El silencio después de la batalla se sintió pesado en el aire. Las luces de la ciudad brillaban débilmente a través de la neblina, y el equipo de Kuro se encontraba recuperando fuerzas en un pequeño refugio improvisado, alejado de las calles principales. Wolf revisaba sus prótesis, Alter y Ego conversaban en susurros, mientras Deux ajustaba las armas que habían usado durante el combate. Alicia, por otro lado, parecía distraída, su mirada fija en el horizonte.
Kuro, sin embargo, no estaba presente en cuerpo o mente. Se había alejado del grupo, buscando un poco de soledad en una esquina oscura del refugio. En su mano sostenía una pequeña tablet que había recogido en el último enfrentamiento, algo que uno de los mercenarios había dejado caer. La información en la pantalla le había sacudido más de lo que esperaba.
La oferta estaba ahí, clara como el día. Un mensaje codificado que se había abierto automáticamente al reconocer la señal de su dispositivo. El remitente era alguien dentro de CHO Corp, una figura desconocida pero con poder, y la oferta que le hacía era tan tentadora como peligrosa.
**"Sé lo que buscas, Kuro. Sé de dónde vienes, quién eres realmente. Puedo darte todo lo que necesitas para destruir a CHO Corp, pero a cambio, necesitaré algo de ti. Algo pequeño: la ubicación de Deux. Solo eso. Luego tendrás toda la información que quieres."**
El mensaje le había golpeado como un martillo. Kuro sabía que Deux estaba siendo perseguido por razones desconocidas, y aunque nunca lo había admitido abiertamente, Deux había dejado entrever que su vida antes de unirse a los Cuervos estaba llena de traiciones y secretos oscuros. Pero esto… esto era diferente. Estaban pidiendo a Kuro que traicionara a su propio compañero.
Kuro cerró los ojos, pensando en todo lo que habían logrado juntos como equipo. Alter, Ego, Alicia, Wolf… y Deux. Podía sentir el peso de la moralidad apretando su pecho. Traicionar a un aliado por el bien mayor, ¿era eso lo correcto? La información que CHO Corp ofrecía era crucial. Podría acabar con sus planes de una vez por todas, salvar millones de vidas. Pero, ¿a qué costo?
A lo lejos, se escuchaban pasos suaves. Alicia se acercó, con su característico aire relajado, aunque en esta ocasión había una sombra de preocupación en sus ojos.
—"Te ves pensativo," dijo, sentándose a su lado. "¿Qué pasa?"
Kuro miró el dispositivo en su mano, luego lo guardó en su bolsillo rápidamente. No quería que nadie más lo supiera, al menos por ahora.
—"Nada," respondió con una sonrisa forzada. "Solo pensando en el próximo movimiento."
Alicia lo observó con detenimiento. Sabía que algo no estaba bien, pero no insistió. En lugar de eso, decidió cambiar el tema.
—"Sabes, siempre he creído que somos los buenos en esta historia. Pero a veces me pregunto, ¿qué tanto estamos dispuestos a sacrificar para lograrlo? Siempre hay un precio, ¿no?"
La pregunta retumbó en la mente de Kuro. Había un precio, y él lo sabía. El problema era si estaba dispuesto a pagarlo.
—"Supongo que depende del precio," dijo en voz baja, más para sí mismo que para Alicia.
Antes de que pudieran continuar la conversación, Deux se acercó a ellos, interrumpiendo el momento.
—"Kuro, tenemos que hablar sobre la próxima misión," dijo, sin darse cuenta de la tensión en el aire. "Encontré algunos planos que podrían ser útiles."
Kuro lo miró fijamente, notando cada detalle de su expresión. Deux no tenía idea del peligro que corría, y eso hacía que la oferta que Kuro tenía entre manos se sintiera aún más insoportable.
—"Claro," respondió finalmente, levantándose. "Veamos los planos."
***
Esa noche, Kuro no pudo dormir. La tablet seguía quemando en su bolsillo, recordándole la oferta que le habían hecho. Cada vez que cerraba los ojos, veía las consecuencias de ambas decisiones. Si entregaba a Deux, podría salvar muchas vidas, pero perdería a un aliado valioso. Si no lo hacía, podría estar condenando a Sky City a caer bajo el yugo de CHO Corp.
Al amanecer, tomó una decisión.
Se levantó y caminó hacia el borde del refugio, donde Celia había estado trabajando en su computadora. Era la única persona en quien sentía que podía confiar plenamente en ese momento, alguien que, al igual que él, tenía sus propios motivos para derribar a CHO Corp.
—"Necesito tu ayuda," le dijo con voz firme, y ella alzó una ceja, sorprendida por la seriedad de su tono.
—"¿De qué se trata?"
—"CHO Corp me ha hecho una oferta… pero no puedo aceptarla sin pagar un precio alto. Necesito que rastrees la fuente de este mensaje y averigües quién está detrás. Si puedo obtener esa información sin traicionar a nadie, podríamos tener una ventaja."
Celia asintió lentamente, comprendiendo la magnitud de lo que Kuro le estaba pidiendo.
—"Déjame ver qué puedo hacer," respondió, sus dedos ya moviéndose rápidamente sobre el teclado. "Pero si vamos a hacer esto, necesitaremos movernos rápido. No tenemos mucho tiempo antes de que se den cuenta."
Kuro se sintió aliviado. No había tomado la decisión más fácil, pero había elegido el camino que consideraba más correcto. Sabía que, al final, no importaba cuán tentadora fuera la oferta, traicionar a un aliado iba en contra de todo lo que defendían como equipo.
La moralidad en las sombras de Sky City era difusa, pero Kuro estaba decidido a no perder su humanidad en la batalla.