para que los pies de Da vinci apunten hacia el techo mientras vash se mueve un poco sobre sus rodillas para alinearse con el coño.
"¿Estás lista,?", preguntó vash mientras miraba a la mujer ansiosa de lujuria con sus ojos verdes.
"¡Sí mi-oooooohhhh!" Da vinci gritó en éxtasis cuando vash no esperó a que terminara antes de empujar sus pulgadas profundamente en el desesperado coño de da vinci.
"¡Ooh! ¡Ooooohhh! ¡Aaaahhhh!" gimió Da vinci mientras heydrich la penetraba profundamente, finalmente aliviando una picazón que la había estado torturando durante gran parte de su dia. Era asombroso, finalmente había encontrado al indicado para dominarla. vash la embestía de un lado a otro con un abandono imprudente, ya empujando a Da vinci al borde del orgasmo, aunque ambos sabían que esto no terminaría pronto.
"¡O-Oh vash! ¡Estoy a punto de correrme! ¡Estoy a punto de correrme!", gritó Da vinci con euforia.
"¿Hablas en serio? ¿Te he estado follando durante menos de un minuto y ya estás ahí?... jeje. ~" vash medio bromeó mientras estaba realmente sorprendida por lo rápido que ya había llevado a Da vinci al límite, también podía ver cómo toda esta situación iba a ser incluso más divertida de lo que pensaba.
"¡S-Sí! ¡ahhhh~! -aaaaahhhhhh!" Da vinci gritó mientras su coño se apretaba alrededor de la polla de su interes y la apretaba con todas sus fuerzas mientras el orgasmo más intenso de la vida de Da vinci (hasta ahora) la invadía y, a pesar de los mejores esfuerzos de su coño, solo el líquido preseminal fue exprimido de la vara de vash.
vash detuvo sus embestidas por un momento mientras sentía que el cuerpo de da vinci se tensaba y casi vibraba por el intenso orgasmo que le había provocado. vash incluso se sintió lo suficientemente misericordiosa como para dejar que Da vinci tomara algunas respiraciones profundas y acaloradas... por un momento. Después de todo, si Da vinci hablaba en serio sobre ser la acompañante, entonces tendrían que ponerse a trabajar en su resistencia más temprano que tarde, y miren eso, llegó antes.
Sin previo aviso, vash volvió a embestir el ahora sensible coño de Da vinci, enviando bruscamente su polla profundamente en la hendidura de da vinci. Por supuesto, Da vinci, siendo la servant que es, solo se reveló en el acalorado desenfreno y, a pesar de su respiración agitada, solo deseaba que vash siguiera follándola.
Mientras Da vinci solo podía pensar en la polla de vash reclamándola, vash mismo se estaba distrayendo un poco mientras continuaba follando tontamente, los pechos bastante grandes de dicha mujer rebotaban con su cuerpo mientras las embestidas la mecían de un lado a otro. Sabiendo que no podría ignorar las dos distracciones grandes y suculentas, vash rápidamente se inclinó sobre da vinci que gemía, dejando que las piernas de dicha mujer se deslizaran y envolvieran su espalda mientras tomaba uno de los pezones de Da vinci en su boca mientras manoseaba el otro.
"¡Oh, Dios vash!", gritó Da vinci mientras su neblina de placer se extendía aún más de lo que creía posible, llevándola al borde una vez más.
A pesar de concentrarse en el sabor y la sensación de los pechos de Da vinci, vash escuchó claramente el grito orgásmico de da vinci y sintió que las paredes empapadas se volvían a apretar alrededor de su polla. Sabía que acababa de empujar para que se corriera de nuevo, pero esta vez, no dejó de empujar, fingió no notar siquiera que el cuerpo de da vinci se tensaba, Da vinci gritó que se estaba corriendo, en cambio, vash siguió chupando y manoseando los pechos mientras la follaba hasta el orgasmo.
La mente de Da vinci estaba completamente perdida en el placer que felizmente le estaban "obligando" a entrar. Recuperar el aliento se estaba volviendo cada vez más difícil y también se estaba volviendo cada vez menos importante en su mente. Aunque incluso esos pensamientos de feliz sumisión fueron expulsados de su mente consciente cuando vash cambió el tratamiento de sus senos, de modo que ahora estaba chupando el seno que solo había manoseado mientras que el que había estado chupando ahora estaba siendo agarrado firmemente y jugado con una mano fuerte.
"¡OH! ¡OH vash! ¡OH A-AAAAHHHH!" gritó Da vinci mientras el único pensamiento consciente que le quedaba en la mente era el de el...reclamándola.
el propia vash mentiría si no dijera que sus propios pensamientos comenzaban a perderse en la neblina sexual, su propio orgasmo se acercaba, su propia necesidad de escuchar los gemidos explícitos de da vinci.
Sin embargo, vash quería durar un poco más, ya que el coño caliente y siempre necesitado de Da vinci complacía su vara más que en cualquier otra ocasión y ahora vash quería que su esclava tuviera un orgasmo al menos una vez más antes de que ella lo hiciera. Después de todo, decir que hizo que se corriera tres veces antes de que lo hiciera le daría algunos derechos de fanfarronería importantes. Entonces, para distraer su mente de la fricción de su carne, vash movió su cabeza hacia arriba a lo largo del cuerpo debajo de el, colocó su cabeza justo sobre la de Da vinci y finalmente presionó sus labios contra los de ella.
Sus lenguas se precipitaron inmediatamente hacia la otra, queriendo conocer el sabor del otra mientras continuaban follando. Las embestidas de vash se ralentizaron solo un poco ya que su mente estaba prestando al beso más atención de la que pretendía, no es que eso significara que iba lenta, vash seguía empujando su polla tan rápido y bruscamente como Da vinci siempre había soñado, solo que ahora vash envió algo de atención para dominar otro de los agujeros, Da vinci ciertamente no se quejaba.
