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Después del almuerzo, Morgana los llevó a una habitación vacía, que podría haber sido una sala de consultas, ya que no había más que un simple escritorio con dos sillas y una mesa auxiliar con una cafetera y tazas.
—No tengo todos los libros que vamos a necesitar para las lecciones, pero sí tengo una prueba de aptitud para ti, tanto para juzgar en qué punto estás en tu educación, como para ver si tu lesión en la cabeza está causando algún efecto persistente cuando necesitas concentrarte. Sé que intentarán devolverte a las líneas de combate con los otros estudiantes avanzados incluso antes de lo que dijeron, así que deberíamos establecer las bases ahora —explicó Morgana.
Karl asintió. —Antes de comenzar, ¿quién te hizo todas esas tintas? Algunos de esos tatuajes son increíblemente intrincados.