—Ahh... —Zein mordió sus labios, reprimiendo a medias una risa y a medias ahogando gemidos.
—Sí, realmente subestimó al esper.
—Para ser precisos, subestimó esa lengua celestial.
—Al principio estaba bien, viendo a Bassena usar relajadamente su boca para desabrocharle los pantalones. Cómo diablos el esper podía hacer eso, Zein no tenía ni idea. Pero era bastante interesante, quizás lo sabría si la iluminación fuera un poco mejor. Lo siguiente que supo, sintió una ligera brisa en su pelvis cuando sus pantalones se abrieron.
—¿Estaba el hombre tratando de alardear? No se detuvo allí, continuó usando su boca para bajar la ropa interior negra, mostrando el miembro semi-erecto de Zein.
—Zein suspiró levemente ante el frío que de repente asaltó su piel. Bassena no jugó inmediatamente con los genitales del guía, en cambio, presionó sus labios sobre la carne de arriba, la leve extensión de piel clara del hueco entre el uniforme negro.