Mansión Ancestral Lancaster.
Después de una cena tranquila, el padre de Alejandro lo invitó al balcón a tomar té.
—Hace tiempo que no dormías aquí —comentó Roca, mirando al jardín que había mantenido meticulosamente, un jardín que alguna vez perteneció a la difunta madre de Alejandro, Alexa.
—Me obligaste a irme —se encogió de hombros Alejandro.
—¡Este mocoso! ¿Cuándo te dije que te mudaras? —resopló Roca, su boca torciéndose en irritación.
—Bueno, no dejabas de molestarme con esas citas a ciegas. No me quedó otra opción que alejarme de ti, papá. Así que de alguna manera, tú eres la razón por la que me fui de casa —respondió Alejandro, con el rostro estoico.
Alejandro se volvió para mirar a su padre a los ojos y le preguntó directamente:
—¿Has hablado con William? ¿Él está involucrado en mi matrimonio?