Lo primero que notó Jalter cuando se despertó fue el placer.
Era un placer con el que se había familiarizado, el placer egoísta de tener a alguien que cumpliera con sus deseos.Todavía podía sentir su calor, su semen llenaba sus entrañas y la llenaba de una manera que le agradaba. Todavía se le escapaba y se acumulaba debajo de su trasero, las sábanas ya no podían absorberlo.Había un dolor fresco allí y alrededor de su espalda baja, y aunque todo su cuerpo todavía le dolía, la mayor parte había comenzado a ser sofocado bajo su mana haciendo su trabajo.
Así que la había follado después de que ella se desmayara. Eso también explicaba lo fresco que se sentía su semen dentro de ella, todavía derretido. Y por la forma en que se sintió temblar cuando intentó apretarse, él también la había hecho correrse, inconsciente o no. Era un testimonio de cuánto había dominado su cuerpo. Ahora era más suyo que de ella.Sus ojos dorados se abrieron y vieron la luz de la habitación. Contó en silencio los segundos mientras intentaba levantarse del charco de fluidos suyos y de vash.
Gracias a la tensión de sus brazos, logró levantarse para sentarse, y el semen en su trasero salió a chorros y la hizo jadear antes de poder mirar el resto de la habitación.Una habitacion sencilla y sin muchas cosas materiales.
A excepción de una fotografía en su mueble. jalter la obserbo aburrida no mostraba mucho solo a una mujer sonriente con el cabello negro ojos verdes y vestimenta blanca sonriendo levemente. Jalter no sabia quien era, vash la había colocado desde que llego y pregunto quien era, el respondió que era alguien especial.
Estaba sentado en su escritorio dándole la espalda.
En otros tiempos, se habría sentido molesta ante la sola idea de que alguien más viera lo que él le había hecho, lo que le hacía a diario. Ahora no le molestaba. Le encantaba.
Jalter movió las piernas hacia un lado de la cama e intentó ponerse de pie. Más semen caliente brotó de su interior para unirse al charco refrescante que rozaba sus nalgas. Fue un desafío ponerse de pie, sus piernas temblaron mientras su mano se agarraba al poste de la cama para mantenerse en pie. Sintió que la esencia de vash comenzaba a correr por sus piernas incluso cuando su interior todavía se sentía lleno.
—Ah, estás despierta. —No se giró para mirarla, sino que tomó lo que parecía ser un tazón de fruta y probarlo..
Ella caminó medio a paso lento, medio a trompicones, hacia él. No fue un largo paseo, pero era un testimonio de lo mucho que la habían usado antes y después de quedar inconsciente, que incluso con aura, todavía se sentía fuera de sí.A cada paso, sentía que su coño y su tracero se apretaban alrededor del aire vacío, el movimiento parecía exprimir más del semen de su amor y el comienzo de una renovada excitación en sus labios inferiores.
Apenas había logrado caer de rodillas a su lado si el no la hubiera atrapado.
"Cuidado querida, no deberías dormir un rato mas".
Jalter apoyó la cabeza en su hombro, disfrutando de su tacto el dejo su tazón aun lado y la sostuvo suavemente para llevarla a la cama y usar azul para limpiar todo.
"Me toca turno en la cocina descansa un rato y luego ve a comer"
"Esta bien…..tonto" murmuro cuando el la arropo y cubrio con las sabanas ahora limpias.
El laboratorio de Da Vinci era un caos ordenado, como siempre. Dispositivos mecánicos, papeles dispersos con anotaciones y planos de ingeniería por todas partes. Sin embargo, en esa tarde, la mente de la génia estaba ocupada con algo más que simples inventos. Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y concentración mientras recorría sus notas en busca de algo específico.
"¿Puedo hacerlo?" murmuró para sí misma, girando un frasco pequeño entre sus manos. Dentro, un poco de líquido blanco que había obtenido de Vash en un intercambio anterior. Las muestras, que había recolectado durante su encuentro con él, permanecían lo mas intactas posible en su laboratorio, y Da Vinci no podía dejar de preguntarse si podría usarlas para algo más grande, algo revolucionario.
Había tenido una revelación, una visión que la mantenía intrigada desde hacía días. Vash, a pesar de su naturaleza casi mítica y su historia misteriosa, no era un ser común. Había algo en él, algo único que podría permitirle recrear lo que ella más deseaba un nuevo Hadou. ¿Pero cómo hacerlo?
El Plan A: Usar las muestras de Vash
Lo primero que se le ocurrió fue usar las muestras de Vash que había recogido dentro de ella, pensando en sus posibilidades. Sabía que su linaje era especial, pero algo le decía que no bastaba con solo unos cuantos galones. Necesitaba más, algo que quizás Jalter pudiera proporcionarle. Da Vinci se preguntó si los restos de Vash que ella había encontrado sobre Jalter —como una especie de residuo biológico— podrían ser la clave para recrear un seudo-Hadou.
"Muestras biológicas... residuos de sus interacciones..." Da Vinci pensó en voz alta, y su rostro se iluminó con una sonrisa traviesa. "Eso podría funcionar."
La relación entre Vash y Jalter había evolucionado, y no pasó desapercibido para Da Vinci que Jalter estaba completamente apegada a él. Su relación había comenzado a ser más visible, y Da Vinci veía en ello una oportunidad única.
El Plan B: Acercarse de nuevo a Vash
Si no podía obtener las muestras de Jalter de una manera indirecta, tal vez debería tomar el camino más directo. Vash era un hombre difícil de leer, pero ella sabía cómo obtener lo que quería, y sus ojos brillaban con una determinación que indicaba que estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario.
"Tal vez debería ir directamente a la fuente," murmuró mientras caminaba por su laboratorio, tomando notas en su libreta. "¿Cómo lo haré? Tal vez las consiga de el si juego bien mis cartas.
La luz del día comenzaba a desvanecerse en Chaldea, pero Leonardo da Vinci no estaba interesada en descansar. En su laboratorio, rodeada de artefactos, planos y experimentos, se encontraba absorta en sus pensamientos. En su mente, la misma idea giraba y giraba, como una obsesión que no podía soltar: la posibilidad de crear un seudo Hadou.
Desde que conoció a Vash, la figura que había aparecido de la nada, el hombre que poseía rasgos de divinidad, su curiosidad científica había crecido a un nivel casi peligroso. Lo que más la intrigaba no era solo la fuerza de Vash, ni el misterioso linaje que él representaba, sino la única pregunta que persistía en su mente: ¿qué sería posible si pudiera recrear a un Hadou?
Había trabajado incansablemente con los fragmentos de información que había logrado obtener de Vash. Sabía que los Hadou eran entidades poderosas, seres semidivinos, y si bien era imposible replicarlos de manera exacta, la creación de algo cercano era un reto que la fascinaba. Y ahora, con el tiempo y los recursos adecuados, la recreación de un Hadou no solo parecía posible, sino casi inevitable.
Da Vinci, mientras jugueteaba con un pequeño dispositivo, comenzó a hacer cálculos sobre lo que necesitaría. "Muestras... muestras de Vash." Pensó en voz baja mientras sus dedos recorrían una pizarra llena de ecuaciones y teorías. Su mente se desvió a algo más audaz, algo que podría traerle la información que deseaba sin mucho esfuerzo... muestras de Vash a través de Jalter.
Lo había observado todo este tiempo. Jalter, la mujer con la que Vash compartía una relación tan cercana, casi inseparable. Ella era la clave, o al menos lo era en teoría. Si pudiera obtener algo de ella, algo que tuviera el mismo "toque" de Vash, entonces podría acercarse a la esencia que buscaba. Sabía que, al estar tan cerca de él, Jalter era una fuente ideal.
No, no quería algo tan invasivo como una muestra directa de Vash. Eso implicaría acercarse demasiado y arriesgarse a perderlo. Pero si lograba obtener una muestra indirecta, algo que Vash hubiera dejado atrás en ella, eso podría ser la clave. Esos residuos de contacto, de cercanía… serían perfectos para sus experimentos.
"Un cabello, un fragmento de piel, o incluso residuos de su... relación," murmuró para sí misma mientras se mordía el labio, pensativa. "No importa cómo lo consiga, siempre que sea suficiente."
El rostro de Da Vinci se iluminó con una sonrisa satisfactoria mientras pensaba en el camino que debería seguir.
Estrategia, pensó Da Vinci. Necesitaba encontrar una forma de acercarse a Jalter sin levantar sospechas, sin que nadie sospechara sus intenciones. Sabía que Vash, aunque no lo admitiera, estaba muy protector con ella, por lo que cualquier movimiento que pudiera parecer extraño pondría en alerta a la pareja.
Entonces, un plan comenzó a formarse en su mente, uno en el que ella se infiltraría sin que Jalter se diera cuenta. Da Vinci, con su facilidad para moverse entre las sombras y su capacidad para manipular situaciones a su favor, ideó un escenario perfecto en el que Jalter jamás sospecharía nada.
