Después de avisar a los guardias que mi manada estaba a salvo, rápidamente me metí en la ducha. Como no podía recordar cuánto tiempo había pasado desde la última vez que me había bañado, pensé que sería buena idea estar algo presentable.
—Ah, si no es el mejor Alpha del mundo —exclamó Escarlata al entrar en la sala principal del penthouse. Todo estaba decorado en tonos modernos, y no podía decidir si me gustaban todos esos tonos blancos y grises.
Pero eso era lo de menos. —Mi cerebro no está funcionando ahora mismo —gruñí, sentándome en la seccional mientras Caleb me traía una taza de chocolate caliente. Me tomó unos minutos darme cuenta de que Julia, Kristen y Lily habían llegado con la pelirroja. ¿Eso era un insulto?
—Para nada —soltó una carcajada Julia mientras se sentaba al lado de su hermano. —Es bastante agradable ser tratada como una adulta.