—Solté una carcajada ante su pregunta. Había muchas cosas que necesitaba.
—Necesitaba que el reloj en mi cabeza dejara de hacer tictac por unos segundos.
—Necesito paciencia para lidiar con todos en el trabajo... y en casa.
—Necesito poder confiar en mi mente otra vez. Tenía un enorme miedo de estar volviéndome paranoico, viendo conspiraciones donde no las había, y realmente pensé que me estaba volviendo loco.
—Pero no podía decirle nada de eso.
—Necesito que me sigas y no hables hasta que estemos en mi oficina —dije en cambio. Dándome la vuelta, confiando en que me seguiría, caminé de regreso a la entrada del departamento de emergencias.
—Esto no es según los protocolos establecidos por el Centro de Control de Enfermedades, pero qué más da —mascullé mientras separaba su traje anti-contaminación del mío—. Por favor, ponte esto y luego no te muevas mientras me aseguro de que todo esté bien.
—Cheng Bo Jing asintió con la cabeza y comenzó a vestirse.