—Los ojos de Jillian se abrieron de golpe con un jadeo audible. Se incorporó de un salto e instintivamente buscó su espada solo para darse cuenta de que... ya no estaba en el bosque nevado. Eh... ¿Qué—Qué estaba pasando? El papel tapiz azul medianoche, los azulejos oscuros del suelo de madera, el candelabro antiguo sobre su cabeza y la sensación del suave colchón bajo su palma... Jillian se pellizcó el brazo tan fuerte como pudo y aspiró un aliento de dolor.
—No estaba soñando. Esta era su habitación en la mansión. ¿Cómo terminó aquí? Lo último que recordaba era... Los recuerdos lentamente lo alcanzaron y su respiración se entrecortó al recordar un par de ojos plateados penetrantes, un rostro tan impresionante que hacía que la mujer más hermosa se sonrojara y... el cuerpo translúcido vestido solo con una túnica blanca...