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La lluvia otoñal caía sobre las hojas, y la brisa fresca silbaba.

Dentro de la mansión de la familia Song en Yuncheng…

La chica en el espejo parecía tener unos 17 o 18 años. Tenía cejas gruesas, y sus ojos brillaban. Sus hermosos ojos de fénix eran alargados, encantadores y llenos de afecto.

—Señorita, el Maestro quiere que baje rápidamente —una criada golpeó la puerta y la apuró a bajar.

—Mm —contestó levemente y abrió la puerta. La criada miró la espalda ligeramente obstinada de la joven y no pudo evitar sacudir la cabeza. Luego procedió a entrar en la habitación para ayudarla a ordenar.

Cada parte de la habitación de color rosa claro era exquisita. Incluso las pinturas decorativas colgadas en las paredes valían millones de yuanes, por no hablar de las diversas joyas caras en su joyero, lo que mostraba cuánto era favorecida en casa.

La criada abrió la puerta del baño al lado de la habitación. Un olor rancio salió a borbotones. El suelo estaba desordenado y lleno de ropa manchada de vómito.

—Dios mío, este olor... —Otra criada entró rápidamente en la habitación sosteniendo algunos útiles de limpieza—. ¿A dónde fue la señorita anoche para estar tan borracha?

—Con algo así sucediendo en casa, probablemente bebió para ahogar sus penas —respondió la primera criada.

—Sí. Solía ser mimada como la única hija de la familia. Pero de repente, ahora tiene una hermanastra mayor. Ah, lo más lamentable es que incluso su prometido fue arrebatado —comentó otra criada mientras abría las ventanas para ventilar.

—El Maestro trajo a esa niña de vuelta justo después de que la Señora se fuera enfadada. Parece que quiere legitimarla mientras la Señora no está —la criada agarró la ropa sucia del suelo, las organizó por color y las colocó en la cesta de ropa—. Después de todo, esa mujer logró persuadir al Maestro para que la favoreciera.

—Escuché al Maestro contestando una llamada ahora mismo. Parece que el Joven Maestro Fu vendrá —añadió otra criada mientras fregaba el suelo.

—¿Están tratando de forzar a la señorita a aceptar la anulación de su compromiso? —preguntó la primera criada en un susurro.

—Si realmente rompen el compromiso y dejan que esos dos se junten, ¿no se convertirá nuestra señorita en la burla de todo Yuncheng? —la preocupación se reflejaba en la voz de la segunda criada.

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Las dos limpiaban en el baño mientras susurraban suavemente. No sabían que la joven que acababa de salir había dado la vuelta y regresado. Sus ojos estaban ligeramente rojos y acuosos, pero ella contenía sus lágrimas con fuerza.

Pero cuando se dio la vuelta para bajar las escaleras de nuevo, había una leve sonrisa en su rostro.

***

En la sala de estar de la familia Song…

Una hermosa chica estaba sentada en el sofá. Llevaba una sencilla camisa blanca y un par de jeans, y las esquinas de sus zapatos de lona negros estaban ligeramente blancas debido al lavado repetido. Fruncía los labios, mostrándose cuidadosa y cautelosa.

Esta era su primera vez en la casa de la familia Song.

Había varios árboles y plantas antiguos en el patio exterior que no podía reconocer. También había una diversa exhibición de orquídeas bajo el porche. Aunque no sabía mucho sobre flores y plantas, conocía la existencia de orquídeas de primer grado que valían decenas de millones. En cuanto a las orquídeas de la familia Song, nunca antes había visto artículos tan preciados. Incluso eran cuidados especialmente por profesionales.

Su vida en el pasado era peor que la de las flores de la familia Song.

—Señorita Jiang, su... —acababa de servir el té cuando un hombre de mediana edad sentado al lado tosió dos veces.

—Señorita Mayor, por favor, tome un poco de té —aunque el sirviente cambió su forma de dirigirse a ella, bajo su sonrisa, había un atisbo de burla y desdén.

Aunque la aparición repentina de hijas ilegítimas era común en las familias adineradas, no muchas osaban realmente entrar en el hogar.

