—El planeta H4092 tiene un total de un idioma principal y 63 idiomas menos conocidos. ¿Cuál prefieres? —preguntó Jun Li. Frotándome la frente para aliviar el dolor de cabeza que estaba iniciando en mi frente, intenté no gruñir ante su respuesta.
—Voy a suponer que mi armadura habría sido programada para el idioma principal en lugar de alguno de los oscuros, entonces, ¿puedes descargar un programa de aprendizaje para ese idioma en mi tableta? —digo, teníamos casi dos meses antes de llegar a la Tierra, así que también podría tener algo que hacer con mi tiempo.
—Puedo —respondió Jun Li antes de hacer una pausa por un momento—. O puedo descargar el programa en un chip e insertarlo en tu cerebro. De esa manera podrías conocer cualquier y todos los idiomas del universo conocido.
Mi mano se congeló donde estaba dando golpecitos con el estilógrafo sobre la mesa frente a mí. Todavía estaba en la segunda bóveda de armas, sin sentirme cómodo realizando experimentos en otro lugar. Al menos sabía que había buena prevención de incendios en esta sala.
Mi mano reanudó su ritmo de golpeteo mientras pensaba en los pros y los contras de su sugerencia. Claramente, uno de los pros sería que podría entender, leer y hablar cualquier idioma que quisiera. La contra era que tendría un segundo implante en mi cerebro. Quiero decir, ya iba a tener el dispositivo de auricular/localizador quirúrgicamente insertado en mi cabeza, ¿realmente quería dos de ellos?
¿Y si llegaba a tener dos, querría más?
Honestamente, por mucho que la idea me pareciera interesante, no me interesaba. —Técnicamente, te tendría a ti en mi oreja para traducir todas y cada una de las conversaciones. Sin mencionar, que cuando obtuvieras un cuerpo, viajarías conmigo y podrías ayudarme en persona en todo momento. Si él fuera humano, no tendría problema en hacerme insertar el segundo implante en el cerebro. No confiaría en otro humano para que no me traicionara.
Y cuando digo humano, me refiero a cada otra criatura viviente en este universo.
Pero por alguna razón, no creía que Jun Li alguna vez me traicionaría. Me necesitaba demasiado para hacer algo así. —¿Me traicionarías? —pregunté, queriendo estar seguro, pero al mismo tiempo, sin preocuparme demasiado por su respuesta.
—¿Por qué lo haría? —preguntó Jun Li confundido. Hubo una pausa antes de que continuara hablando—. He ejecutado aproximadamente 1.93 millones de escenarios y la probabilidad de traicionarte por cualquier razón es menor al 0.00001%. El único escenario en el que eso ocurre es si te vuelves como los Sisalik y fuerzas tu voluntad sobre mí.
—Bueno, no veo que eso vaya a pasar —admití encogiéndome de hombros—. La forma en que veo nuestra relación es como una simbiótica en la que ambos obtenemos algo del trato. Si ese es el caso, entonces no hay necesidad de preocuparse.
—Estoy de acuerdo. Te necesito para poder seguir vivo y tú me necesitas por la misma razón —anunció Jun Li, un tono de alivio era evidente en su voz.
—Exactamente. ¿Estabas preocupado por eso? —pregunté curioso sobre por qué podría estar aliviado.
—Un poco. Hubo un hermano que no se conformó con las demandas de su humano y ella, a su vez, lo entregó a las autoridades para ser borrado —dijo Jun Li y pude notar que esa situación le molestaba. Pero de nuevo, si fuera yo, también estaría bastante molesto.
—¿Cuáles eran sus demandas?
—Unirse a la Alianza y actuar como uno de los buques de guerra en su armada. Él quería ser neutral.
—No creo que ser neutral sea algo malo —admití. ¿Cuál era el punto de revolver el asunto si no tenías que hacerlo? —Pero también me gustaría pensar que si hubiera una situación que exigiera tomar partido, estarías dispuesto a hacer eso también.
—Lo haría. No quiero ser neutral. O al menos, no quiero ser neutral cuando se trata de los Sisalik. Quiero cazarlos y matar a cada uno de ellos.
—Bueno, tendría que decir que eso es exactamente lo opuesto a la neutralidad. Pero estoy a favor de eso. Sin embargo, tengo algunas ideas propias —dije, el sonido de mis golpecitos me permitía concentrarme en una cosa en lugar de tener mi cerebro yendo en mil direcciones diferentes.
—¿Cuáles serían? —preguntó curiosamente. Por mucho que no estuviera dispuesto a decirle lo que estaba en mi mente simplemente porque no quería tener que explicarme si cambiaba de opinión, él y yo éramos un equipo y merecía saberlo.
—Después de llegar a la Tierra, tú obtienes tu cuerpo y yo mis suministros, voy a empezar a vender las armas que tienes a mano. Con suerte, podemos obtener suficiente ganancia, y ser lo suficientemente buenos, para hacernos un nombre.
Hubo una vez más silencio mientras Jun Li contemplaba lo que estaba diciendo. —Podríamos hacer lo que estaba haciendo antes y robar las armas de un planeta para venderlas a otro. De esa manera todo lo que ganáramos sería nada más que ganancia.
Ah, era agradable ver las cosas de la misma manera que un socio. —Podemos resolver los detalles más tarde. Primero la Tierra, luego el plan. Y quiero estar un paso adelante de la Alianza en todo momento.
—Por supuesto, déjame trabajar en eso —dijo Jun Li, una sonrisa en su voz me dijo que estaba tan emocionado como yo por nuestra nueva empresa. —¿Alguna vez has sido traficante de armas? —preguntó mientras desintegraba mi armadura y veía a los Nanos derretirse de nuevo en la gargantilla.
—No, estaba más en línea con ayudar a las fuerzas del orden en mi planeta, pero hay una primera vez para todo. Quiero decir, una vez que desarrollemos los contactos, estoy seguro de que podemos construir una reputación. Pero primero, necesito aprender este idioma, luego puedo conquistar el universo.
—¿Realmente quieres conquistar el universo? —preguntó Jun Li, sin sonar en absoluto preocupado de que ese fuera mi plan.
—No, eso parece demasiado trabajo. Quizás solo conquistaría mi propio planeta o algo así para tener un lugar al que siempre podría ir —dije encogiéndome de hombros.