Hoy ha sido el día de conocer a mis compañeros de escuadrón. La base está en constante movimiento, con reclutas y oficiales por todas partes; nadie parece relajado ni un segundo. La tensión es tan espesa como el humo de las chimeneas de la fábrica de Slateport, y me está costando respirar con normalidad.
Mi escuadrón es pequeño: somos cinco en total, y nuestro líder es el Sargento Darius. Es un tipo grande, de rostro endurecido y ojos que te atraviesan como un Sweelow en picado. Cuando habla, no te queda más remedio que escuchar. Empezó la reunión con una mirada rápida a cada uno, evaluándonos sin decir nada, como si ya supiera nuestras historias. Dijo que nuestras misiones van a ser rápidas y "efectivas," que cada uno de nosotros debe saber moverse, actuar y protegerse solo. "Aquí no hay lugar para fallos," fueron sus primeras palabras.
Mis compañeros... cada uno tiene algo que los hace destacar. Primero está Lian, una chica de cabello corto y mirada fría. Me dijeron que es experta en batallas de corto alcance, siempre acompaña a su Combusken, que parece tan feroz como ella. Luego conocí a Taro, un tipo callado que parece que prefiere observar antes que hablar; su Makuhita no se separa de su lado, y de algún modo, parece que él tampoco. Hay también un chico algo más joven que nosotros, llamado Jett. Está siempre hablando de que Hoenn va a "hacer historia" y que todo esto es "por el bien común". Parece decidido, pero creo que no se da cuenta de lo que en realidad estamos aquí para hacer. Su Voltorb lo sigue a todas partes, rodando a su lado con un ruido eléctrico casi constante. Por último está Mika, que lleva consigo un Masquerain. Es algo distante, pero se le nota la experiencia y la calma. Ella fue quien me miró primero y dijo en voz baja, "más te vale cuidar a tu Pokémon… en el campo puede ser lo único que te salve la vida."
Al final de la reunión, el Sargento Darius nos dio nuestras primeras órdenes: en unos días, seremos desplegados cerca del Monte Moon para una misión de reconocimiento. Nuestra tarea es localizar un punto estratégico, seguro y oculto, donde Hoenn pueda establecer una base secreta en Kanto. El Monte Moon es famoso por sus túneles y cuevas, un laberinto en el que uno podría perderse fácilmente, y será un desafío, especialmente porque habrá que mantener todo en silencio. Nadie debe saber que estamos ahí.
Slugma estuvo a mi lado todo el tiempo. Aunque no hablé mucho, creo que sentí su apoyo. En momentos así, me doy cuenta de que él es lo único que me conecta con lo que fui antes.
Mika tenía razón: mi compañero es mi mayor respaldo aquí. Intento no pensar en lo que podría pasar, si esto sale mal, si Slugma… No, no puedo permitirme imaginarlo, me aseguraré de que nos volvamos lo suficientemente fuertes como para que no pase nada.
Mañana entrenaremos en simulaciones de infiltración y camuflaje. Esto es real, y no hay espacio para errores.