Lucía bastante digna y bella, obediente y dócil. Pero si no tuviera ningún truco bajo la manga, ¿cómo podría haber entrado en las puertas de la casa de la familia Song?

—Gracias —Jiang Fengya aceptó el té y lo agradeció. Bajó la mirada hacia la taza de porcelana, que era exquisita y pequeña. Con solo una mirada, podía decir al instante que era extremadamente valiosa.

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—Fengya, toma algunos bocadillos —el hombre que habló estaba en sus cincuenta. Vestía un traje negro y tenía una expresión fría. Había estado en el mundo de los negocios durante mucho tiempo, lo que lo hacía parecer formidable. Pero deliberadamente suavizó su tono cuando le habló a ella.

Esa persona era su padre biológico, Song Jingren.

—Mm —Jiang Fengya lucía hermosa, obediente y débil. Se veía delicada y frágil, como si fuera a romperse con solo un ligero toque. Además, cuando la gente le hablaba, lo hacían en voz baja por temor a sobresaltarla.

Estaba a punto de agachar la cabeza para beber su té cuando vio a la persona que bajaba por las escaleras...

Sus dedos se tensaron y endurecieron al instante.

Song Fengwan bajaba lentamente.

Parecía arrogante, noble e inalcanzable.

—¡Papá! —Su voz era dulce y suave.

—Estás aquí, Fengwan. Ven y siéntate —Song Jingren la llamó.

Song Fengwan se sentó directamente frente a Jiang Fengya y la evaluó. Su mirada era simple y directa, pero parecía como si pudiera ver a través de alguien al instante.

—Fengwan, déjame presentarte. Esta es... —Song Jingren dudó por un momento. Frente a la mirada inocente e interrogativa de su hija, no pudo sacar las palabras.

De hecho, todos ya estaban bien al tanto de la situación. Solo habían elegido tácticamente evitar revelárselo hasta ahora.

—Señorita, aquí está su té blanco favorito —el sirviente le entregó a Song Fengwan su té, interrumpiendo la presentación de Song Jingren.

—Gracias —Song Fengwan aceptó el té. La taza de té tenía un exquisito tono verde que complementaba sus dedos para que parecieran talla de jade.

Abría la tapa de la taza de té. El vapor se elevaba y difuminaba sus rasgos faciales, haciendo que sus ojos de fénix desprendieran una sensación misteriosa. Entrecerró los ojos y tomó un sorbo perezosamente.

Jiang Fengya se mordió el labio.

Solo con mirar sus tazas de té, podía decirse fácilmente que Song Fengwan era la joven señorita de la casa y que Jiang Fengya...

...era solo una invitada.

Esta era la primera reunión de Jiang Fengya con Song Fengwan. Song Fengwan, de 17 años, era solo un año menor que Jiang Fengya.

La gente de Yuncheng estaba llena de elogios para Song Fengwan. Complimentaban su apariencia encantadora que podía cautivar ciudades.

Jiang Fenya pensó al principio que todo era simplemente adulación. Pero ahora que finalmente vio a Song Fengwan, se dio cuenta de que aquellos comentarios no eran suficientes para expresar completamente la belleza de Song Fengwan. Había un aire de pureza en ella, que era casi encantador. Sus ojos eran puros e inocentes, y sus movimientos eran gráciles y sin pretensiones.

A través de la niebla del té, parecía etérea.

Incluso sus dedos delgados eran blancos y sin defectos. Jiang Fengya dejó su taza y subconscientemente metió los dedos en las mangas.

—Fengya, ¿cómo fue el entrenamiento militar? ¿Fue particularmente duro? —Song Jingren rompió el silencio.

—Estuvo bien —Jiang Fengya se rió sin ganas. Solo había pasado dos días de entrenamiento militar, y a pesar de haber aplicado protector solar de antemano, aún se bronceó. Pero la persona frente a ella era como una muñeca de jade blanco, limpia y ordenada.

Si nadie las comparara, aún se vería bien.

