Gu Zi fue despertada por el llanto de una mujer. Antes de que pudiera abrir los ojos, un montón de recuerdos desconocidos pasaron por su mente.

Justo entonces, se podían escuchar pasos a lo lejos, y el llanto de la mujer gradualmente se detuvo.

—No, definitivamente no permitiré que mi propia hija se case con un hombre mayor con tres hijos.

—Nunca esperé que confundiéramos a nuestra hija con la familia Lin. Los Lin son tan pobres, y aceptaron casar a nuestra preciosa hija en tal hogar. Debes pensar en esto, Lin Miao es nuestra verdadera hija, no Gu Zi. Deberías pensar en nuestra verdadera hija.

Gu Zi abrió los ojos atontadamente y vio a un hombre parado junto a la ventana, mientras la mujer a su lado de la cama todavía lloraba y se secaba las lágrimas.

Entonces se dio cuenta de que había transmigrado al libro histórico que había leído justo la noche anterior.

La verdadera heredera de la familia Gu, Lin Miao, había aparecido recientemente en su puerta. Era una réplica exacta de la Señora Gu, Zhang Mei, cuando era joven. La pareja Gu incluso la había autenticado, y resultó que Lin Miao era de hecho su hija.

La dueña original solía ser consentida, pero su posición en la familia Gu ahora era muy incómoda.

Lin Miao, la verdadera heredera, había vivido en la pobreza, y tan pronto como Gu Zi se enteró del cambio, se aferró a la familia Gu y se negó a irse.

La dueña original de este cuerpo iba a casarse con el hijo del jefe según el acuerdo de sus padres. Estaba a punto de ascender a un estatus social alto. ¿Quién habría pensado que la aparición de la verdadera hija provocaría cambios trascendentales en su vida?

Originalmente, la familia Gu había querido quedarse con ambas hijas, pero la familia Lin se opuso. Habían planeado desde hace tiempo que Lin Miao se casara con un hombre mayor con tres hijos, y ahora que Lin Miao se había ido, la familia Lin solo podía hacer que la dueña original tomara su lugar.

La dueña original no podía aceptar su situación actual. Fue forzada a casarse con un hombre mayor y maltratar a sus tres hijos, lo que finalmente llevó a un final amargo, con el esposo divorciándose de ella y su trágica muerte en las calles.

Como la dueña original no era la protagonista, su historia era solo una anotación al margen en la novela.

Ahora, el punto actual de la historia era cuando la dueña original descubrió que iba a casarse con el hombre mayor divorciado, y había intentado suicidarse lanzándose a un río. Sin embargo, fue rescatada.

Gu Zi notó que las dos personas en la habitación no se habían dado cuenta de que había despertado. Luchó por sentarse, haciendo algo de ruido, pero la pareja Gu seguía perdida en su propio mundo y no la escuchó.

Desde el punto de vista de Gu Zi, la Gu Zi en el libro era demasiado arrogante y nunca había enfrentado desafíos reales, es por eso que explotaba por pequeñas cosas.

Pero ella era diferente; ahora tenía treinta años y había experimentado muchas dificultades. Acababa de comprar una casa y un coche, lista para alcanzar la cima de su vida, solo para despertar en el mundo de este libro.

—Por favor no llores. Estoy dispuesta a casarme con él —dijo suavemente Gu Zi.

Gu Shan giró la cabeza para mirar a Gu Zi en la cama pero permaneció en silencio.

—Zizi, lo siento. Es toda mi culpa. No pude protegerte y no tuve más remedio que permitir... —de repente salió de sus pensamientos Zhang Mei.

—Mamá, lo entiendo —dijo Gu Zi con una dulce sonrisa y suavemente—. Si me quedo con la familia Gu ahora, la gente podría pensar que quiero robar el prometido de Lin Miao. Mamá y Papá, gracias por cuidarme todos estos años. Ahora estoy bien. No necesitamos volver. Puedo ir directamente a la casa de mi prometido.

Al escuchar las palabras de Gu Zi, Zhang Mei se sintió culpable e incómoda. Gu Shan tampoco pudo soportarlo.

Por más de una década, trataron a Gu Zi como a su preciosa hija. Si Gu Zi hubiera armado un escándalo, podrían haber sentido que desperdiciaron todos esos años criándola. Pero ahora, Gu Zi estaba siendo tan obediente, eso les tocó el corazón.

La puerta se abrió y la verdadera heredera, Lin Miao, entró. Vio que Gu Zi había despertado y que sus padres dudaban en enviarla lejos. Con los ojos llorosos, dijo:

—Gu Zi, deberías quedarte aquí. Yo iré a casarme...

Gu Shan y Zhang Mei miraron la apariencia débil de Lin Miao, y la culpa en sus corazones desapareció instantáneamente. Se razonaron a sí mismos que Gu Zi solo estaba regresando a su lugar legítimo.

—Miao Miao, este es tu hogar. Yo debería ser quien se vaya —dijo Gu Zi mirando a Lin Miao, quien estaba siendo super falsa, y sonrió.

Gu Zi se levantó de la cama y, como si recordara algo, miró a Zhang Mei, que estaba frente a ella —¿Puedes prestarme algo de dinero? Necesito tomar un autobús a la casa de mi prometido.

—En tu camino... —dijo rápidamente Zhang Mei al escuchar esto, mientras sacaba diez yuanes y se los entregaba a Gu Zi.

Antes de que Zhang Mei pudiera terminar su frase, Gu Shan frunció el ceño y sacó cien yuanes:

—Zi Zi, ¡solo llévatelo! No hables de prestar. Si alguna vez necesitas algo, solo llama —dijo.

Gu Sai agradeció. Sería un desperdicio no aceptarlo.

Las palabras de Gu Shan sonaron bien. Le dio cien yuanes y se negó a que se los devolviera. En otras palabras, no quería que volviera a la familia Gu.

Incluso dijo que ella podría llamarlos directamente si había algo. Esto sonaba bien, pero en realidad, estaba cortando lazos con ella.

Gu Zi aún obedientemente dijo "gracias" y se fue sin llevarse nada consigo.

Al ver alejarse a Gu Zi, Zhang Mei no pudo evitar observar su figura que se alejaba, sintiendo una creciente sensación de inquietud dentro de ella.