—Lilly, despierta... vamos, abre los ojos —lo escuché decir y su voz me dio la voluntad de seguir adelante y obedecer su orden.
—¿Q-qué pasó? —pregunté, con una voz débil y ronca.
—Yo me encargo —las duras palabras de Nic vinieron desde detrás de mí antes de que empujara a Zain a un lado, sentándome firme.
—Los bajos gruñidos de Zain caían en oídos sordos mientras Nic lo ignoraba y me atendía.
—Dan empujó a su hermano para echarme un vistazo, mordiéndose el labio preocupado.
—Todo el mundo estaba preocupado sin motivo —me sentía como una damisela en apuros.
—¿Estás bien hermanita? Nos asustaste, simplemente te desmayaste, te caíste directo de tu asiento al suelo —dijo Nic y logré sonreír ante el hecho de que parecía tan angustiado, mi hermano me quería tanto, él era el único hombre que tengo aparte de mi papá que no quiere nada de mí.
Zain estaba detrás de Nic, con ojos preocupados en mí todo el tiempo junto con mis padres.