Pero cuando las dos se sentaron una frente a la otra, incluso los sirvientes podían decir que eran incomparables. ¿Está ciego el Joven Maestro Fu? No quería una 'perla' pero trataba a un 'ojo de pez' como un tesoro?

Aunque Song Jingren quería animar la atmósfera de la sala, aún era ligeramente incómoda. Así se mantuvo hasta que un criado entró corriendo y dijo suavemente:

—El Joven Maestro Fu está aquí.

Jiang Fengya soltó ligeramente su agarre en la taza de té y reveló una expresión tímida que solo las chicas mostrarían.

Song Fengwan acariciaba su taza de té con los dedos. —Él seguro llegó rápido.

Inexplicablemente, pensó en los muchos dramas de televisión que había visto en el pasado. En una clásica historia de Cenicienta, siempre habría una princesa obsesiva y molesta que todos odiaban.

Y en ese momento, ella era como ese malvado personaje secundario femenino que quería arruinar su relación.

***

Song Fengwan solo había dado dos sorbos de té antes de que un hombre en sus veintes entrara tranquilamente en la sala de estar.

Vestía una simple camisa blanca combinada con pantalones negros planchados, que acentuaban sus piernas rectas y esbeltas. Tenía las cejas finas y se veía elegante, refinado y muy limpio.

Desprendía un aura fría y un temperamento impresionante. Era muy popular en la escuela.

—Senior —Jiang Fengya se levantó mientras sonreía brillantemente.

—Hola —Fu Yuxiu le sonrió y se volvió hacia Song Jingren—. Hola, Tío Song.

Cuando se volvió a mirar a Song Fengwan, sin embargo, no pudo evitar sentirse algo incómodo.

—El Hermano Mayor Fu seguro es rápido encontrando novias. Acabaste conmigo anteayer, y ahora tu nuevo interés amoroso ya está en tus brazos —Song Fengwan dijo con desdén.

Las dos personas que justo antes se habían tomado de las manos tenían expresiones bastante pobres.

—Fengwan —Song Jingren frunció el ceño, luciendo sombrío.

—¿Qué? ¿Acaso me equivoco? —Song Fengwan levantó sus cejas y miró a las dos personas frente a ella.

Aunque no era tan mayor, habían estado comprometidos por más de un año. Pero como todavía era joven, sus interacciones eran más como las de un par de hermanos que una pareja comprometida. Fu Yuxiu era tres años mayor que ella y siempre la había cuidado en todos los aspectos.

Ella estaba en su último año de preparatoria. Había estado de vacaciones de verano por un mes y había regresado a la escuela a principios de agosto. El programa de tutoría de verano requería que mantuviera el mínimo contacto con el mundo exterior, y su madre no le había dicho lo que estaba pasando en casa.

El día del feriado, Fu Yuxiu había venido a recogerla. Ella asumió que venía a recogerla para cenar. Pero antes de que incluso llegasen al restaurante, él le dijo que quería cancelar su compromiso.

Ella pensó que era solo un comentario casual, pero no esperaba que él hablara en serio. Song Fengwan era orgullosa y aceptó de inmediato, pensando que él podría retractarse.

Esa noche, escuchó de alguien que él se había juntado con una alumna de primer año de universidad.

Ella lo había conocido por muchos años, ¿cómo podía romper el compromiso con ella por una chica que solo había conocido por unos días?

Después de preguntar alrededor, descubrió que ambos se habían conocido en un grupo de estudiantes nuevos y antiguos. La chica había trabajado en Yuncheng durante dos meses durante sus vacaciones de verano, y su trabajo era en un restaurante propiedad de la Familia Fu.

Fu Yuxiu la había estado ayudando tanto abierta como encubiertamente. Era justo como la trama de un drama de televisión.

—Fengwan, en realidad, yo... —Fu Yuxiu intentó explicarle.

—Sé lo que quieres decir. —Song Fengwan había leído y visto muchas novelas y dramas de televisión, y había visto muchas de las rencillas en las familias adineradas a su alrededor.

—¿Estás tratando de decir que ustedes dos están verdaderamente enamorados? ¿Que no tenías intención de herirme? —Su tono estaba lleno de desprecio—. ¿Deseas recibir mis bendiciones?

