Hoy ha sido el primer día usando este calendario nuevo. Nos dicen que es una forma de marcar el inicio de la expansión de Hoenn, pero para mí, aún se siente extraño. El primer día del primer mes del primer año... Siento como si fuera un recordatorio de que todo ha cambiado, de que nuestras vidas ya no nos pertenecen.
Esta mañana me informaron que oficialmente pertenezco al Cuarto Batallón. He sido asignado a una unidad. A una unidad militar. Lo repito en mi mente para tratar de entenderlo, como si hacerlo me ayudara a procesarlo mejor… pero no. Nada de esto tiene sentido.
Desde esta mañana, ya no soy simplemente el entrenador que un día peleó bajo las órdenes de Candela para defender el gimnasio de los aspirantes. Ahora estoy al servicio del Imperio de Hoenn, y la primera misión es conquistar Kanto. La misma región donde hace poco un nuevo aspirante se ha convertido en campeón. La misma Kanto de la que se rumorea está controlada desde las sombras por una organización criminal.
Conquistar, es como si la palabra tuviera que dejar de ser un sonido en el aire y empezar a pesar en mi espalda, en mi conciencia. Aún me cuesta imaginarme cumpliendo una orden como esa.
No puedo dejar de pensar en Slugma. Mi único compañero, mi amigo más cercano, el que ha estado conmigo desde que tenía uso de razón. Desde que mis padres me dieron su huevo cuando era solo un niño, lo he cuidado, entrenado, y él me ha salvado de tantos problemas… Me pregunto si entiende lo que está pasando o si solo siente mi ansiedad. Él es un luchador, pero… si algo llega a pasarle en la guerra… no, no quiero ni imaginarlo.
Mañana conoceré a mis compañeros de escuadrón y recibiré el primer informe de misión. Trato de concentrarme, de encontrar algo que me calme, pero nada sirve. Siento un nudo en el estómago y, por primera vez en mucho tiempo, estoy aterrorizado.