Las lenguas giraban alrededor una de la otra como si fuera el último beso que tendrían, lo que por supuesto estaba lejos de la verdad, pero eso no importaba en ese momento, porque en ese momento caliente, húmedo y perfectamente.
Al menos en la mente de Da vinci, si vash no solo podía follarla hasta el cielo, sino también besarla, entonces tal vez realmente pudiera perdonarla por extorcionarlo, y tal vez aún... incluso amarla.
Sin embargo, esos pensamientos fueron rápidamente dejados de lado para pensarlos más tarde mientras Da vinci se acercaba a otro orgasmo mientras vash se acercaba a su primero desde el verdadero comienzo de su nueva vida.
Aunque ambos se apartaron del beso con cierto pesar, ambos también necesitaban gritar su lujuria.
"¡Oh, joder, da vinci, estoy a punto de correrme! ¡Quiero decir que te prepares! ¡Prepárate para el semen!", gimió vash tan dominantemente como pudo.
"¡OH-OH SÍ! ¡P-POR FAVOR! ¡LLÉNEME CON TU LECHE!" gritó Da vinci.
vash le da varias embestidas finales y fuertes, antes de hundir su vara tan profundamente como pudo en Da vinci, llenando por completo el coño de da vinci con una carga extra grande de su semen. Por supuesto, Da vinci también tuvo un orgasmo, e incluso más fuerte que antes, ya que finalmente tuvo la semilla de vash rociada dentro de ella.
vash dio un par de embestidas pequeñas después de sentir que su carga principal de semen la abandonaba en un esfuerzo por hacer que las paredes internas de Da vinci exprimieran la mayor cantidad posible de esperma de ella. Después de eso, los amantes permanecieron quietos por un momento mientras ambas sentían que sus cuerpos se relajaban y recuperaban el aliento. Las piernas de Da vinci se soltaron de la espalda de vash y, sin decir palabra, vash se puso de pie y miró a su amante.
"Límpiame", dijo vash mientras señalaba su polla que estaba cubierta con una mezcla de su propio semen y el de Da vinci.
Da vinci, cuyo coño todavía goteaba copiosas cantidades de semen, sonrio y cumplio con el pedido.
FIN DE LA SUCULENCIA.
Horas después, Da Vinci salió de la habitación de Vash, su traje algo desordenado y con una ligera sonrisa de satisfacción en su rostro. Su caminar era algo peculiar, como si estuviera cojeando, aunque no por dolor, sino más bien por la sensación de haber obtenido lo que deseaba. El aire a su alrededor estaba cargado de una satisfacción un tanto traviesa mientras se dirigía a su taller.
Vash, por su parte, se quedó en su habitación, reflexionando sobre lo que acababa de compartir con Da Vinci. La conversación había sido incómoda, pero había logrado salvarse por el momento. Sin embargo, sabía que Da Vinci no era alguien que se conformara fácilmente. Había dejado muchas cosas por descubrir, y su curiosidad solo se había incrementado con el tiempo. En cuanto a lo que había revelado sobre su linaje, era algo que preferiría no haber tenido que decir, pero no tenía opción.
Esa noche, cuando la oscuridad se había asentado y el bullicio de Chaldea había disminuido, Vash se encontraba en su cama, sumido en sus pensamientos. De repente, la puerta se abrió lentamente y una figura familiar entró en la habitación.
Era Jalter.
Con una mirada un tanto celosa y una ligera incomodidad en su rostro, Jalter se acercó a la cama y se sentó junto a él. Sin mediar palabra, se tumbó a su lado, rodeándolo con su brazo, como si necesitara estar cerca de él para calmar una inquietud que la consumía.
"Vash..." murmuró Jalter, su voz baja y casi celosa. "¿Por qué estuviste tanto tiempo con Da Vinci esa perra? No me gusta que te hayas quedado a solas con ella... tanto tiempo."
Vash la miró, sorprendido por el tono de su voz. Había algo en su mirada que no le era habitual: una mezcla de celos y algo más, quizás inseguridad. Su rostro se suavizó, y, en un gesto de cariño, abrazó a Jalter con suavidad.
"No pasó nada, Jalter," le dijo, acariciando su cabello. "Solo fue una conversación. No tienes de qué preocuparte."
Jalter, a pesar de sus celos, no se apartó. Se acurrucó más cerca de él, como buscando una sensación de seguridad en sus brazos. "Lo sé... pero no me gusta que te acerques tanto a ella. No puedo evitarlo."
Vash la abrazó con más fuerza, sus palabras un susurro en la oscuridad de la noche. "No tienes que preocuparte. Lo único que quiero es estar contigo."
Jalter cerró los ojos, sintiendo el calor de su cercanía. Aunque sus inseguridades seguían allí, algo en la calma de Vash le dio consuelo. Sabía que, a pesar de todo lo que había sucedido en la jornada, aún había una conexión entre ellos, algo que no podía ser fácilmente roto. En ese momento, los dos se quedaron juntos, abrazados en la cama, el silencio de la noche envolviéndolos mientras, a lo lejos, los ecos de las preocupaciones y los secretos de Chaldea seguían resonando.
Ella se acercó quitando las sábanas, viéndolo aun sin su ropa dirigió su atención sobre su miembro flácido, tomándolo en sus manos para sacudirlo y hacer que se pusiera erecto.
"Yo me encargaré de quitarte su hedor *chupar* shurrlp shurrllp"mumuro jalter antes de llevarse el miembro a su voca, y comenzar a hacerle una felacion.
Pero, por ahora, Jalter y Vash estaban juntos, y eso era lo único que importaba en ese instante.