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Thor rugió de furia cuando Karl lo llamó para prepararse para la pelea. Aún no podía ver al enemigo, pero podía olerlos, y cada Cerro conocía el olor de sus depredadores naturales.
—Las cosas escamosas son una especie de lagarto bípedo —Karl transmitió mientras intentaba interpretar los pensamientos enfurecidos de Thor.
Su mente solo los llamaba enemigos, y las manadas de Cerros tampoco tenían un nombre para ellos, pero no había duda de que eran carnívoros y cazadores en manada. Lo que no había esperado era el tamaño.
El primero de ellos irrumpió a través de los árboles, levantándose tres metros de altura, pero con casi siete metros de longitud al estar de pie sobre dos poderosas piernas con su cola extendiéndose detrás, y Karl podía oír más de ellos acercándose.
Thor emitió un desafío a los mismos, y las bestias reptilianas se volvieron para cargar contra su presa natural, olvidándose de los pequeños humanos en favor de una comida de verdad.
