—Es la primera vez que veo a Shin enojarse de verdad —murmuró Zein de camino a casa.
Siempre era desconcertante ver a alguien como Han Shin, que siempre estaba sonriendo pícaro o haciendo pucheros infantilmente, dándoles una mirada fría. Ni siquiera preguntó por qué se lo ocultaron, ya sea porque ya sabía por qué o porque no le importaba ninguna explicación. Así que no había espacio para que se disculparan, y eso profundizaba su conciencia culpable.
—Ah, yo experimenté eso una vez —dijo Bassena—. Aunque no hacia mí. Fue después de aquel incidente, cuando Radia le cortó el cuello a Joon. Estaba tan enojado que esos dos de repente se convirtieron en... hmm... enemigos.
—Ya veo...
—Dejó de hablar, no solo con ellos dos. Ni siquiera me hablaba a mí y a Reina.
—¿Ni siquiera a Reina?