Más tarde esa tarde, después de que todos se dispersaron por sus respectivos lugares, Da Vinci se dirigió a la habitación de Jalter que ya no usaba tan amenudo. Sabía que Vash, en ese momento, no estaba cerca, lo que la ponía en una posición ventajosa. Estaba segura de que si Jalter estaba sola, podría hacer lo que necesitaba sin levantar demasiadas preguntas.
Cuando llegó, tocó suavemente la puerta. "Jalter, ¿te molesta si paso un momento?" La voz de Da Vinci era suave, inocente, casi como si no tuviera ninguna intención más que la de ser una amiga.
Jalter, que estaba descansando en la cama, levantó la vista sorprendida al ver a Da Vinci entrar sin previo aviso. "Oh, Da Vinci... ¿qué pasa?" Su tono era neutral, pero en sus ojos brillaba algo de curiosidad y animosidad por la genio. Aunque no la conocía como a Vash, Jalter sabía que la científica era una persona algo molesta, y no siempre confiable.
"Solo quería ver cómo estabas, ya sabes... y también tenía una idea para un proyecto. No te preocupes, no te tomaré mucho tiempo."
Jalter asintió lentamente, aunque permaneció en la cama, sin mucha energía para interactuar. "Bueno, si es algo rápido, adelante."
Da Vinci sonrió con suavidad y se acercó lentamente. "Es una idea tonta, pero estaba pensando en un experimento... más bien, un simple análisis. He estado trabajando en algunos materiales raros, y me preguntaba si podrías darme una pequeña muestra de... de tus residuos de esparma que vash, haya dejado en ti."
Jalter frunció el ceño, y se exalto "¿Mi que?" replicó, sorprendida por la solicitud. "¿Para qué?"
Da Vinci se apresuró a explicar, sin mostrar ni la más mínima vacilación. "No te preocupes, no es nada raro. Verás, he estado trabajando en algunos estudios de contacto y... bueno, como has estado tan cerca de Vash, tus organos reproductivos podrían tener rastros interesantes. Sólo quiero ver si hay algo que se pueda estudiar de manera más científica."
Jalter la observó durante un largo momento, su mirada fija en Da Vinci. Algo en sus palabras no sonaba completamente correcta, pero era una solicitud tan invasiva como para rechazarla de inmediato. Después de un breve silencio, Jalter suspiró.
"!Estás loca perra alejate de mi maldita perra!."
Da Vinci se acercó con cautela y, de forma extremadamente sutil, saco una jeringa y aprovechando su distancia injecto el dispositivo en el cuello de jalter dejandola inconciente.Dejó a jalter sobre su cama y se dispuso a despojarla de su mitad inferior, con cuidado abrió su vagina notando un liquido cristalino que salió y al estimularla un poco, otro líquido mas espeso y blanquecino salio de ella. Tomando un recipiente recolecto lo que pudo metiendo dos dedos para estimularla y extraer mas muestras quería obtener demasiado, solo lo suficiente para realizar sus experimentos sin levantar sospechas. La científica sintió una pequeña satisfacción al ver cómo se realizaba su plan, pero también una extraña sensación de culpabilidad.
Más tarde, después de que Da Vinci dejara la habitación de Jalter, una sensación incómoda comenzó a invadir su mente. "¿Realmente estaba haciendo lo correcto?" Se preguntó, mientras observaba el frasco con la fuente de vida en su laboratorio. La satisfacción de avanzar en sus investigaciones chocaba contra el malestar de la invasión en la privacidad de otra servant.
Sin embargo, no podía negar lo que le impulsaba a seguir adelante: el deseo de comprender a Vash, su linaje, y lo que podría significar para sus propios planes.
Era una obsesión científica, sí, pero a veces las obsesiones eran lo único que impulsaba a alguien a conseguir lo que deseaba, aunque a un alto costo.
Con el material en su laboratorio y una nueva chispa de inspiración en sus ojos, Da Vinci se preparó para lo que estaba por venir: una nueva etapa de experimentación en su búsqueda por crear algo aún más grande, algo que ni siquiera ella podría haber imaginado.
Da Vinci estaba sumida en su trabajo, completamente concentrada en las muestras que había obtenido durante la misión anterior. Frente a ella, una serie de dispositivos y pantallas de alta tecnología se alineaban en su laboratorio, mientras sus manos rápidas escaneaban, analizaban y registraban la información con la precisión de una experta científica. Cada muestra era una pista, cada análisis una nueva teoría por comprobar.
La habitación estaba llena de frascos y tubos de ensayo, cada uno con líquidos de colores inusuales y brillantes que parecían cobrar vida propia bajo la luz de la lámpara. Da Vinci sonrió para sí misma, viendo cómo sus cálculos comenzaban a dar frutos. La investigación era su pasión, y en momentos como estos, nada la detenía.
Sin embargo, a medida que se sumergía en su trabajo, un sonido suave, casi imperceptible, la distrajo. Giró la cabeza y vio que el monitor de su escritorio comenzaba a parpadear. Su expresión cambió, la curiosidad reemplazando su sonrisa. Había algo fuera de lo común en la energía que había captado durante la misión. Algo que no podía ignorar.
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Mientras tanto, en una habitación cercana, Jalter despertó con un sobresalto. Sus ojos se abrieron de golpe, desorientada, mientras un leve dolor de cabeza la atacaba. Estaba recostada en la cama, en una posición algo incómoda. Se tocó la cabeza con una mano, frunciendo el ceño. *¿Qué pasó?* Se preguntó mientras intentaba recordar los eventos recientes.
No recordaba mucho, solo fragmentos dispersos y confusos. Recibió una sensación de inquietud, pero no podía identificarla con precisión. Sentía que algo había ocurrido mientras estaba inconsciente, pero su mente no lograba organizar los recuerdos. Estaba sola en la habitación, el lugar quieto y en silencio, pero la atmósfera parecía diferente, como si algo hubiera cambiado mientras dormía.
Con una respiración profunda, se sentó en la cama, frotándose los ojos. *¿Dónde está Vash?* Pensó, pero el lugar parecía vacío. Aunque todavía se sentía algo confundida, Jalter no era de quedarse en la cama. Se levantó con determinación, buscando alguna pista sobre lo que había ocurrido.
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En la cocina de Chaldea, Vash estaba ocupado preparando más comida para las Artorias, y las Artorias, en particular, parecían disfrutar de sus platos. El aroma delicioso de la comida llenaba el aire mientras Vash movía las ollas y sartenes con una precisión que solo alguien acostumbrado a moverse en situaciones rápidas podría lograr.
A pesar de la acción frenética de preparar varios platos, su mente no dejaba de ir hacia Jalter. Recordaba cómo había tenido que dejarla descansar tras el sexo que tubieron. Vash suspiró, preocupado por lo que había sucedido, pero por el momento, su enfoque estaba en preparar una comida sustanciosa.
De repente, una figura apareció en la entrada de la cocina. Era Scáthach, su expresión seria, pero los ojos brillando con una curiosidad latente.
"¿Sigues trabajando en la cocina, Vash?" preguntó, observando los ingredientes con una ligera sonrisa. "Parece que tienes más que suficiente para alimentar a todo el cuartel."
Vash levantó la vista y sonrió levemente. "Siempre es bueno tener algo preparado para todos. Las Artorias son un grupo... exigente, ¿sabes?" bromeó mientras ajustaba la temperatura de la parrilla. "¿Te gustaría un poco de mi especialidad?"
Scáthach levantó una ceja, divertida por su tono relajado. "No soy muy dada a la comida en abundancia, pero, ¿por qué no? De todos modos, tengo curiosidad por saber cómo puedes mantenerte tan tranquilo con todo lo que está pasando."
"Me gusta mantenerme ocupado," dijo Vash mientras volteaba una sartén con habilidad. "Si me quedo quieto demasiado tiempo, empiezo a pensar en... otras cosas. Como la ss, las relaciones pasadas, lo que está pasando con Jalter... y por supuesto, lo que está sucediendo.
Scáthach lo observó detenidamente. "Parece que tienes muchas preocupaciones. Aunque tal vez no sea solo el trabajo lo que te distrae. Hay algo en tu manera de hablar que me dice que estás evitando algo."
Vash no pudo evitar sonreír ante la observación tan certera de la reina de las Sombras. "Eres muy astuta, Scáthach. Pero por ahora, estoy tratando de concentrarme en algo que me sea más sencillo. Como... cocinar."
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De vuelta en la habitación de Jalter, la joven servidora finalmente se levantó y se dirigió hacia la puerta. Estaba dispuesta a encontrar respuestas, pero al abrir la puerta, fue recibida por un ambiente extraño. Las luces de los pasillos parpadeaban levemente, como si algo no estuviera del todo bien con la energía de Chaldea.
A medida que caminaba por los pasillos, Jalter comenzó a sentir una presión extraña en el aire, como si alguien o algo estuviera observándola. El silencio en la base se hacía más denso, como si algo estuviera a punto de ocurrir. Su corazón latía un poco más rápido, mientras intentaba no dejar que la paranoia se apoderara de ella.
Sin embargo, cuando llegó a la cocina, el sonido de la comida en preparación la hizo detenerse. Vash estaba allí, con su espalda hacia ella, moviéndose con calma mientras cocinaba. En ese instante, el alivio que Jalter sintió al verlo fue evidente. A pesar de la confusión que aún tenía, ver a Vash le dio un poco de consuelo.
