Chereads / La caída de una leyenda (Inazuma) 2 / Chapter 3 - La batalla por el mañana

Chapter 3 - La batalla por el mañana

Jadeante la shogun se mantiene de pie, a su lado su amiga como creyente quien trata de protegerle del cazarrecompensas quien sonríe divertido por la situación.

Una pelea tendría lugar en aquel lugar y exacto momento, era difícil deducir el ganador absoluto. Por tanto no hay como despegar los ojos de esto, o sentirás como si el alma se te es arrebatada.

—La tía Yae si que quiere hacer de este libro muy popular —La joven suspira al pensar en como la raposiana gusta de hacer que sus empleados escriban de más en la trama de las historias —Jaja, pero por lo menos su editorial es la mejor. Regresando a la lectura, veamos... aquí esta.

Itto atacaría primero con un derechazo a la peli morada que es protegida por la kitsune al esta ponerse en medio y bloquear con su antebrazo izquierdo, rápidamente este entra en un intercambio de puñetazos con la fémina.

—Ja, si que eres molesta, pero veamos de que estas hecha monja —Por cada choque de sus puños pequeñas ondas de viento son creadas cuales resuenan a través del templo, ambos concentrados en golpear tan fuerte como pueden. El suelo resquebrajándose por la intensidad del enfrentamiento —a-agh, mal-maldito seas, n-no... ¡No me rendiré!

Inclinándose hacia la derecha para evitar un puñetazo letal del albino, como veloz es al asestar un gancho al mentón de este elevándolo en el aire y conecta una patada frontal al abdomen a pesar del dolor en su cuerpo la ira le impulso para realizar aquellos movimientos cuales culminan con el hombre.

Él cuerpo del cazarrecompensas atravesaría varias paredes del santuario, acabando en uno de los interiores donde dormitaban las Miko cuales ahora se encontraban afuera debido a la superiora que se marcho por un encargo. Ve la figura de la peli rosada entrar cuya apariencia es imponente por estar a contra luz —¡Ríndete o yo te daré un peor castigo que nuestra diosa! 

—A-agh... j-ja, eres rápida, y-y fuerte. Una kitsune en su mejor momento... 3 colas eh. Tendré que ponerme un poco más serio —Apoyándose de una mesita de noche se levanta, con una sonrisa traviesa a pesar de que se agarra el abdomen por tener algunas costillas rotas.

En lo que pareció solo un instante este apareció delante suyo con una patada al estomago, cual a pesar de ser bloqueada por los antebrazos cruzados de la fémina es expulsada por la letal fuerza del ataque. Se pone de pie con dificultad, y rápidamente contrataca con un puñetazo para así los puños de ambos choquen, desatando una gran corriente de viento alrededor de estos.

Sus brazos caen inmóviles debido al dolor que sienten, Yae aun con el dolor realiza un rodillazo al abdomen de este que bloquea al alzar su rodilla, ambas chocando y en resultado son empujados hacia atrás —A-agh... g-gh... m-maldita sea ¿Có-como es que eres tan fuerte? 

—Ah, ah... lo mismo podría decir de ti, jaja... —Una lanza purpura con detalles dorados es lanzada por la shogun, arma que impactaría de lleno al costado derecho del hombre. La sangre comienza a brotar de la herida, y sin embargo este la saca de su cuerpo de un tirón —¡Agh! Puta madre eso dolió, pero n-necesitarán más que eso... ¡ah! —La peli rosada aprovecho la oportunidad para acertar un derechazo, enviando a volar al albino y cae sobre sus rodillas tras hacer esto.

—Y-Yae, ¿T-te encuentras bien? —Ei se acerca a la kitsune, puede notar como esta tiene los ojos cerrados. Sangre se desliza desde su boca hasta su cuello, más esta susurra algo inaudible para la diosa cerrando los ojos a los pocos segundos. La shogun se pone de pie dejando el cuerpo de esta descansar allí —S-sigue viva, pero... debo enfrentar a ese monstruo, s-si no quiero. Q-que muera alguien.

