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—Algo para recordar a tus padres —repitió Zein en voz baja, reflexionando sobre esas palabras mientras llegaba a la azotea del quinto piso. Era un lugar donde los trabajadores solían ir a fumar, aunque había una sala para fumar disponible en el interior. Zein no fumaba cigarrillos normales, y la Aguja Dorada no tenía olor ni residuos dañinos, pero le gustaba mirar al cielo azul. Había una pequeña torre a la que podía subir donde podía recostarse escondido de los demás, solo mirando el cielo y pensando en... cosas.
Podría tomar prestada una de las cámaras privadas de entrenamiento, pero entonces no podría ver el cielo allí.
Así que allí estaba, tumbado bajo el cielo de otoño afortunadamente brillante, inhalando maná para calmar su mente. De nuevo, repitió las palabras de Radia.
—Algo para recordar a tus padres...
Zein no había decidido si estaría bien con aferrarse a eso. Recordó la pesadez que sintió cuando vio la foto de su boda. ¿Sería capaz de enfrentarse a algo más?
