El eco de las pisadas resonaba en los oscuros pasillos del laboratorio clandestino, mientras Kuro avanzaba con cautela. Sabía que el sonido de la alarma había alertado a todos en el edificio, y en cualquier momento los guardias llegarían. Sin embargo, Kuro estaba preparado. Había pasado por esto antes y siempre salía victorioso. Pero hoy, algo en el aire le hacía sentir que no estaba solo.
A medida que avanzaba, escuchó el ruido característico de una puerta abriéndose con fuerza en uno de los pasillos laterales. Instintivamente, Kuro se escondió detrás de una columna, observando cómo un grupo de mercenarios armados, al parecer contratados por el laboratorio, se desplegaba por la zona. Se movían con precisión militar, y sus armas de alta tecnología dejaban claro que no serían oponentes fáciles.
Kuro ajustó su máscara, tomando una respiración profunda. Si quería llegar al científico, primero tendría que superar a esos mercenarios. Contaba con su sigilo y habilidades, pero era una situación compleja.
—"Aquí vamos…" —murmuró, preparándose para el enfrentamiento.
El enfrentamiento con los mercenarios
Los mercenarios comenzaron a peinar el área, sus linternas iluminando cada rincón oscuro. Uno de ellos se acercó demasiado a la columna donde Kuro se ocultaba. Sin hacer ruido, Kuro lo derribó rápidamente con una llave al cuello, silenciando su grito con precisión. Tomó el arma del caído y se preparó para atacar al resto.
La pelea fue rápida y brutal. Kuro se movía con agilidad, esquivando los disparos y derribando a sus oponentes uno por uno. Su pistola, modificada con tecnología avanzada, le permitía disparar con una precisión letal, pero a pesar de sus esfuerzos, los mercenarios seguían llegando.
Justo cuando parecía que la situación se complicaba, un destello cegador de luz apareció en el extremo del pasillo. Kuro se giró, desconcertado, mientras una figura saltaba desde las sombras, lanzando una serie de rápidos y letales ataques contra los mercenarios.
La aparición de Killer Zero
Era Killer Zero.
Con su característico traje blanco y su cabello rubio brillando bajo las luces intermitentes del laboratorio, Alicia se movía con una energía imparable. Con una sonrisa en su rostro, derribaba a los mercenarios como si fuera un juego. Su arma, una katana de alta tecnología, cortaba el aire con un zumbido agudo, mientras ella giraba y atacaba con precisión letal.
Kuro, aún sorprendido por su aparición, no tardó en unirse a la pelea a su lado. Ambos, sincronizados como si hubieran entrenado juntos toda la vida, eliminaron al último grupo de mercenarios en cuestión de minutos. El suelo del laboratorio ahora estaba lleno de cuerpos inconscientes, y el eco de los disparos finalmente se desvaneció.
Kuro bajó su arma y se giró hacia Killer Zero, quien aún sostenía su katana con una sonrisa traviesa en su rostro.
—"Llegas justo a tiempo, Alicia", dijo Kuro, mientras se quitaba la máscara, dejando ver su rostro serio pero relajado.
—"¡Oh, por favor! Sabías que no iba a perderme la diversión", respondió ella, limpiando la sangre de su katana antes de guardarla.
La conexión entre Kuro y Killer Zero
A pesar de sus personalidades contrastantes, había algo en la dinámica entre ellos que funcionaba perfectamente. Kuro, con su seriedad y enfoque táctico, encontraba en Alicia un complemento perfecto. Ella era todo lo contrario: enérgica, extrovertida y siempre dispuesta a lanzarse de cabeza a la acción. Pero, en el fondo, ambos compartían un sentido profundo de justicia, aunque lo manifestaran de formas muy distintas.
Alicia se acercó a Kuro, inspeccionándolo con una mirada curiosa.
—"Parece que te encontré justo a tiempo. ¿Quiénes son estos chicos? No parecían ser simples matones", comentó, pateando ligeramente a uno de los mercenarios caídos.
—"Mercenarios", respondió Kuro, secamente. "Alguien los contrató para proteger este lugar. Probablemente trabajen para el científico que estamos buscando".
Alicia asintió, frunciendo el ceño por primera vez desde que había llegado.
—"¿Así que vamos tras otro loco más jugando a ser dios, eh? Me encanta este trabajo", bromeó, aunque su tono reflejaba algo de incomodidad ante la perspectiva de lo que podrían encontrar en las profundidades de aquel laboratorio.
—"No es solo otro loco", explicó Kuro. "Este tipo está experimentando con humanos. Las cosas que hace… son monstruosas".
Alicia lo observó un momento en silencio. Aunque su energía nunca se apagaba del todo, sabía cuándo tomar las cosas en serio. Lo había visto muchas veces: la mirada oscura de Kuro cuando hablaba de esos experimentos, el peso de la responsabilidad en sus hombros. Ella sabía que Kuro había experimentado cosas terribles en su pasado, aunque nunca hablaba de ello.
—"Bueno, entonces más razón para acabar con él", dijo finalmente Alicia, rompiendo la tensión con una sonrisa. "Además, no te preocupes, mientras estemos juntos, nada podrá detenernos".
Un lazo que se fortalece
Mientras continuaban avanzando por el edificio, Kuro no pudo evitar sentir una conexión con Killer Zero que iba más allá del simple compañerismo de armas. Habían trabajado juntos antes, pero este encuentro se sentía diferente. Alicia no solo lo había salvado de una situación difícil; su presencia había hecho que el peso de la misión fuera más llevadero.
Kuro, que usualmente prefería trabajar solo o con un pequeño equipo, se dio cuenta de que tal vez necesitaría a Alicia más de lo que pensaba. Ella no solo aportaba su habilidad con las armas, sino también una chispa de vida en un mundo que a menudo parecía sombrío y desalmado.
Alicia, por su parte, disfrutaba de la compañía de Kuro. Su seriedad y su naturaleza meticulosa contrastaban con su propia forma de actuar, pero eso hacía que el trabajo fuera aún más emocionante para ella. Y aunque pocas veces lo demostraba, valoraba profundamente la confianza que Kuro depositaba en ella.
—"Listo", dijo Kuro, mientras abría la puerta que los conducía a la sala principal del laboratorio subterráneo. "Es aquí donde encontraremos lo que buscamos. Mantente alerta".
Alicia sonrió de nuevo, sosteniendo su katana con firmeza.
—"Siempre lo estoy".
El lazo entre Kuro y Killer Zero había comenzado a fortalecerse, y aunque ninguno lo admitiría abiertamente, ambos sabían que su conexión sería clave para sobrevivir a los oscuros desafíos que estaban por venir.