A paso rápido la todopoderosa Raiden Shogun bajaría la montaña de un salto, su miedo por perder de vista al Oni le es aterrante. Ya con sus pies sobre la tierra, ve al hombre quien esta rodeado de cadáveres de soldados en el suelo.

—¿Lista para bailar? —Este extiende su mano derecha hacia ella, que en un solo paso se encuentra delante de él con un corte vertical de su lanza. Más el agarra el extremo del arma cercano a la punta con la misma mano, a pesar del sangrado con solo apretar rompe el arma —Huh, no es madera, esperaba que durase más.

La fémina velozmente da un salto hacia atrás, en el aire invoca su espada imbuida en los mismos rayos que esta domina alzando esta sobre su cabeza agarrando la empuñadura con ambas manos —¡Técnica electro: Corte a la eternidad! —Al bajar su espada una gran onda de energía purpura escapa del arma en dirección a Itto, que al chocar las palmas es reemplazado por un muñeco de toro. El corte parte a la mitad el peluche como árboles, e incluso montañas. 

Ei incapaz de encontrarle debido al bosque cercano al santuario, acerca su mano izquierda a sus labios, con su dedo índice tocando su labio superior, y su corazón alzado al igual que el primero, los otros bajos con la uña del anular cubierta por el pulgar. Mientras hace esto los rayos se vuelven más agresivos, como la lluvia más fuerte.

—Técnica prohibida: Manifestación del fin! —Las palabras de la shogun hacen eco a través de la isla entera, rayos se ciernen sobre la tierra que fue evacuada al solo indicio de ver a la arconte sobre los cielos. Cual contempla aquel paisaje expectante de un ataque por parte del Oni, y en eso ve como una montaña gigante es arrojada hacia ella —¿Q-qué? —Más de un tajo parte esta a la mitad antes de recibir el impacto.

—¡Aquí arriba! —Sobre esta su rival realiza una patada descendente a su cabeza, sin embargo entrelaza sus manos demasiado veloz —¡Residencia divina: Llanto a los perdidos! —El espacio alrededor de estos cambia a una playa cubierta de cadáveres, la arena bañada por las olas y sangre, con espadas y lanzas clavadas sobre los cuerpos empapados por la llovizna de la tormenta sobre estos. 

—¡Ríndete o perece, Oni conocido como Itto! —La diosa en sus manos tiene su arma divina, mientras el cazarrecompensas la mira a la distancia de unos metros alejado de esta —Ah, ah, me confié dema-demasiado... N-no creí que tuvieras fuerzas para desatar tu residencia, cogh, cogh —Por la tos escupe algo de sangre, mientras desde afuera comienzan a escucharse la caminata de varios soldados a la isla moviendo catapultas, y cañones.

—Y-yo si fuera tu me marcharía a proteger el santuario, volara en pedazos si no haces nada, jaja... —Itto cae sobre sus rodillas, con una sonrisa que demuestra su poca cordura. La noticia deja brevemente paralizada a la divinidad que en un destello desaparece dejándole allí —E-espero me paguen esos diplomáticos de Snezhnaya, si es que sigo vivo, jeje.

Todo resultaría ser una distracción por parte del cazarrecompensas, quien fue contratado por los Fatui y la resistencia. La Raiden Shogun debe ir contra los limites de su propio cuerpo y evitar la destrucción del santuario.

O de otro modo la joven quien considera amiga moriría, como el cerezo en flor que por su espiritualidad y poder era un símbolo de paz a la vez que belleza.

—Jaja, pareces algo abrumada hija mía —El albino se mofa de su descendiente que se cruza de brazos —Tsk, fue un gran giro de drama, pensaba que querías matar a madre, no el ser una distracción.

—Solo fue una mentira, y tienes razón te daré tiempo para que lo proceses —Kujou Sara se encoge de hombros mientras mira fuera de la ventana, viendo como caen las gotas de agua sobre la nación entera —Vale, vale papa. Solo me pregunto porque los fatui siempre están cuando no es asunto suyo, que molestos.