—Entonces quiero cortar esta relación —Luo Huian no necesitaba una hermana que le hiciera perder su libertad.
Luo Qingling se sorprendió al principio, pero al ver el brillo de molestia y rebeldía en los ojos de Luo Huian, entendió. Su hermanita estaba irritable porque no le permitían salir.
—No te preocupes, no será por mucho tiempo.
—¡No lo necesito! ¡Me largo de aquí! —Luo Huian corrió hacia las puertas del ático, no sabía que esta mujer estaba tan loca, de lo contrario no la habría seguido hasta aquí. ¿De qué estaba hablando?
¿Realmente quería encerrarla dentro del ático? ¿Qué era ella? ¿Un perro?
¡La presencia de Luo Huian era demasiado grande para estar encerrada así!
—Solo lo hago para protegerte —dijo Luo Qingling a Luo Huian, quien puso sus manos en la perilla de la puerta.