"Vash..." dijo con voz suave, aún sintiendo la incomodidad de no recordar lo que sucedió. "¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí?"
Vash se dio vuelta y, al ver su expresión, supo que algo no estaba bien. La preocupación se reflejó en su rostro, aunque intentó disimularla con una sonrisa. "Parece que te desmayaste por un rato, Jalter. ¿Te sientes bien?"
Jalter asintió lentamente, aunque la incomodidad aún la invadía. "Solo... siento que algo falta. Pero ahora no importa. Lo que quiero saber es... ¿cómo estás?"
Vash la observó por un momento, entendiendo que había mucho más bajo la superficie, pero por ahora, lo único que podía hacer era asegurarle que todo estaba bien. "Estoy bien, Jalter. Pero si necesitas hablar, sabes que siempre estoy aquí."
La respuesta de Vash, aunque simple, pareció calmarla un poco. En ese momento, Jalter se permitió relajarse, aunque no podía evitar la sensación de que algo estaba a punto de cambiar.
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En el laboratorio, Da Vinci estaba más inquieta de lo que le gustaría admitir. Las muestras que había escaneado parecían tener una energía desconocida, un residuo de algo mucho más grande que lo que Chaldea había enfrentado hasta ahora. Sabía que algo importante se avecinaba, pero no podía precisar qué exactamente. Las piezas del rompecabezas no encajaban aún.
"¿Qué está pasando aquí?" murmuró para sí misma, mientras sus dedos se deslizaban rápidamente sobre el teclado, intentando acceder a más información.
La misión de hoy había sido solo una rutina, pero Da Vinci sabía que no todo era tan sencillo como parecía. Un nuevo desafío estaba comenzando a formarse, y solo el tiempo diría cuán grande sería.
Mash caminaba por los pasillos de Chaldea, su mente hecha un caos mientras una tristeza profunda se apoderaba de su pecho. La imagen de Ritsuka y Kama seguía doliendo en su corazón. Había sido testigo de cómo él había recibido el afecto de la diosa del amor, con una sonrisa llena de complicidad y cariño hacia ella. Mash sabía que su amor por él no era correspondido, pero ver ese gesto de cercanía entre ellos, tan natural, la desgarraba por dentro.
A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. No podía soportar más esa sensación de ser invisible para él, de ser solo una amiga más en su vida mientras Ritsuka parecía estar abriéndose a otros, especialmente a Kama.
Sintió cómo su corazón se rompía lentamente, cada latido más doloroso que el anterior. La tristeza era insoportable, y solo deseaba escapar. No quería que nadie la viera, no quería escuchar palabras vacías de consuelo. Solo necesitaba estar sola.
Sin saber exactamente a dónde ir, Mash se adentró en un pasillo apartado. En su mente solo resonaba la idea de alejarse de todos, de no tener que enfrentarse a la realidad que acababa de presenciar. Quería encontrar un rincón donde pudiera esconderse y llorar en silencio, lejos de todo.
Pero cuando menos lo esperaba, una voz tranquila interrumpió sus pensamientos.
"¿Mash? ¿Estás bien?"
Era Vash, con su tono amigable y genuino. Él siempre había sido alguien con quien podía contar, aunque no compartieran todo. Mash levantó la vista, sorprendida de encontrarlo justo en ese momento, en ese lugar. La mirada preocupada de Vash la hizo detenerse, su respiración agitada por el llanto que aún no había podido ocultar.
"No... no estoy bien..." dijo entre sollozos, su voz quebrada por la emoción. "Es que... no soy suficiente nunca soy suficiente, Vash. Senpai... él prefiere a otra, y yo... yo no puedo hacer nada."
Vash la observó en silencio, sin decir palabra alguna por un momento. No necesitaba hacer preguntas, pues podía ver el dolor reflejado en los ojos de Mash. A pesar de su naturaleza reservada, Vash no era ajeno a la angustia de los demás. Sin pensarlo dos veces, extendió sus brazos hacia ella.
"Ven aquí," dijo, su voz calmada y llena de un consuelo que ella no esperaba, pero que necesitaba desesperadamente.
Mash, abrumada por sus emociones, corrió hacia él y lo abrazó con fuerza. Las lágrimas siguieron cayendo sin cesar, pero no importaba, porque en ese momento lo único que sentía era la calidez y el consuelo que Vash le ofrecía. Él la sostuvo en sus brazos, permitiéndole llorar sin interrupciones, sin juzgarla.
Scáthach, que había estado observando desde un rincón cercano, se sorprendió al ver cómo Mash, una de las personas más reservadas y fuertes que conocía, se entregaba tan vulnerablemente a Vash. No podía evitar sentir una pequeña chispa de sorpresa ante la genuina conexión entre los dos. En su experiencia, los lazos de ese tipo eran raros y complejos, especialmente en un lugar como Chaldea, donde todos estaban tan centrados en la misión.
"Vash... no sabía que eras tan... cercano a ella," comentó Scáthach, su voz suave pero cargada de una curiosidad que no podía disimular.
Vash, que seguía abrazando a Mash con paciencia, respondió sin apartar la vista de la joven que lloraba en su pecho. "A veces, la gente solo necesita saber que alguien está ahí para ellos," dijo, su tono tranquilo comprendía lo que era estar solo. "Mash ha pasado por mucho, y no todos tienen a alguien en quien confiar. Yo solo trato de ser esa persona, cuando me necesitan."
Scáthach, aunque aún observaba la escena con una leve sorpresa, no dijo nada más. Era evidente para ella que Vash tenía una manera única de conectarse con las personas, y eso, aunque no lo admitiera abiertamente, era algo que le causaba una profunda reflexión.
Mash finalmente se separó de Vash, aún con la mirada perdida en el suelo, pero con una ligera calma en su rostro. Su llanto había cesado, y aunque el dolor seguía presente en su pecho, ya no se sentía tan abrumada. Vash, con una sonrisa suave, le ofreció un pañuelo.
"Está bien sentir lo que sientes, Mash," dijo Vash, limpiando con suavidad sus lágrimas. "Lo importante es que sigas adelante, aunque sea un paso a la vez. No estás sola."
Mash asintió, agradecida por la comprensión y el apoyo. Aunque las heridas en su corazón aún estarían allí por un tiempo, algo dentro de ella se aligeró. Vash había sido su ancla en ese mar de emociones turbulentas, y ahora sentía que podía respirar un poco más fácil.
Scáthach, viendo la interacción, reflexionó por un momento. Aunque su propio mundo estaba lleno de batallas y desafíos, no podía evitar admirar la manera en que Vash, sin esfuerzo alguno, conseguía calmar las tormentas emocionales de quienes lo rodeaban. Había algo en él que le hacía querer conocer más, algo que se extendía más allá de sus habilidades de combate.
Finalmente, después de unos momentos de silencio, Vash rompió la quietud. "Si necesitas hablar más tarde, sabes dónde encontrarme, Mash. No tienes que cargar todo este peso sola."
Mash levantó la vista, le dio una pequeña sonrisa tímida y asintió. "Gracias, Vash... en serio."
Scáthach observó un instante más y, antes de alejarse, le ofreció a Mash una mirada de comprensión. "El dolor puede ser un buen maestro si sabes aprender de él. No olvides que tienes tu propio poder."
Aunque las palabras de Scáthach fueron algo crípticas, Mash las entendió. De alguna forma, sentía que estaba comenzando a encontrar un camino para seguir adelante, paso a paso.
Con la compañía de Vash y la silenciosa presencia de Scáthach, Mash no se sintió tan sola como antes. Aunque el amor no correspondido seguía en su corazón, ahora sentía que había algo más grande que la tristeza: la fuerza para seguir adelante.
Vash había llevado a Mash a su habitación, asegurándose de que descansara y se recuperara de la tormenta emocional que acababa de atravesar. Mientras tanto, en la cocina de Chaldea, Jalter estaba terminándose lo que Vash le había preparado con su toque característico una mezcla de sabores reconfortantes, justo lo que ella necesitaba para calmar sus nervios tras el caos emocional que había vivido en los últimos días. Ademas era bueno tener algo en el estómago que solo su sustancia blanca, que tanto le encantaba pero era aburrido siempre tomar cada mañana.
La cocina, como siempre, era un lugar de calor y actividad, pero esa tarde había un aire extraño. Boudica, quien había estado limpiando algunos platos cerca de la ventana, no podía evitar sentir una creciente inquietud. Sus ojos seguían a Jalter, quien estaba sumida en sus pensamientos, pero, de vez en cuando, la mirada de la guerrera celta se deslizaba hacia la puerta, como si estuviera esperando a alguien, o más bien, tratando de confirmar algo.
Finalmente, Boudica no pudo soportarlo más. Se acercó a Jalter con una expresión tensa, sus pasos firmes pero con una pequeña duda reflejada en su rostro. Se detuvo cerca de la mesa donde Jalter estaba, su mirada fija en ella.
