El amanecer apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando Kuro, exhausto por la reciente operación, decidió tomar un breve respiro en uno de los pocos lugares tranquilos de Sky City. Se encontraba en un antiguo parque abandonado, un sitio que solía visitar en su infancia. Los edificios en ruinas y el silencio absoluto lo envolvían en una calma extraña, casi inquietante, que le daba un momento de paz antes de regresar al caos.
Alicia, Alter, Ego y Celia estaban dispersos, recuperándose del esfuerzo. Aunque el equipo parecía estar enfocado en su próxima misión contra CHO Corp, había algo que Kuro no podía dejar de pensar. La operación encubierta había revelado algo más profundo, algo que agitaba recuerdos enterrados de su pasado.
Mientras estaba sentado, con los ojos perdidos en la distancia, una figura emergió de las sombras. Kuro alzó la mirada con desconfianza, listo para cualquier amenaza. Pero en lugar de un enemigo, vio a un hombre mayor con una presencia imponente, vestido con un elegante abrigo oscuro que ocultaba cualquier rastro de su identidad. La luz de la mañana apenas iluminaba su rostro, pero Kuro reconoció esos ojos grises penetrantes de inmediato.
—"Sabía que eventualmente te encontraría aquí, Mateo," dijo la figura, su voz profunda resonando en el aire.
Kuro se congeló al escuchar ese nombre, un nombre que hacía tiempo había dejado atrás. Nadie lo llamaba por su verdadero nombre, Mateo Von Wallestein, desde que abandonó su antigua vida. Pero este hombre... él lo sabía.
—"¿Quién eres?" —preguntó Kuro, poniéndose de pie con una mano cerca de su arma, su mirada fría y calculadora.
El hombre avanzó lentamente, revelando más de su rostro mientras la luz lo bañaba. Era un rostro conocido, uno que Kuro nunca pensó volver a ver.
—"Soy alguien que conoce la verdad sobre tu familia," respondió el hombre. "Mi nombre es Reinhardt Von Wallestein... tu tío."
Kuro retrocedió un paso, atónito ante la revelación. Aunque había escuchado historias de su familia cuando era niño, nunca había tenido contacto con ellos directamente después de su partida. Reinhardt se acercó con paso firme, deteniéndose justo frente a él.
—"Tú no deberías estar aquí," continuó Reinhardt. "Tu destino no era convertirte en un mercenario cazador de sombras. Eres un Von Wallestein, la sangre noble corre por tus venas."
El pasado de Kuro comenzó a resurgir en su mente. Su verdadero nombre, **Mateo Von Wallestein**, pertenecía a una familia de élite, una dinastía de poder e influencia en Sky City, y más allá. Pero esa misma familia estaba entrelazada con secretos oscuros y decisiones que habían llevado a Kuro a alejarse de todo.
—"Si sabes quién soy," replicó Kuro, su voz tensa, "también sabes que abandoné esa vida por una razón."
Reinhardt asintió, reconociendo las palabras de su sobrino con una expresión de comprensión, pero también de desdén.
—"Sí, lo sé. Pero hay algo que no sabes, Mateo. Lo que ocurrió con tu familia no fue solo un capricho del destino. Tu padre no fue víctima de una simple traición, sino de un plan mayor, orquestado desde las sombras."
El corazón de Kuro dio un vuelco. Siempre había creído que la caída de su familia había sido una consecuencia inevitable del poder que ostentaban, pero lo que Reinhardt insinuaba era mucho más oscuro.
—"¿Qué estás diciendo?" —preguntó, esta vez sin intentar ocultar su curiosidad.
—"Tu tío, **Gustaf Von Petrick**," dijo Reinhardt, pronunciando el nombre con veneno, "es el hombre detrás de todo. Fue él quien traicionó a tu padre y se hizo con el control de CHO Corp. Todo lo que ha sucedido desde entonces, los experimentos inhumanos, las armas que amenazan con destruir esta ciudad... todo se remonta a él. Y tú... eres su principal obstáculo, aunque aún no lo sepas."
Kuro se quedó inmóvil, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. Gustaf Von Petrick, el hombre a quien habían jurado destruir, no solo era su enemigo, sino su **tío**. Un miembro de su propia sangre.
—"Esto no tiene sentido," dijo Kuro, retrocediendo un paso mientras sus pensamientos se agitaban. "Si esto es cierto, ¿por qué me lo dices ahora? ¿Qué esperas ganar con esto?"
Reinhardt dejó escapar un suspiro profundo, como si estuviera cansado de llevar el peso de esos secretos durante demasiado tiempo.
—"Te lo digo porque quiero que tomes lo que te pertenece," declaró con firmeza. "La familia Von Wallestein era una de las más poderosas de esta ciudad, y tú, Mateo, eres su último heredero legítimo. Gustaf te quitó todo, y ahora, es hora de que tomes venganza. Pero para hacerlo, debes conocer la verdad."
Kuro guardó silencio por un momento, observando el rostro de su tío y sopesando cada palabra. Todo lo que creía saber sobre su pasado, sobre sus razones para luchar, ahora parecía insuficiente. Había una conspiración mucho más grande en juego, una que involucraba a su familia y el control absoluto de Sky City.
Finalmente, levantó la vista, sus ojos ahora llenos de una determinación fría y calculada.
—"No lucho por la herencia ni por el poder," dijo Kuro con un tono firme. "Pero si Gustaf es el hombre responsable de todo esto, entonces lo enfrentaré. No por venganza, sino por justicia."
Reinhardt sonrió débilmente, como si hubiera esperado esa respuesta.
—"Como lo esperaba de ti, Mateo. Pero recuerda, la justicia es solo un concepto. Al final, solo el poder prevalece."
Antes de que Kuro pudiera responder, Reinhardt dio media vuelta y desapareció entre las sombras de la ciudad, dejando a su sobrino con más preguntas que respuestas. Kuro, o Mateo Von Wallestein, como ahora sabía que debía llamarse, permaneció allí por un momento más, contemplando el horizonte de Sky City.
Su misión seguía siendo la misma, pero ahora tenía un propósito más profundo. No solo luchaba contra CHO Corp y su control corrupto, sino también para desentrañar los secretos oscuros que envolvían a su propia familia. Y lo más importante, iba a enfrentarse a Gustaf, su tío, un hombre que no solo había traicionado a su familia, sino que ahora amenazaba con destruir todo lo que él amaba.
Kuro cerró los ojos por un breve instante, antes de volver al grupo. La verdadera lucha apenas comenzaba, y esta vez, no solo se trataba de salvar Sky City, sino de enfrentar el legado de sangre que había intentado dejar atrás.