La misión en el laboratorio clandestino de CHO Corp comenzó con una tensión palpable entre los Cuervos. Cada miembro del equipo estaba concentrado, pero el peligro acechaba en cada esquina. Kuro lideraba la operación con su habitual precisión, pero incluso él podía sentir que algo estaba fuera de lugar. El laboratorio era uno de los más importantes de la corporación, y fallar no era una opción.
El equipo estaba dividido en dos grupos. Alter y Ego habían sido enviados a distraer a los guardias en la entrada principal, mientras Kuro, Killer Zero, Wolf y Deux avanzaban sigilosamente por los pasillos del complejo, siguiendo las instrucciones de Celia, quien monitoreaba el sistema de seguridad desde una ubicación remota.
—"Despejado por ahora," murmuró Kuro, mientras el grupo se movía como sombras, esquivando las cámaras y sistemas de alarma.
—"No me gusta esto, Kuro," dijo Wolf, su tono era bajo pero firme. Las prótesis robóticas de sus piernas apenas hacían ruido mientras avanzaba, pero sus instintos animales estaban alerta. "Es demasiado fácil."
Kuro asintió, compartiendo la misma inquietud. Algo no encajaba. Los sistemas de seguridad de CHO Corp siempre habían sido de los más avanzados, y este laboratorio en particular debía estar mejor protegido. Sin embargo, no había habido resistencia significativa.
Finalmente, llegaron a la puerta del núcleo de datos, donde Deux comenzó a trabajar con su equipo de hacking.
—"Dame un minuto," dijo Deux, mientras conectaba su dispositivo a la cerradura electrónica. "Esto debería ser pan comido."
Antes de que pudieran reaccionar, las alarmas del laboratorio comenzaron a sonar, y las luces rojas inundaron los pasillos.
—"¡Mierda! ¡Nos descubrieron!" gritó Killer Zero, sacando sus armas con una sonrisa emocionada en el rostro.
—"Celia, ¿qué pasó?" exigió Kuro, su voz cortante.
—"Lo siento, Kuro. El sistema se reinició. Tienen refuerzos dirigiéndose hacia ustedes. ¡Deben moverse ahora!" respondió Celia, claramente tensa.
En cuestión de segundos, el equipo se encontró rodeado. Mercenarios de CHO Corp aparecieron de ambos lados del pasillo, bloqueando su ruta de escape. Killer Zero y Wolf se colocaron en posición, cubriendo a Deux mientras terminaba de abrir la puerta.
—"¡Vamos, vamos, vamos!" gritó Killer Zero, disparando ráfagas de fuego hacia los enemigos que se acercaban.
Wolf, siempre en la vanguardia, cargó contra los mercenarios con una velocidad impresionante, sus prótesis robóticas impulsándola hacia adelante como un depredador en la caza. Con un movimiento fluido, cortó a través de los enemigos con sus armas afiladas, pero sabía que el número de mercenarios seguía aumentando.
Alter y Ego, al escuchar las alarmas, llegaron corriendo al campo de batalla, uniéndose a la defensa del equipo.
—"¡Nosotros también ayudaremos!" gritó Alter, su tono lleno de determinación mientras disparaba con precisión hacia los mercenarios.
A pesar de sus esfuerzos, la situación empeoraba. Los enemigos seguían llegando en oleadas, y el equipo se estaba agotando. Kuro miró a su alrededor, sabiendo que estaban al borde del colapso.
Finalmente, Deux logró desbloquear la puerta del núcleo de datos. Kuro y él corrieron hacia el interior para comenzar la transferencia de información crucial sobre los experimentos de CHO Corp, mientras Killer Zero, Wolf, Alter y Ego mantenían a raya a los mercenarios.
—"Tenemos la información, pero no tenemos forma de salir de aquí," dijo Kuro, su voz grave.
Fue entonces cuando Wolf tomó una decisión que cambiaría el rumbo de la misión.
—"Ustedes tienen que irse. Yo me quedaré," dijo Wolf, su voz firme y sin titubeos. Su mirada se posó en Kuro, que la miraba con incredulidad.
—"Wolf, no lo digas," comenzó Kuro, pero ella lo interrumpió.
—"No hay tiempo para discusiones. Si no hago esto, ninguno de nosotros saldrá con vida. Mi vida ha sido una batalla constante. Si este es el final, que sea para que ustedes sigan luchando. Tú tienes una misión más grande, Kuro. No la desperdicies."
Kuro apretó los puños, consciente de que lo que Wolf decía era la verdad. Sabía que Wolf siempre había sido la más dispuesta a hacer sacrificios, pero aún así, el peso de la decisión le aplastaba.
—"No lo olvidaremos, Wolf," dijo Killer Zero, su voz solemne por primera vez.
Wolf sonrió levemente. Era una sonrisa fría, pero también llena de determinación. Sin más palabras, se giró hacia los mercenarios que seguían llegando y, con un rugido de guerra, se lanzó a la batalla, sus prótesis brillando mientras usaba cada parte de su ser para luchar.
Kuro lideró al resto del equipo hacia la salida, escuchando los sonidos de la batalla mientras se alejaban. El rugido de Wolf y el eco de sus armas resonaban en sus mentes, sabiendo que su compañera no volvería.
Al final, cuando el equipo escapó con la información, el silencio fue lo único que los acompañó.