—Quizás... ¿quizás? —Bassena se quedó congelado, con los ojos muy abiertos mirando los labios que acababan de pronunciar esa simple y tranquila palabra. No podía registrar nada de lo que los demás estaban discutiendo en ese momento, porque... ¿quizás?!
¿Lo escuchó bien? ¿Acaso Zein—el Luzein—acababa de admitir que desarrolló sentimientos por Bassena?
Por supuesto, Bassena sabía que Zein lo trataba diferente a otras personas. Después de todo, estaba en el negocio de buscar desesperadamente una señal de progreso en su relación. Las suaves palmadas, las caricias en el cabello y la tierna mirada que Zein a veces le daba estaban llenas de un afecto que el guía no proveía a los demás. Y Bassena estaba orgulloso de ello.