—Hermana, en realidad, Senior y yo no somos lo que piensas. Nosotros... —Jiang Fengya mordió su labio, luciendo inexplicablemente lastimosa.

—¡¿Quién es tu hermana?! —Esta forma de dirigirse directamente atacó sus nervios, y de inmediato lanzó su taza sobre la mesa de café.

—¡Solo sé que ustedes dos ya tenían una relación ambigua cuando aún estábamos comprometidos! ¿Y todavía te sientes agraviada siendo la amante? —Entonces, dado que he sido engañada, ¿no debería llorar yo? —El té salpicó por todas partes, y la atmósfera de repente se volvió tensa. —¡Fengwan! —Song Jingren suspiró.

Song Fengwan se puso de pie y miró a Jiang Fengya por el rabillo del ojo con desprecio. —Él es solo un hombre que dejé de todos modos. ¡Tú puedes quedártelo si quieres! —Las caras de las dos personas frente a ella cambiaron instantáneamente. ¿Sobrante? Esta era una palabra complicada de usar.

—Song Fengwan, tú... —La cara de Song Jingren se puso pálida de ira.

Song Fengwan golpeó su taza en el suelo y se levantó para irse. —¿A dónde vas? ¡Está lloviendo afuera! —Song Jingren sabía que este asunto había hecho sentir agraviada a Song Fengwan, pero las relaciones no podían forzarse.

Song Fengwan agarró un paraguas colorido del porche y se fue.

***

El aire afuera estaba caliente, húmedo y mezclado con agua de lluvia, haciéndoles sentir incómodos a las personas. Un sedán negro cruzó por encima del agua de lluvia, salpicando lodo y hojas rotas en el suelo mientras se detenía con firmeza frente a la gran mansión.

Song Fengwan entrecerró los ojos y examinó el coche negro estacionado en la entrada. No parecía tener matrícula local.

La puerta del coche se abrió, y una ráfaga de viento frío sopló. Un hombre de negro salió del asiento del pasajero delantero y se paró al lado del coche con un paraguas negro.

La persona en el coche no salió. La ventanilla se bajó, y desde el ángulo de Song Fengwan, solo podía ver apenas la mitad de su perfil lateral.

El hombre estaba vestido con una camisa china negra. Sus labios eran finos, y la forma de sus labios era ligeramente hacia arriba, luciendo muy sexy. Sus cejas eran bajas y tenía la mirada baja. Extendió su mano y señaló al hombre al lado del coche para que se acercara. Abrió su boca y dijo dos frases.

En su mano colgaba un hilo de cuentas de oración budistas pulidas y suaves, con un delgado borlón marrón.

Tal vez porque notó a Song Fengwan, esta persona giró ligeramente la cabeza. A través de la lluvia, sus rasgos faciales no podían verse claramente. Pero había algo desganado y amoroso en su aire. Giraba las cuentas de oración y lucía como un experto de otro mundo.

Inclinó ligeramente la cabeza, y la lluvia hacía que sus rasgos faciales fueran inciertos. Dos frases surgieron en la mente de Song Fengwan. Setenta por ciento huesos de inmortal. Treinta por ciento esencia demoníaca.

Pero sus ojos eran extremadamente fríos.

Song Fengwan rápidamente retiró su mirada y se perdió la leve sonrisa en los labios de esta persona. ¿No es esta la niña que amenazó con acostarse conmigo en el bar anoche?

***

En ese momento, el guardia de seguridad en la entrada de la mansión de la familia Song corrió mientras pisaba el agua y gritó:

—¡Maestro, el Tercer Maestro Fu está aquí! —Song Fengwan se sobresaltó. ¿Este es el tercer maestro de la Familia Fu? ¿El tercer tío al que más teme Fu Yuxiu?

¿Cree en el Budismo? Debe ser una persona amable.

Fue solo más tarde que descubrió que las acciones de esta persona eran perversas y que todavía tenía deseos en él.

Creía en el Budismo, pero era como un demonio.