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El humor de Atenea cambió después de ver a Dominique y Sasha juntos. Le molestaba su presencia. Sin embargo, tenía que pretender que estaba bien y que no sentía nada por ellos.
Permitió que Ashton la acompañara para desviar su atención. Él la llevó a su coche.
—Espera aquí, Atenea. Voy a buscar algo dentro de mi coche —dijo él.
Atenea simplemente se quedó allí, observando a Ashton mientras él abría su coche. Unos segundos después, Ashton ya sostenía un ramo de rosas rojas.
—Esto es para ti —dijo Ashton suavemente, entregándole el ramo.
Atenea parpadeó sorprendida. Tenía que admitir que Ashton era muy dulce y romántico. Sin embargo, él era el mismo chico que simplemente había observado desde un costado mientras Dominique conspiraba contra ella.
Así que Ashton no estaba exento de su odio. Por eso no sentía ninguna culpa por usarlo como parte de su venganza.
—Gracias, Sr. Davis. Me encantan las rosas rojas. ¡Son tan hermosas! —Atenea aceptó el ramo e incluso olió la flor.