"Jalter," comenzó Boudica, su voz firme pero cautelosa."Podrías hablarme de Vash"
Su mente exigia saber ¿Es cierto que... él es Vash? El que conocido... el que estuvo en mi vida antes... o es solo otro doppelganger?
Jalter levantó la mirada sorprendida por la pregunta directa y molesta. Durante un momento, su expresión se tornó algo confusa, sin saber exactamente cómo responder. Había algo en la manera en que Boudica la miraba que la ponía incómoda, una especie de presión que la obligaba a pensar con más claridad. Sin embargo, Jalter no podía evitar sentirse algo irritada por la curiosidad que la guerrera celta mostraba. Después de todo, ella había tenido su propio vínculo con Vash, y no necesitaba que nadie más viniera a cuestionarlo.
"¿Por qué te preocupa eso?" respondió Jalter finalmente, con un tono algo más mordaz de lo que había intencionado. "Vash me comprende... más de lo que crees. Él entiende mi sed de venganza, por lo menos la necesidad de castigar a aquellos que me traicionaron, el no me juzga por quemar a esos miserables humanos." Sus ojos se oscurecieron por un instante al recordar las cicatrices de su pasado, las traiciones que todavía la perseguían. "Vash no solo lo entiende, también me acepta tal y como soy."
Boudica la observó en silencio mientras las palabras de Jalter flotaban en el aire. La guerrera celta no decía nada, pero había una sensación creciente en su interior, como si algo no encajara del todo. Podía sentir que algo más profundo estaba en juego. Era imposible que Jalter estuviera tan tranquila al hablar de la sed de venganza y la traición, de ese deseo tan oscuro que la marcaba, sin que hubiese algo más detrás de todo esto. Sin embargo, Boudica decidió seguir adelante con la conversación.
"¿Y Vash? ¿No te ha dicho nada sobre su leyenda? ¿Sobre su historia?" preguntó, sin poder ocultar el leve temblor en su voz. "¿Algo que hable de su pasado, de lo que vivió antes de llegar aquí?"
Jalter la miró algo confundida. Sabía que Vash había mencionado fragmentos de su vida, pero nunca había querido profundizar demasiado en eso. Ella no le había pedido detalles sobre su pasado, y Vash, como siempre, había mantenido su distancia en esos aspectos. Sin embargo, una extraña inquietud empezó a crecer en su pecho.
"No sé de qué hablas," dijo Jalter, casi con desdén. "Vash solo me ha contado algunas cosas... Lo que hizo en la SS,Un tal Reinhard Heydrich me suena a estúpido, pero no ha hablado de nada más." Su tono de voz era un tanto evasivo, como si, al mismo tiempo, quisiera ignorar cualquier duda que pudiera surgir sobre Vash.
Pero Boudica, al escuchar esas palabras, experimentó una sacudida profunda en su interior. Sus ojos se agrandaron y, por un momento, la cocina se llenó de un silencio pesado. La mención del nombre *Reinhard Heydrich* evocó recuerdos oscuros y aterradores en su mente. El nombre de un hombre con un poder incomparable, un hombre con una influencia que trascendía los límites del tiempo y la historia. Un hombre que había sido una figura central en su vida, no por voluntad propia, sino por las fuerzas que lo rodeaban.
"¿Dijiste *Reinhard Heydrich*?" preguntó Boudica, su voz apenas un susurro, como si las palabras mismas le costaran salir. "¿El mismo Reinhard que... que estaba involucrado con él?"
Gritos y fuego caído del cielo, tanta destrucción y muerte proviniendo de un solo ser.
Jalter frunció el ceño, sin entender completamente la reacción de Boudica. Pero la guerrera celta estaba perdida en sus propios pensamientos, el reconocimiento de la información comenzando a llenar el vacío de su memoria. La conexión era demasiado clara para ignorarla. No solo era el nombre de su pasado que había sido mencionado, sino también los fragmentos de esa historia que le hablaban de algo mucho más grande y aterrador.
Boudica dio un paso hacia atrás, con la expresión petrificada mientras todo se encajaba en su mente. "No... No puede ser. Vash, ¿el mismo que estuvo con Reinhard? ¿El Vash que conocí... él era parte de todo eso?" murmuró para sí misma, como si los recuerdos antiguos, las sombras de su propio pasado, comenzaran a tomar forma.
Jalter, viendo la transformación en Boudica, comenzó a comprender que algo mucho más grande estaba sucediendo, algo que probablemente Vash no había contado a nadie. Había algo oculto detrás de esa historia, una conexión de la que Vash no había hablado, algo que seguramente influiría en todo lo que conocían sobre él.
"Boudica..." Jalter comenzó a decir, pero Boudica la interrumpió, su mente abrumada por lo que acababa de descubrir.
"Vash... no es solo un hombre común," dijo Boudica, su voz temblorosa pero cargada de certeza. "Hay más en él de lo que aparenta. Su historia... está tejida con las sombras de la historia misma. Y si lo que dices es cierto, si lo que mencionas sobre su conexión con Reinhard es real... entonces este hombre no es solo una Servant más.
Jalter permaneció en silencio, su mente ignorando el hecho de ver a la tonta cocinera y ver su traje preguntandose si a vash le gustaria que se vistiera asi.
La historia de Vash no solo estaba marcada por sus acciones como Servant, sino también por las huellas de un pasado oscuro que ahora parecía venir a reclamarse.
El aire en la cocina se volvió tenso, y ambas se quedaron en silencio, mirando al vacío, sin saber qué hacer con la nueva verdad que acababan de descubrir. Boudica tenía el corazón lleno de incertidumbre, y Jalter, aunque no comprendía todos los detalles, empezaba a darse cuenta de que las conexiones entre el pasado de Vash y el suyo propio podrían ser mucho más profundas de lo que se había imaginado.
Lo único claro ahora era que, tal vez, la historia de Vash no solo cambiaría el destino de aquellos a su alrededor, sino también el curso de sus propias vidas.
Boudica estaba perdida en sus pensamientos, su mente no podía dejar de dar vueltas alrededor de lo que acababa de descubrir. La conexión entre Vash y Reinhard Heydrich, ese nombre que evocaba tanto poder y muerte, la había desconcertado por completo. Pero había algo más que no podía ignorar: las sombras del pasado de Vash, las huellas de una vida anterior que ella misma conocía tan bien. Había un dolor compartido, una sensación de haber sido forjado en las mismas circunstancias.
Era evidente que este Vash no era el mismo hombre con el que había cruzado caminos en otra vida, pero había algo en él que la hacía pensar que sí. Algo en su presencia, en su manera de ser, que la conectaba con los ecos de su propio destino. Sin embargo, había una parte de su historia que seguía siendo un misterio, un detalle crucial que la mantenía inquieta: su brazo izquierdo.
En su mente, la imagen de un Vash con un brazo prostético surgió, igual que el de su propio Vash, aquel que había tenido cuando lo conocio, un brazo de un metal verde casi asimilando uno humanoide. El pensamiento de que este Vash pudiera tener el mismo destino, la misma necesidad de reemplazar una parte de su cuerpo con un artefacto, la desconcertaba aún más.
Por eso, decidió buscar respuestas.
Fue entonces que hizo otra pregunta a jalter.
"Oye ¿y ahora que te pasa?" preguntó Jalter dejando su plato de comida ahora vacio a un lado sin ver la inquietud en los ojos de la guerrera celta.
Boudica, su voz cargada de una mezcla de preocupación y curiosidad. "Dime, ¿Vash... tiene un brazo prostético? ¿Uno que reemplaza su brazo izquierdo?"
Jalter la miró fijamente, algo sorprendida por la pregunta. "No," respondió después de un momento, segura de lo que decía. "Vash no tiene ningún brazo prostético. Puedo asegurarlo con certeza. Su brazo es completamente normal, no hay nada extraño en él."
Si normal….cuando la tocaba la sujetaba y la abrazaba y.
Tuvo que reprimir un gemido cuando su zona empezó a calentarse y sentir ese hormigueo.
Las palabras de Jeanne fueron un golpe directo al corazón de Boudica. Había creído que quizás este Vash, al igual que su propio Vash, había tenido que reemplazar una parte de sí mismo, pero la realidad era diferente. No había nada en él que indicara que estuviera marcado por el mismo destino que ella había vivido. Su brazo izquierdo seguía siendo el mismo, intacto. Una pequeña decepción la invadió mientras se quedaba en silencio, perdida en sus propios pensamientos.
"Vash no tiene un brazo prostético..." murmuró para sí misma, pero antes de que pudiera continuar, una nueva voz interrumpió su reflexión.
"¡Oye, Vash! ¡La comida!" Chulainn, el famoso Lancer, apareció en la puerta de la cocina, seguido de cerca por Aquiles y Diarmuid. Los tres entraron con una actitud relajada, como si su llegada fuera lo más natural del mundo.
Boudica se giró, apartando su mente del tema del brazo prostético y de su decepción momentánea. "¿Qué ocurre, Chulainn?" preguntó, mirando al lancer celta mientras él se acercaba a la mesa donde había quedado parte de la comida que Vash había preparado anteriormente.
