Después de entrar en la cueva, a Bobby le golpeó una ráfaga de aire frío. A medida que avanzaba, el interior de la cueva se hacía más grande. Había varias bestias mortales y bestias salvajes, pero todas eran débiles ya que Bobby podía verlas desde lejos. Usó un bate de plata para deshacerse de ellas. Cuando las bestias se acercaban, él usaba su nueva hoja curva para rebanarlas fácilmente.
Se encontró con una pared de roca roja sangre. Debajo de la pared había un estanque rojo sangre. De vez en cuando, burbujas estallaban en la superficie del estanque. Bobby no sabía qué era el líquido rojo, pero sentía que su aura era similar a la de las pitones. Planta de sangre, hierba del espíritu sanguíneo y roca de bambú sanguíneo —de 300 años, 500 años y 1,000 años. Bobby se rió al mirar la roca roja. Medicinas preciadas crecían en la pared, y la más antigua había alcanzado los 1,000 años de edad.