Radia Mallarc era el epítome de crecer con todo al alcance de su mano.
Nació en una dinastía de poder y riqueza, como hijo único que no necesitaba preocuparse por una guerra de sucesión. Pero incluso con ese estatus, la familia le dejaba hacer lo que quisiera. Podía suceder al Grupo Mortix si quería, y podía convertirse en un esper activo si así lo deseaba.
Como si el cielo demostrara su acuerdo, Radia también fue bendecido con talento. Ya fuera cuidando los negocios de la familia o manejando su poder despertado. Y no, tampoco era el tipo de genio que secretamente trabajaba duro o algo así. Realmente hacía las cosas con facilidad, tenía una gran capacidad de comprensión y estaba bendecido con una memoria perfecta.
La gente se le acercaba, ya fuera porque estaban fascinados por su encanto o para conectarse con los Mallarc. Él no se preocupaba por eso, solo le daba una buena razón para aprovecharse también de ellos. Para Radia, era una situación en la que todos ganaban.