—Transfiere todos mis activos y acciones a Eric —dijo James con decisión.
Wilson, el abogado, levantó la vista hacia James sorprendido. ¿No era él muy apegado a Henry? ¿Por qué ahora lo dejaba sin nada?
Aunque los eventos con Grace insinuaban la razón, Wilson aún frunció el ceño. —Sr. Nelson... hace solo unos días, Eric me llamó y mencionó que si planeaba cambiar el testamento, dándole todas las acciones, activos y propiedades, él no las aceptaría.
James sintió un doloroso apretón en el pecho. —Está bien, sigue adelante y haz los cambios. Si los acepta o no, esa es su decisión. Pero darlos es mía.
El otrora vibrante James ahora parecía haber envejecido décadas, sus ojos llenos de un profundo dolor y cansancio.
Tal vez perderlo todo, tal vez comprender la verdad, es de lo que se trata la vida.
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