"¿Comida?" Chulainn repitió con una sonrisa amplia, mientras se sentaba en una de las sillas. "He estado entrenando como loco, ¡y tengo un hambre voraz! Aquiles, Diarmuid, ¿ustedes no tienen hambre también?"
Aquiles, siempre tranquilo ajusto su bufanda y asintió. "Claro que sí. La comida de aqui nunca decepciona."
Diarmuid, por su parte, no podía evitar sonreír ante la energía de sus compañeros. "Parece que siempre que hay comida, hay guerra por llegar a ella," dijo con tono burlón, pero sin dejar de mirar los platos que aún estaban sobre la mesa.
Boudica se permitió una pequeña sonrisa ante la actitud despreocupada de los tres, pero su mente aún seguía atrapada en sus pensamientos. Sabía que el misterio sobre el brazo de Vash no iba a resolverse tan fácilmente, pero en ese momento, su atención se centró en la interrupción de la conversación. El cansancio de los tres guerreros y su hambre estaban más presentes que sus inquietudes internas.
"Supongo que todos necesitamos un poco de descanso," dijo Boudica, tratando de dejar de lado la decepción momentánea. "Vayan a comer, entonces."
Chulainn no perdió tiempo y se sirvió con entusiasmo. "¡Esto tiene una pinta impresionante!" exclamó mientras servía una gran cantidad de comida en su plato. Aquiles y Diarmuid siguieron su ejemplo, aunque con menos exageración.
Boudica se quedó mirando por un momento, observando la dinámica entre los tres guerreros. Aunque no podía dejar de sentir una pequeña frustración, también sabía que su tiempo para resolver las preguntas sobre Vash aún no había llegado. Después de todo, todo en su vida había sido una búsqueda, una lucha para encontrar respuestas que parecían siempre escapar de su alcance.
Mientras tanto, Jalter observaba a Boudica con atención. Había notado cómo su mente seguía trabajando, cómo no podía deshacerse de la sensación de que algo importante se estaba perdiendo. Sin embargo, en este momento, todo lo que podía hacer era esperar, como todos los demás.
"Genial ahora esa vaca vieja con tetas, quiere acercarse a el," murmuró Jeanne para sí misma, mientras el sonido de los tres guerreros disfrutando de la comida llenaba la cocina.
Boudica no dijo nada, pero asintió levemente. Quizás tenía razón. Quizás era cuestión de tiempo para que las piezas del rompecabezas se encajaran. Pero, por ahora, todo lo que podía hacer era seguir adelante y esperar a que las respuestas se revelaran de la manera en que siempre lo habían hecho: inesperadamente.
La habitación de Mash estaba en silencio, el sonido suave de la respiración de la joven Servant era lo único que se escuchaba mientras descansaba en su cama. A pesar de la paz que la rodeaba, su mente estaba llena de pensamientos confusos. Había tantas emociones revueltas en su corazón que no podía dejar de pensar en lo que había sucedido esa noche. La sensación de vulnerabilidad, de sentirse apoyada por alguien tan cercano, le había dado un respiro en medio de todo el caos.
Vash había sido un amigo constante para ella, y aunque sus sentimientos eran complejos, ella no quería que ese momento de cercanía se desvaneciera tan rápido. Fue en ese instante cuando decidió que quería más de esa comodidad, más de esa presencia cálida que solo él le proporcionaba. Por eso, cuando vio que Vash estaba a punto de irse de la habitación, algo dentro de ella la impulsó a reaccionar.
Con timidez, se levantó y caminó hacia él, sujetándolo por la muñeca antes de que pudiera salir. "Vash..." murmuró, su voz temblorosa. "¿Podrías quedarte un poco más?"
Vash se detuvo en su lugar, sorprendido por el gesto. Miró a Mash, notando su nerviosismo, pero también una sinceridad en sus ojos que no pudo ignorar. Después de un pequeño silencio, asintió con una suave sonrisa. "Claro, Mash. Si eso te hace sentir mejor."
Agradecida, Mash se acomodó nuevamente en la cama, mientras Vash se sentaba al lado de ella. No intercambiaron muchas palabras, pero la cercanía entre ellos era suficiente para hacer que Mash se sintiera más tranquila. Al final, ambos se quedaron dormidos en esa habitación tranquila, sin decir nada más, pero con la sensación reconfortante de estar juntos.
"Entonces...….algo que quieras pedir"
Ella se sonrojo bastante ante la idea que paso por su cabeza, si senpai no la apreciaba entonces...nada le impedia experimentar emociones por si misma.
Y eso hizo
Y lo haría mientras vash se moviera. Dentro y fuera, de nuevo adelante y atrás, follando la garganta de Mash durante un minuto largo y completo. No hubo nada más que eso, solo una acción descuidada y demasiado entusiasta. El descargó sus frustraciones en la peli rosa en ese minuto y lo disfrutó, incluso mientras dejaba a la kouhai progresivamente sin aliento, robándole literalmente el oxígeno de sus pulmones. Por ese momento, a el le importó darle la satisfaccion que buscaba.

Así fue, hasta que se embistió con fuerza y sostuvo a Mash contra su pelvis,agarró a Mash, que gorgoteaba y no respiraba debido a las sensaciones que sentia.
—Para alguien tan timido como tú, son necesarias algunas medidas más intensas —dijo vash con un toque cantarin y bajó la polla—. Espero que puedas soportarlo, señorita Kyrielight.
Presionó con fuerza la cabeza de su pene contra la entrada inferior de Mash. Sintiendo lo mojada que estaba, lo poco preparada que podía estar, vash estaba listo para ello, y tenía todo el lubricante que necesitaba. No necesitaba prepararse más que eso, y con el corazón latiendo con la mayor excitación que tenia ahi mismo, se movió. Apretó y se preparó para follar a Mash con toda la energía que pudiera reunir.
El se hundió con fuerza. Empujó el grosor de su carne hacia abajo en ese coño suave y blando, y lo hizo con una intensidad temeraria. Empujó hacia abajo y envió su polla embistiendo contra la estrechez del coño de Mash sin más. La gruesa carne de la misma abrió sus labios exteriores, empujando esos pétalos rosados a lo largo de su polla y estirándolos en un intento hambriento de entrar. El embistió y se enterró en el cuerpo adolescente de la semi servant sin más.
Mash jadeó. No podía hacer mucho más que eso, no en su estado de desesperación y tensión. Estaba demasiado mareada, demasiado aturdida por la follada, demasiado cautivada por la fuerza y ternura con la que la tocaban y trataban. No pudo protestar cuando vash la penetró con fuerza en el coño, hundiendo la polla en su interior. En un momento, el rubio mayor la llenó, llenándola por completo en cuestión de segundos. La brusquedad de sus movimientos era intensa, e incluso si Mash era una servant, recibirlo no parecía fácil.
El sonido que hizo Mash fue intenso y jadeante, pero a vash no le importó. No le importó mucho en absoluto, y simplemente embistió con su eje a esa chica que pidio su atencion. La chica sin aliento emitió un ruido tenso cuando fue embestida por completo con su polla dura como una piedra y lubricada con sus jugos, pero a vash no le importó. Se deleitó con los sonidos, pero no se concentró en ellos. Simplemente movió sus caderas hacia abajo en un arco de movimiento brusco y penetrante, y embistió a Mash de lleno sin dudarlo ni considerarlo.
—Nnnngh —gruñó vash— . Está bien. Me sorprende que lo estés,bien considerando que es tu primera vez.
Sin preámbulos, empujó a Mash hasta el fondo y se deleitó con ello. Disfrutaba de la estrechez, la calidez que rodeaba su polla. Había pasado desde la mañana que había tenido un buen coño, mucho menos un coño adolescente caliente y apretado envolviendo su polla. Estar dentro de él era maravilloso, y en su estado de sobreintensidad y excitación, se sentía maravilloso, y ahora que estaba tan excitado, no podía distinguir el bien del mal y le importaba dónde empujaba su polla, solo que lo hacía.
Fue agradable y vash quería más. No debería querer más, pero lo quería y lo intentó. Carecía de sentido, claro, pero felizmente, aunque con demasiado entusiasmo, echó las caderas hacia atrás, sacando su polla de ese coño apretado en un arco de movimiento listo. Se liberó con un sorbo húmedo, pero lo hizo principalmente para disfrutar del tacto de los pliegues apretados a lo largo de su eje. Esa fue la guinda del pastel, y eso la hizo gemir de placer mientras se apartaba de todo. Se retiró, se liberó y se extrajo a medias.
Fue solo por un momento. No lo suficiente para ser considerado una pausa, y no lo suficiente para que Mash tuviera la más mínima esperanza de orientarse correctamente. No, no se dio cuenta cuando vash embistió hacia adelante nuevamente, bajando y rodeando su largo y grueso trozo de carne. Ese grueso y corpulento pilar de carne de pene embistió contra su apretado y joven coño, empujándolo con una fuerza claramente febril.
