Cora llevó a Ofelia de tour por el castillo, comenzando desde la parte superior hasta la inferior. Ofelia sabía que esta propiedad era enorme, pero no pensó que fuera a este extremo. Para cuando bajaron desde el piso más alto hasta el nivel del suelo, le dolían los pies, y los zapatos podrían estar igualmente desgastados por el uso.
Cora continuó su larga explicación.
—Sin contar las torres, tenemos cuatro pisos y 350 habitaciones, incluyendo las de los sirvientes, guardias y los cuartos de dormir de los caballeros. Antes de su llegada, nos hemos centrado en la practicidad, pues el señor y la señora de la propiedad no están presentes para recibir invitados —continuó Cora, mientras señalaba a un estante de madera en la esquina que exhibía vendas, ungüentos y pomadas para ser usadas rápidamente, pues se acercaban al campo de entrenamiento.