—Te necesito.
Eso fue todo. Miré hacia abajo a mi teléfono y el mensaje que acababa de enviar. Te necesito. Dejé caer mi teléfono en mi escritorio y me recosté en mi silla, con los ojos cerrados.
Me sorprendería si él respondiera a mi mensaje. Parecía tener un sexto sentido cuando se trataba de mí. Y sabiendo que lo había estado ignorando durante más de un año ahora no me haría querida por él. Oh, claro, aún le enviaba mensajes de texto, pero era tonterías, y ambos lo sabíamos.
Pero por el bien de mi cordura, necesitaba alejarme de él, poner un muro que ninguno de los dos pudiera pasar.
Solté una carcajada de tristeza al darme cuenta de lo perra que era. No podía estar con él, pero odiaba la idea de que no estuviera a mi lado.
Quería todo… pero eso simplemente no era posible.
Estaba tan jodida.