Aunque Kalandra era ciega, la expresión de sus ojos que no veían transmitía agitación.
—No sé qué tipo de juego estás jugando, Duque Thayer, pero la chica todavía está... —Sterling fue rápido en interrumpir a Kalandra y corregir al mago.
—Quieres decir la Duquesa —Sterling frunció el ceño, dándose cuenta de que lo único que Faye poseía y que podía causar tal efecto era el collar. De repente, tuvo una epifanía: no era el collar en absoluto, sino la pulsera que él le había dado en Easthaven.
Se paró frente a Faye, extendiendo su mano y pidió amablemente:
—¿Me das tu brazo?
Faye obediente levantó su mano y Sterling quitó el dije.
—He quitado el otro encanto. Puedes tocarla ahora —el Duque observó cómo Kalandra permanecía inmóvil. La escuchó murmurar entre dientes:
—No es un talismán o encanto... Eres tú —Sterling estaba desconcertado por su comentario—. ¿Qué quieres decir con —soy yo?
El mago levantó la cabeza como si mirara a los ojos de Sterling.