Los recién llegados parecían nerviosos ahora que habían sido abandonados, pero el anteriormente humano Pícaro Worgen tomó el control.
—Hemos venido a solicitar acceso a la mazmorra, en nombre de la rama del Templo de Whiton de la Iglesia. Los diez somos aprendices bajo su cuidado —anunció.
Niall suspiró. Si estaban apelando en nombre de la iglesia, no importaba que no fueran de la Nación del Dragón Dorado. Se les permitiría el acceso. Las mazmorras eran consideradas Reliquias Sagradas, lo que le daba a la Iglesia derechos primarios sobre ellas.
Así que, no importaba de qué nación procedieran, si eran Clérigos del Dragón Mundial, o enviados por ellos, serían acomodados.
—Está bien. Los Caballeros Mágicos los guiarán. La Mazmorra separa a los participantes en grupos de cinco por orden de entrada, así que organicen sus grupos con anticipación —explicó el Inquisidor.
—¿Cuál es el nivel de desafío? —preguntó ella.