El aire en Sky City estaba cargado de una ligera niebla, como un presagio de la tormenta que se avecinaba. Kuro y Alicia —o Killer Zero, como prefería que la llamaran en combate— caminaban por los estrechos callejones de los barrios bajos, lejos de los relucientes rascacielos que adornaban la parte más lujosa de la ciudad. Aquí, las sombras eran más largas y los rostros más difíciles de olvidar.
Kuro había recibido una pista sobre dos jóvenes gemelos con habilidades prometedoras, que podrían ser los aliados perfectos para su misión. Aunque al principio no estaba convencido de reclutar a adolescentes, Killer Zero había insistido.
—"Vamos, Kuro, ellos te admiran. Y además, confía en mí, estos dos tienen algo especial", le había dicho con su habitual tono despreocupado.
Ahora, mientras se acercaban a un edificio desgastado y cubierto de grafitis, Kuro se mantenía alerta. Sabía que en este lugar las cosas podían torcerse en cualquier momento.
—"¿Estás seguro de que estarán aquí?" —preguntó Kuro mientras miraba el edificio.
Alicia asintió, una sonrisa en sus labios.
—"Alter y Ego siempre están en lugares como este. Es su territorio".
El primer encuentro con Alter y Ego
Subieron por las escaleras oxidadas del edificio, el ruido de sus pasos resonando en la estructura metálica. Al llegar al último piso, encontraron una puerta entreabierta. Kuro se detuvo por un momento antes de empujarla con cuidado. El interior del departamento era sorprendentemente ordenado para lo que esperaban de dos adolescentes que vivían solos. Carteles de las "Seis Sombras" decoraban las paredes, y varios dispositivos electrónicos estaban esparcidos por la sala.
De repente, una voz animada rompió el silencio.
—"¡Sabía que vendrías, Kuro!" —exclamó un joven que apareció desde el otro lado de la sala, con una gran sonrisa en su rostro. Era Alter, el hermano mellizo. Su cabello oscuro estaba desordenado, y llevaba una camiseta con el logo de uno de los equipos de combate más populares de Sky City. A su lado, Ego, la hermana, observaba con una sonrisa tímida pero brillante.
—"Es un honor conocerte en persona", dijo Ego, inclinando ligeramente la cabeza. "Hemos seguido todos tus movimientos desde que oímos hablar de los Cuervos".
Kuro intercambió una mirada rápida con Killer Zero, quien parecía estar disfrutando del momento.
—"Bueno, supongo que ya saben por qué estamos aquí", dijo Kuro, yendo al grano. "Necesitamos aliados confiables y escuché que ustedes dos podrían sernos útiles".
Alter se adelantó emocionado.
—"¡Útiles! ¡Claro que sí! Somos los mejores en lo que hacemos! Puedo manejar cualquier tipo de tecnología y Ego es imparable en combate".
Ego asintió con un poco más de moderación.
—"Entrenamos mucho, Kuro. Queremos ser como tú… Bueno, como ustedes", dijo mientras echaba una mirada rápida a Alicia, quien le guiñó un ojo.
Demostración de habilidades
Kuro, siempre cauteloso, cruzó los brazos y los miró con escepticismo.
—"Bien, muéstrenme lo que pueden hacer. No puedo llevar a cualquiera al equipo".
Alter y Ego intercambiaron una mirada cómplice antes de moverse hacia una esquina de la habitación. Alter se acercó a una consola que parecía controlar varios sistemas del edificio. Sus dedos se movían con rapidez sobre los controles, y casi instantáneamente, las luces parpadearon y una serie de hologramas comenzaron a proyectarse en la sala.
—"Manejo sistemas, hackeo redes, y puedo crear ilusiones para distraer o confundir al enemigo", explicó Alter, mientras varios hologramas de mercenarios enemigos aparecían en el cuarto, moviéndose como si fueran reales. "En una misión, puedo cubrir tu escape o distraer a los guardias mientras Ego se encarga de eliminarlos".
Ego, por su parte, se adelantó y, en un abrir y cerrar de ojos, sacó dos cuchillos de combate que llevaba ocultos. Con una rapidez asombrosa, los lanzó a dos de los hologramas, acertando con precisión mortal. Aunque no eran reales, su habilidad con las armas era innegable.
—"Soy buena con el combate cuerpo a cuerpo, pero también puedo usar armas de largo alcance", explicó Ego con modestia. "Y Alter siempre cubre mi espalda".
Killer Zero, divertida, comenzó a aplaudir lentamente.
—"Impresionante. Creo que tenemos a dos nuevos cuervitos en nuestro nido", dijo con una sonrisa traviesa.
Kuro establece el vínculo
Kuro observó atentamente cada uno de los movimientos de los gemelos. Era evidente que, aunque eran jóvenes, ambos poseían un talento natural. Además, lo que más le llamó la atención fue la sincronización y la confianza mutua que tenían. Se cubrían las espaldas sin necesidad de hablar, un tipo de vínculo que solo se desarrollaba con años de confianza.
—"Tienen talento", admitió Kuro finalmente. "Pero esto no es un juego. Las misiones que enfrentamos son peligrosas. La gente muere. ¿Están listos para eso?"
Ego bajó la mirada un momento, pensativa, mientras Alter se adelantaba.
—"Lo sabemos", dijo Alter con seriedad, algo poco común en él. "Pero queremos hacer una diferencia. Queremos luchar contra los que están destruyendo Sky City. Y si tú estás liderando la batalla, Kuro, entonces queremos estar a tu lado".
Ego asintió.
—"Sabemos a lo que nos enfrentamos. Y no tenemos miedo", agregó ella, con una convicción que dejó a Kuro sin dudas.
Kuro los miró detenidamente, sopesando sus palabras. Estos dos no solo eran admiradores; eran jóvenes dispuestos a arriesgarlo todo por algo en lo que creían. Y a pesar de su juventud, vio en ellos un potencial que podía ser crucial para el equipo.
—"Muy bien", dijo finalmente. "Bienvenidos a los Cuervos. Pero recuerden, a partir de ahora, las cosas se pondrán mucho más peligrosas. No hay marcha atrás".
Alter y Ego sonrieron, casi al unísono, emocionados y orgullosos.
—"No queríamos marcharnos de aquí de ninguna manera", bromeó Alter, mientras Ego simplemente asintió con una expresión decidida.
Futuras variantes y vínculos en crecimiento
A medida que los cuatro abandonaban el edificio para dirigirse a la próxima misión, Kuro no pudo evitar pensar en cómo el equipo comenzaba a tomar forma. Alter y Ego eran jóvenes, sí, pero su lealtad y habilidades serían cruciales en las batallas que se avecinaban.
Mientras caminaban, Alicia se acercó a Kuro, sonriendo.
—"Ves, te lo dije. Son perfectos para el equipo. Aunque me preocuparía por el exceso de entusiasmo de Alter".
Kuro soltó una leve risa, algo raro en él.
—"Lo manejaremos", respondió. "Por ahora, solo espero que estén listos para lo que viene".
A lo lejos, en los cielos de Sky City, el resplandor de las luces anunciaba una nueva noche de caos. Pero ahora, con un equipo más fuerte, Kuro sentía que tal vez, solo tal vez, estarían listos para enfrentar el peligro creciente que acechaba en las sombras.