El grosor de la polla se estrelló contra Mash y la atascó por completo. No había dudas al respecto. vash se introdujo tanto que la chica chilló, y cuando la punta de esa polla de verdad golpeó el cuello uterino de Mash, se vio reducida a pequeños y rápidos jadeos. Eso era lo que pasaba cuando algo tan largo y duro se estrellaba contra el coño de alguien, y fuera lo que fuera lo que Mash hubiera esperado o con lo que hubiera tenido experiencia en el pasado, no estaba preparada para eso.
El miembro de su superior estaba en un nivel completamente nuevo, y por eso Mash jadeó tan poderosamente cuando golpeó la entrada de su útero. La niña se estremeció y se sacudió cuando ese bulboso casquete golpeó su barrera carnosa, haciendo que su columna se enroscara. Eso sin mencionar los centímetros de pene que se estiraban por sus paredes como masilla, doblándolas y obligándolas a extenderse hasta su límite absoluto. Era positivamente obsceno, pero para ellas, funcionó.
—Bien apretada —dijo vash con voz ronca y complacida.
"Ahhh~ Ahhhhhh~ maaaaaasssss"
vash no se sentía como siempre, pero eso no importaba en ese momento. La pequeña que tenía delante necesitaba consuelo, y eso era todo lo que le importaba. Nada más mientras se lanzaba hacia delante, haciendo girar su polla en un largo y penetrante arco de movimiento. Nada más mientras enviaba esa gruesa carne a estrellarse contra una caliente hendidura de adolescente, reacomodándola alrededor de su circunferencia como si fuera yeso. Se movía rápido y con fuerza.
Tal vez demasiado, pero había pasado algún tiempo en su vida desde que vash se soltó. Se soltó como era debido, es decir, y no hacía las cosas a medias. No podía recordar la última vez que había tenido una buena follada alrededor de su polla, y mucho menos con una chica tan caliente como Mash, por no hablar de lo amable, provocadora y timida que era la joven. Se sentía bien llenándola hasta el borde, honestamente. Se sentía deliciosamente bien llenándola, nada más, nada menos.
Con un suspiro ronco, vash se apartó. Se apartó de ese coño caliente de adolescente y disfrutó del rizo de la carne alrededor de su miembro. Se apartó y sintió todo ese suave rosa retorciéndose a su alrededor, apretando y presionando en el punto justo. Se sentía bien, más que bien, y la hizo tararear desde lo más profundo. Mash, por supuesto, chilló sin aliento, demasiado mareada para formar palabras coherentes, demasiado inmovilizada para ofrecer comentarios.

"Vaya ya te corriste "dijo vash mientras se reposicionaba"Parece que esto se sintió bien para ti.".
El se abalanzó hacia abajo en un arco largo y duro, empujando centímetros y centímetros de carne de pene hacia abajo en esa hendidura fuerte y apretada. Lo embistió con toda su potencia y fuerza, golpeando su gruesa y gruesa longitud profundamente en su coño empapado. El gran tamaño de la polla estiró las paredes de su coño fácilmente y las puso rígidas más allá de sus límites normales. El resto de su cuerpo se hundió y golpeó contra el mismo cuello uterino de la chica con la fuerza de un ariete, golpeándolo tan fuerte que Mash se vio obligada a chillar.
"Ahhhhh~ V-va aaaaash Tuuuu c-cosa esta D-d-d-ddentro de miiiii U uggghhh~" nada coherente salio de sus labios cuando sintió la punta de su polla contra la parte posterior de su utero.
vash no estaba seguro de por qué hablaba, pero lo hizo con bastante alegría. Se empujó hacia delante con fuerza y rapidez, y hundió el grosor de su miembro en el surco sedoso de Mash. Lo hizo para darle placer, pero no se podía negar lo bien que se sentía. Muy bien, de hecho. Mash era el tipo de chica que había que conservar, aunque solo fuera porque era una buena chica para convivir. Probablemente también sería una buena cogida si vash la dejaba moverse.
Pero no lo hizo, ni cuando sostenía las riendas, ni cuando tomó el control. Movió las caderas con fuerza y rapidez, marcando con facilidad su coño empapado con su verga. Su mano libre agarró su cruz de montar y la dejó caer sobre el gordo trasero de la chica, lo que provocó que se tambaleara y se sacudiera agradablemente. Mash, por supuesto, gritó, pero no pudo hacer nada para detenerlo, atada y aturdida como estaba; en realidad, simplemente lo recibió, perdida en el calor del momento.
vash hizo girar las caderas, moviendo esa enorme porción de carne contra la estrechez de su coño. Se adentró en él, doblando la carne suave alrededor de su eje, y frotó esa gruesa cabeza contra un cuello uterino húmedo. No lo tenía todo dentro, pero lo disfrutaba muchísimo de todos modos. Quería más dentro, pero lo conseguiría; por ahora, estaba en un lugar contento y satisfactorio. Mash, por supuesto, se quedó chillando de todos modos, no del todo capaz de soportarlo.
vash se quebró mientras tiraba con las caderas, saliendo de ese coño apretado y húmedo con una intención entusiasta. Tiró para liberarse, saliendo de ese coño caliente y apretado. Los pliegues apretados la envolvieron mientras tiraba hacia afuera, luchando contra ellos y alejándose. Se liberó de ese coño apretado y tiró de él lo suficiente para luego embestirlo nuevamente dentro.
Duro, rápido y brusco, embistió con fuerza esa gruesa verga en el suave y húmedo coño que tenía delante. Sacó esa húmeda vulva con una intensidad lasciva, llenándola tanto que Mash no pudo hacer nada más que chillar y resoplar. La chica jadeó, arqueando la columna, mientras recibía más polla de la que había recibido en toda su vida. Esa cabellera rosa se echó parcialmente hacia atrás, hasta donde lo permitía la atadura telequinética; no demasiado, pero lo suficiente.
"Espero y estes disfrutando lo, Mash —dijo vash con voz ronca—. Por eso es que deberías comportarte bien .
El la golpeó con fuerza, así de fácil. Hundió esa gruesa carne en un coño caliente y expectante y la excavó con lujuriosa intensidad. El grosor de su carne la empujó hacia abajo y la clavó, abriéndose paso fácilmente. Dentro y fuera, adelante y atrás otra vez, frotando la carne de su pene a lo largo de la extensión de su coño. No dudó y no se detuvo. vash simplemente se movió, metiéndose en todo de una manera que estaba más allá de sus simples pasiones.
"Si Ritsuka no teda la atención que mereces —dijo vash con voz suave en su oreja—. Yo puedo dártela, ¿eso te gustaria?
Mash no respondio en cambio cruzo sus piernas alrededor de la espalda de vash, y lo empujo mas adentro de ella afirmando, lo que queria de el.
Entonces logro zafarse y darle la vuelta aun conectada a su miembro con másh jadeando por el movimiento, su mano se extendió y agarró con fuerza ese cabello. Mash jadeó, pero todavía estaba demasiado descuidada para ofrecer palabras seguramente lo habría hecho, dado que su cabello estaba siendo usado como una correa. vash tiró con fuerza y echó hacia atrás ese cabello con brusquedad. Se movió con fuerza, alejando esa cabeza con ella, obligando a Mash a una curva aún más guarra de acción sexual.
Tiró de ella, haciendo que Mash jadeara y resoplara aún más. El hadou usó su cabello como correa mientras golpeaba con sus caderas, empujándose hacia abajo con una actividad dura e implacable siu mano era lo bastante larg para mantenerla en su lugar. Golpeó dentro de ella sin descanso, bajando su larga y gruesa polla en arcos penetrantes que se estrellaron contra el útero de Mash: impactos duros y resonantes que hicieron que los ojos se pusieran en blanco y la saliva babeara de manera casi desquiciada. A vash, sin embargo, no le importó y simplemente se elevó con dominio.
El empujó con fuerza y lo hizo rápido. Tiró del cabello de Mash y lo usó como correa mientras embestía hacia adelante, atrayéndola. Usó a la chica como lo haria con cualquier amante y no mostró ninguna vacilación en ello. De hecho, cuanto más se movía, más entusiasta se volvía. Se le hacía más fácil soltarse, simplemente hacer lo que su cuerpo y su libido le pedían. Estaba al borde de la locura, pero vash había estado privada durante demasiado tiempo como para preocuparse dos veces por algo así.
—Bueno, parece que el master estaria algo decepcionado con los resultados y comparaciones —dijo vash con risa, y tiró del cabello de Mash con más fuerza. Golpeó hacia adelante en amplios arcos, empujando ese suave coño lleno de carne de polla una y otra vez. Lo empujó dentro de ella, golpeando furiosamente contra el cuello uterino de la chica, dejándolo estremecerse. Mash gimió aún más fuerte, llenando el aire con sus ruidos calientes, que la maestra disfrutó mucho.
Sin embargo, vash quería más. Mucho más. Habría pensado que follar a Mash al estilo perrito satisfaría sus ansias, pero no fue así. Cuanto más follaba, cuanto más embestía, más hambriento y cachondo se ponía. No podía controlar eso, independientemente de si era un ex Reich o no y de si Mash era su compañera. En lo que a el respectaba, en ese momento, ella era solo alguien que pidio su consuelo.
