Rain tragó saliva, quedándose sin palabras. Debería haber sido fácil decir que sí, que después de todo, era solo un matrimonio de fachada. Pero algo dentro de ella la hizo dudar. En el fondo, crecía la esperanza de que el matrimonio realmente pudiera funcionar.
Su rostro se sonrojó al darse cuenta de hacia dónde se dirigían sus pensamientos. ¿Por qué estaba considerando siquiera intentar que el matrimonio funcionara? Alexander Lancaster tenía una mujer a la que apreciaba, alguien que estaba esperando que regresara. Perdida en sus pensamientos, Rain sin darse cuenta se tocó las mejillas, volviendo a la realidad.
—Mmm, si no funciona, ¿qué tal si consideras volver a casarte con Clifford? —sugirió Sanya de repente.
Rain se volvió hacia Clifford, con una expresión seria. —Mi padre lo aplastaría con sus propias manos, Sanya. No dudaría en herir a Clifford o, peor aún, usar sus conexiones con el alcalde para eliminarlo.