Cuando más pensaba Qin Feng, más inseguro se sentía.
La felicidad que había sentido antes parecía haberse desvanecido.
Los eventos del pasado empezaron a aparecer en sus ojos.
Pronto sus ojos se enfocaron un poco.
¿Y qué si estaba desfigurado? Aún tenía una solución.
Pero antes de eso...
—Jiyai, sal de este lugar.
—¡No! ¡Miau! —Su Jiyai sacudió la cabeza.
Qin Feng no apartó a Su Jiyai. De quién se estaba burlando... Su Jiyai era su primer amor.
El amor con el que quería pasar el resto de su vida. El amor por el cual traicionó la base de Willow Land.
El amor por el cual fue desfigurado y el amor por el cual estaba listo para sacrificar, incluso, su cuerpo.
La esperaba todos los días... todas las noches. Y deseaba que la noticia de que Su Jiyai estaba muerta fuera una mentira.
Rogó a Dios que tuviera piedad de él e incluso intentó encontrar cultivadores místicos que afirmaban tener el poder de traer de vuelta cualquier alma.