Así lo hizo. vash dejó escapar un profundo suspiro mientras agarraba ese cuerpo carnoso y lo jalaba hacia sí. Una mano sobre el cabello rosa arrastró bruscamente a la homunculo lejos de la cama contra el que babeaba y la levantó de nuevo en una especie de pose de medio pie. Con la otra, tiró de sus caderas y las levantó, manteniéndolas firmes. Luego, sus manos cayeron por completo y, sin moverse, tiró de Mash.
El movió todo su cuerpo y lo hizo con una excitación voraz. Usó sus poderes telequinéticos para evitar cualquier tensión muscular y superar su propia fuerza, lo que le resultó muy útil. No le costó ningún esfuerzo levantar el cuerpo de Mash, ni sostenerla en el aire, ni torcerle las piernas. Apenas tuvo que concentrarse para levantar ese cuerpo tetona, y le fue fácil sujetar a la nena contra ella.
Cuando sus brazos la rodearon, fue solo para terminar con sus payasadas lascivas. Capturó a Mash, en sus brazos, y la encerró en una presión de apareamiento de todas las cosas. La capturó, la mantuvo allí firme y la inmovilizó en su lugar. Lo hizo sin ningún cuidado, y una vez que tuvo a Mash en esa pose descuidada y guarrilla de nelson completo, la bajó sobre su polla con la suficiente fuerza para hacerla chillar.
"Qué sonido más bonito"
con los tobillos colgando junto a la cabeza de vash y las rodillas chocando contra su cuerpo, se movió con fuerza. Movió las caderas y embistió esa gruesa polla contra la placentera estrechez de su coño, frotando la gruesa carne contra un coño húmedo y vibrante. Empujó hacia arriba y se frotó contra su cuello uterino, alcanzando profundidades incalculables.
Luego, se apartó de nuevo. Fácil, relajada y suave, se sacó. Manipuló ese cuerpo descuidado a lo largo de su polla usando su Briah, y aunque no era para eso para lo que estaba destinada, la usó bien. Sacó su polla mientras ajustaba esa forma ocupada y tiró hacia atrás tantos centímetros gruesos como pudo, pero el llamado del coño era intenso, demasiado para resistirlo fácilmente, y no era algo que le importara siquiera intentar.
Con los poderes de su briah y las capacidades de su cuerpo, movió sus caderas con firmeza y rapidez. Arrastró esa gruesa losa de carne a lo largo de su coño húmedo y blando, moviéndola hacia atrás y tirando hacia afuera en una ráfaga húmeda. Luego, rápidamente, la volvió a colocar hacia arriba, embistiendo con toda su longitud en esa suave carne del coño. Escarbó esas paredes apretadas sin ninguna preocupación en el mundo y la golpeó a través de las partes más profundas de su coño con una facilidad ridícula.
Su polla chocó contra el coño de Mash, y la hizo jadear, un sonido tan fuerte y espeso que era cegador, de hecho, y todo eso fue porque la cabeza de la polla de vash embistió contra su cuello uterino con toda su potencia y fuerza. Hizo un contacto pleno y carnoso con él, y lo golpeó con la fuerza de un saco de boxeo. Lo golpeó con fuerza, y eso dejó a Mash jadeando. No había nada más que pudiera hacer ante una fuerza tan abrumadora, y vash simplemente siguió adelante.

El no se detuvo. No hizo una pausa. Simplemente se movió. Con su cuerpo flexionado y sus poderes al máximo, manipuló ese cuerpo caliente solo para poder hacer que su polla se moviera. La embistió contra la suavidad de ese coño que tenía delante, haciéndola chocar contra el calor húmedo de un coño apretado y pegajoso. Aplastó la cabeza contra su cuello uterino y la apretó con una intención brutal. Martilló todo a Mash, clavándola en el lugar correcto.
Mash jadeó, chilló y gimió mientras la tomaban con tanta fuerza. Estaba perdida en el calor del momento, con los ojos llorosos, los labios abiertos, casi babeando, mientras la tomaban. Simplemente jadeaba y se estremecía, demasiado atrapada por vash para hablar, demasiado atascada para formar palabras y simplemente perdida ante los deseos lujuriosos de vash. Probablemente no esperaba que su maestra se volviera loca, pero eso fue exactamente lo que sucedió.
vash Tenía demasiado estrés en su interior, demasiada frustración, y toda esa agresión reprimida se derramó en una oleada de lujuria. Con Mash agarrado contra el como un pretzel, doblado y sujetado en su lugar, el rebelde mayor simplemente la folló. Golpeó a esa chica tetona y provocadora, y le sacó el cerebro con su polla dura y gruesa. Hundió esa poderosa longitud dentro de ella, llenándola hasta el borde, y la manejó con facilidad.
vash envió su polla gorda hacia arriba una y otra vez, manipulando y usando ese cuerpo curvilíneo como ella deseaba. Hizo que ese grosor se hundiera en pliegues suaves y apretados, y los estiró alrededor de su polla como si no significara nada en absoluto. Martilló su coño que brotaba, escarbando esas paredes rosadas y revolviendo esos jugos que goteaban en una fuga lujuriosa. Golpeó su polla profundamente y dejó a Mash jadeando mientras lo hacía.
—Tal vez debería aceptar todas esas ofertas burlonas —reflexiono cuando una buena cantidad de féminas servants se disponian a sugerirsele tan abiertamente—, ya quu parece que me tienen en la mira. Supongo que Jalter no estara feliz.
Golpeó una y otra vez, y envió la cabeza de su pene embistiendo contra ese cérvix blando y blando. Golpeó contra esa barrera carnosa, haciéndola temblar a su paso. Golpeó con fuerza, y golpeó con impactos sólidos y pesados. Todo el cuerpo de Mash se estremeció a raíz de eso, sus tetas incluso se agitaron hacia arriba y hacia abajo, un placer, pero que era más o menos secundario a lo que vash realmente buscaba.
"Oblivion"Suspiró vash con fuerza.
El placer se apoderó de vash mientras se embestía de golpe y no se detuvo ni un segundo. Se movió rápido, fuerte y veloz, y se metió tan profundamente como pudo. Envió esa gruesa carne a toda velocidad dentro de su apretado coño, y tuvo la cabeza del pene golpeando contra la entrada del útero de Mash una y otra vez. Sacó el aliento de los pulmones de la chica, pero eso fue secundario a todo lo demás.
vash se estrelló contra ese útero como si nada más importara. Se movió con intensidad lujuriosa, martillando la entrada de su útero, una y otra vez, como si estuviera desesperada por entrar. Quería enterrarse por completo en ese coño mojado y empapado, y quería introducir esos últimos centímetros correctamente. El cuello uterino de Mash estaba en el camino, y aunque realmente no tenía ningún sentido martillarlo, ella deseaba mucho hacerlo. Nada más, en ese momento, le importaba.
Mash jadeó, gimió y resolló mientras lo recibía, pero tenía que recibirlo. Después de todo, estaba capturada, atada y encerrada. No había nada más que pudiera hacer, no mientras esa polla reorganizaba sus entrañas, no mientras esa carne gruesa se abalanzaba sobre su coño. Sin piedad, vash golpeó ese coño suave y húmedo, y ella siguió haciéndolo. Dentro y fuera, hacia atrás y hacia adelante nuevamente, moviéndose contra ella con una intensidad furiosa y frustrante.
se movió con la mayor fuerza que había mostrado hasta ahora. Otra embestida intensa y poderosa, y envió su polla chocando contra el útero de Mash, así de simple. Con una fuerza brutal y deslumbrante, se estrelló contra ella y golpeó a lo largo de su cuello uterino. Golpeó con su polla directamente contra ese bebé fértil que estaba arriba, y lo hizo sin cuidado.
Mash, por supuesto, chilló como un cerdo atragantado y resopló con una intensidad desesperada, pero vash simplemente gimió de placer. Se estrelló contra ese coño caliente y jugoso, y no sintió nada más que satisfacción mientras se hundía en un humeante hacedor de bebés. Empujó hacia adentro, disfrutó de ese agarre fuerte y se desgarró felizmente. Se sentía demasiado bien para el sentido común y, afortunadamente, podía abandonar el sentido común por completo.
Ella tiró hacia afuera rápido y veloz, frotando su polla a lo largo de ese coño y sacándola de ese útero lleno. Mash solo jadeó y maulló, con la lengua colgando, mientras su cuello uterino era penetrado y su útero abarrotado. Era algo sin sentido para alguien como ella, pero definitivamente era demasiado intenso para que lo manejara. Nunca había experimentado algo así, y vash podía notarlo muy claramente.
Le resultó demasiado fácil mover las caderas y empujar hacia ese coño suave y blando, abriéndolo y embistiéndolo. La embistió con toda su fuerza y con una pasión profunda y desesperada. Se metió en ese coño suave y húmedo y se introdujo con entusiasmo. Envió la cabeza de su pene a estrellarse contra la estrechez de un útero, penetrándolo fácilmente.
Luego, se apartó, moviéndose con una intensidad brutal. Se movió a una velocidad que dejó a Mash gorgoteando, pero literalmente todo lo hacía. Salir de ella fue fácil, rápido y dejó a Mash sin aliento. vash se liberó lo suficiente como para inclinar sus caderas una vez más, luego embistió contra ese suave coño una vez más. La chica jadeó ante su toque, pero eso no le importó a vash. El simplemente se movió y folló con una pasión que normalmente nunca mostraba.
—Joder —juró vash—. Joder, está muy apretado.
Embestir dentro de un útero apretado era algo realmente diferente, en lo que a ella respectaba. Había olvidado cómo era y se sentía condenadamente bien. Era completamente placentero y algo que estaba muy feliz de disfrutar. Lo quería todo y más, y lo conseguía con cada empuje que hacía. Se retiraba, deslizándose hacia atrás y luego embestía de nuevo. Una acción dura, enérgica y apretada, donde se movía a un ritmo arrollador.
Se movió hacia adentro y hacia afuera, frotando su polla a lo largo de ese coño agitado. Se estrelló fuerte y rápido, chocando contra un útero apretado, y no sintió nada más que placer en ello. Se apartó, y lo hizo con una intensidad áspera y ansiosa. No sintió nada más que placer mientras trabajaba en ese coño húmedo y brillante, y nada más que satisfacción con cada embestida. Los sorbos y las sacudidas resonaban con cada movimiento que hacía, para su placer.
La embistió cada vez más, ejercitando realmente sus caderas. Sostuvo a Mash con un agarre fuerte, impidiendo que el movimiento y las palabras salieran de esos labios babeantes. Se apartó con una intensidad desesperada y sintió que su polla palpitaba y se hinchaba más, y más, y más, a cada momento. Era tan completamente satisfactorio que casi la cegaba, pero a ella le encantaba. Se sentía demasiado bien y no estaba dispuesta a dejarlo pasar.
El empujó un poco más hacia arriba, y más, su polla palpitaba, se hinchaba y se engrosaba. Sabía que estaba cerca, especialmente cuando sus bolas se tensaron y palpitaron. No le quedaba nada más que hacer ni que ceder, y se adentró con los últimos restos de desesperación. Ni siquiera dudó en sus movimientos. Sabía que se iba a correr, que iba a descargar su carga en Mash. Después de todo , no era su intención . Embarazar no sería una buena idea en absoluto.
Pero no podía resistirse. El llamado de la naturaleza era demasiado fuerte y ella estaba demasiado trastornada como para intentarlo siquiera. Mash estaba demasiado ocupada babeando como para preocuparse, así que a vash le resultó muy fácil empujar dentro de su útero, golpearlo y mantenerse firme... y luego simplemente dejarse llevar, el placer era demasiado intenso para considerarlo, el momento demasiado insoportable para resistirlo. Gimió y una oleada de satisfacción potente y casi vertiginosa recorrió su columna vertebral.
Un segundo después, si es que eso, se vino con fuerza . Se vino con una intensidad violenta, su eje palpitaba y latía y arrojaba una carga caliente y pegajosa de semen directamente en ese coño húmedo de encima, directamente en el útero en el que se había enterrado. La había llenado de carne de polla y ahora la llenaba de masa de bebé. Hizo que esos pesados hilos recorrieran su coño, llenándola hasta el borde con una abundante carga de semen.
El también lo hizo de buena gana. Estaba respaldado y viril, por lo que no le costó ningún esfuerzo llenarla con una carga de semen particularmente caliente y cremosa. Chorros y chorros de calor corrieron a través de la humedad de su coño hasta las profundidades de su útero, llenándolo por completo. Lo llenó hasta el borde, asegurándose de perforar por completo el coño de Mash con semen. Lo hizo sin dudarlo, sin pensarlo dos veces y solo para satisfacerse a sí misma. No le importaban las consecuencias en ese momento. Simplemente no importaban en absoluto. Dudaba que engendrara alguna descendencia...….Cosa que no debia pasar.
Gladhseirm no debía activarse y si algún hijo suyo lograba acceder a esa cosa el mundo podria irse al carajo.
vash gimió de éxtasis por la liberación. La llenó de un alivio que era casi demasiado palpable para el sentido común, y que lo hizo suspirar, hacer una mueca de dolor y gemir suavemente. Su columna vertebral se estremeció con una satisfacción que no había sentido durante algún tiempo, lo cual era impresionante. Fue más que suficiente para dominar por completo cualquier pensamiento de responsabilidad y para que ella arrojara por la ventana las consecuencias de correrse sin control dentro ella.
El lo volcó todo en Mash y lo hizo durante muchos momentos. La mantuvo allí, pero incluso mientras lo hacía, sintió que su concentración flaqueaba, su capacidad para mantener todo firme en su agarre se desvanecía. No dejó que la servant se desplomara intencionalmente en su cama, pero eso fue exactamente lo que sucedió un momento después. Ocurrió con un ruido sordo y un golpe carnoso, y luego un ruido húmedo y agitado cuando vash liberó su pene.
Pero a el no le importó tanto. Se echó el pelo rubio hacia atrás, se ajustó las gafas y dijo"Eso fue productivo, Mash. Parece que el master y su falta de atención ya no te seran un problema".Mash babeó y se quedó medio desmayada contra la cama.
vash se rió entre dientes. Extendió la mano, le dio una palmada en el trasero gordo y tarareó con aire de suficiencia, sin importarle las consecuencias en el mundo. —Deberías estar aseándote, Mash.
Más silbidos, más jadeos y más resoplidos. vash admiró la vista, sonrió de satisfacción y se lamió los labios mientras pensaba en cuánto más podría divertirse en el futuro.
La mañana llegó rápidamente, y cuando Mash despertó, se encontró abrazada a Vash, su cabeza descansando sobre su pecho. Sentía el calor de su cuerpo, la calma que solo él le proporcionaba. Sin embargo, la vergüenza comenzó a invadirla cuando se dio cuenta de lo que había pasado. Se separó ligeramente, sintiendo una mezcla de emociones.
"Vash..." murmuró nerviosa, mirando al hombre a su lado. "¿Puedes no contarle a Ritsuka lo que pasó?"
Vash despertó lentamente, todavía algo adormilado. Se giró hacia ella con una expresión tranquila. "No te preocupes, Mash. Lo que pasó aquí es entre nosotros. No se lo diré a nadie."
Mash suspiró aliviada, agradecida por su discreción. Pero antes de que pudieran decir algo más, un fuerte estruendo interrumpió el momento.
La puerta de la habitación se desplomó con un golpe violento, y una figura conocida entró en la habitación, claramente molesta. "¡Vash!" La voz de Jalter resonó con fuerza. "¡¿Por qué no fuiste a dormir a la habitación?! ¡¿Y por qué estás aquí con Mash?!"
Vash levantó la vista, sin sorprenderse por la irrupción. "Jalter," dijo simplemente, sin mostrar demasiada preocupación. "Estoy bien aquí, no hace falta que vengas a interrumpir."
Mash se sonrojó instantáneamente al ver a Jalter tan molesta, su risa nerviosa escapando mientras veía cómo la situación se volvía un tanto incómoda. Sin embargo, la actitud de Jalter no dejó lugar a dudas tenía la intención de llevar a Vash de regreso a su habitación.
"¡Esto es absurdo!" exclamó Jalter mientras se acercaba rápidamente a Vash, sin darle tiempo a reaccionar. Le agarró de la oreja con una fuerza sorprendente y lo comenzó a arrastrar fuera de la habitación. "¡A la cama, ahora mismo, Vash! ¡No quiero escuchar excusas! y vas a meter tu vara carnosa en mi y me llenarás para compensar que te hayas ido!"
Mash no pudo evitar soltar una pequeña risa al ver la interacción entre ambos. A pesar de lo seria que era Jalter, la escena era casi cómica, especialmente cuando Vash, que generalmente era tan calmado y relajado, parecía estar completamente a merced de Jalter, como si no pudiera hacer nada para detenerla.
"¡Vash, te voy a hacer dormir donde corresponde!" Jalter continuó con su regaño, mientras él simplemente suspiraba, resignado a su destino. Mash, por su parte, se quedó allí, observando con una sonrisa tímida en el rostro. La situación había pasado de incómoda a divertida en un par de segundos, y no pudo evitar reír un poco más por lo absurdamente tierna que era la escena.
"Lo siento, Vash," dijo Mash entre risas, mientras veía cómo Jalter lo llevaba de nuevo al pasillo. "Parece que no tienes escapatoria."
Vash la miró por un momento, una sonrisa tranquila en su rostro, aunque aún ligeramente avergonzado. "Parece que no..." respondió con una ligera carcajada.
Y mientras la puerta de la habitación se cerraba detrás de él, Mash no pudo evitar sentirse agradecida por todo lo que había sucedido. Aunque las emociones seguían siendo complicadas, algo dentro de ella se sentía en paz. Aunque la situación fuera extraña y confusa, ella sabía que podía contar con Vash y con sus amigos para cualquier cosa.
En ese momento, la risa de Jalter, la calma de Vash y su propia sensación de calidez en su corazón fueron suficientes para hacer que el día empezara con una sonrisa en su rostro aunque bastante adolorida y sin poder moverse de su cama en un rato.