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Lord Inmoral

Brandon_Monjes
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Synopsis
En un mundo devastado por guerras ancestrales y traiciones, Nolan, un ser de poder inigualable, emerge como el soberano. Habiendo forjado su destino en sangre y sufrimiento, Nolan ha subyugado a reyes, magos y guerreros, doblegando a los más poderosos bajo su voluntad indomable. Mientras los cielos se oscurecen y la magia más antigua despierta de su letargo. Pero el poder tiene un precio, y su camino está plagado de conspiraciones, traiciones y seres divinos que lo observan desde las sombras, ansiosos por reclamar lo que creen que les pertenece. A medida que el control de Nolan sobre el mundo crece, la verdadera pregunta no es si conquistará a sus enemigos, sino cuánto está dispuesto a sacrificar en su implacable búsqueda de poder absoluto. En una tierra donde los dioses aún susurran y la magia oscura fluye como ríos de sangre, solo un gobernante puede alzarse para reclamar el trono que todo lo devora.
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Chapter 1 - Capitulo 1

El aire en Heaven es denso, cargado de la energía de las almas que han perecido en este mundo cruel. En medio de la vasta llanura, siento el polvo bajo mis botas y el silencio antes de la tormenta. Un silencio que anuncia sangre y muerte. No hay duda. Esta guerra marcará un antes y un después. El año es 2025, pero parece una eternidad desde que el fatídico día nos trasladó a este mundo medieval plagado de magia. No hay armas modernas, solo espadas y conjuros, y la supervivencia depende de la habilidad y la fuerza.

Mi nombre es Nolan Corvus. Soy un Soberano, uno de los pocos que ha alcanzado ese título. Hace cinco años, era un simple hombre en la Tierra. Hoy, soy uno de los guerreros más poderosos de Heaven, un mercenario que lucha por el Imperio de Brynthia en esta guerra contra el Reino de Galewind. ¿Cuántos soldados hay al otro lado? Veinte millones, tal vez más. Sin embargo, la confianza que el emperador de Brynthia ha depositado en mí es suficiente para hacerme avanzar solo hacia el campo de batalla. Mi sola presencia basta para intimidar.

Mis ojos recorren el horizonte. Las filas enemigas están tensas. Puedo sentir el miedo mezclado con ira, como una nube que amenaza con desbordarse en cualquier momento. Aun así, sé que no se rendirán fácilmente.

- Ríndanse y juro que no los mataré - digo con voz profunda, que retumba en el aire como un trueno divino. No elevo el tono, no lo necesito. Cada palabra es una sentencia, cargada de autoridad.

El eco de mi declaración recorre las filas enemigas, pero la respuesta no tarda en llegar. Un hombre al frente, seguramente un general, da un paso adelante, con los ojos llenos de furia y orgullo.

- ¿Rendirnos ante ti? - escupe con desprecio - Prefiero que mi sangre empape esta tierra maldita antes que inclinarme ante un mercenario como tú. ¡No somos tus esclavos! ¡Eres el brazo armado de un tirano!

Sus palabras resuenan con fuerza, y puedo sentir cómo su ejército se tensa aún más. Este hombre sabe que la derrota es inminente, pero el orgullo lo ciega. La insensatez de su rebeldía casi me provoca una risa amarga. ¿Cuántos han muerto ya por ese mismo error? ¿Cuántos más caerán antes de entender que resistirse a mí es inútil?

- La libertad no tiene precio - grita otro líder, apretando los puños - ¡Si morimos hoy, será con dignidad, no como cobardes que se rinden!

Lo miro en silencio, midiendo sus palabras, como si fuesen las últimas de un condenado. El deseo de luchar por la libertad, aunque noble, es una ilusión en este mundo. El Nexus, el Zollverein, el Sovereign… Todos estos sistemas de poder son cadenas disfrazadas de títulos gloriosos. Aquí, o te sometes o mueres.

Me acerco unos pasos más, sintiendo la magia recorrer mis venas, fortaleciendo cada fibra de mi ser. La energía de este mundo es diferente, palpable, casi como la gracia divina que algunos de los cristianos predican. El general de Galewind me observa con desprecio, pero en el fondo de sus ojos noto algo más. Miedo. Miedo a lo inevitable.

- ¿Acaso piensas que tus dioses te protegerán hoy? - respondo, mi voz cargada de una amenaza silenciosa - Si ellos existieran, ¿por qué están en silencio? ¿Por qué permiten que yo, un mercenario, esté a punto de destruir todo lo que has jurado proteger?

El silencio se apodera del campo por un breve momento. Los soldados de Galewind me miran con odio, pero no hay respuesta a mis preguntas. Incluso ellos saben que sus dioses les han abandonado. El miedo vuelve a crecer entre sus filas, pero el general no cede.

- ¡No necesitamos a los dioses para enfrentarte, Inmoral! - grita, y por un instante su voz tiembla, traicionando la desesperación que intenta ocultar - Lucharemos hasta el final, porque morir en batalla es mejor que vivir como esclavos.

Siento una chispa de admiración por su obstinación, pero la guerra no deja espacio para la admiración. Aquí, solo los más fuertes sobreviven, y la fortaleza no se mide solo por la voluntad de morir. Es la habilidad de ganar lo que importa.

Respiro profundamente, sintiendo el flujo mágico intensificarse dentro de mí. No hay marcha atrás, y aunque preferiría evitar más muertes, sé que estos hombres han sellado su destino.

 - Entonces que así sea - murmuro, más para mí mismo que para ellos. Alzo una mano, y la tierra bajo los pies del ejército enemigo comienza a temblar. Puedo sentir cómo el poder se arremolina en mi interior, una tormenta incontrolable de pura energía mágica.

El general de Galewind, con su rostro endurecido, me mira con una mezcla de furia y terror. Sabe lo que viene. Sabe que este es el fin, pero aun así no se moverá. Los soldados detrás de él retroceden un paso, el miedo finalmente quebrando su valor.

 - ¡Por Galewind! - grita el general, alzando su espada hacia el cielo, en un último intento de inspirar a sus hombres.

Pero es demasiado tarde. Con un movimiento de mi mano, desato una ola de energía que se extiende por el campo de batalla como una marea imparable. La tierra se parte, el aire se llena de gritos y el sonido de la magia rasgando la realidad misma es ensordecedor. Los soldados caen como hojas en una tormenta, y el general, a pesar de su resistencia, es arrastrado junto con ellos.

El campo de batalla se convierte en un caos de destrucción, y yo, en el centro de todo, me mantengo firme. La victoria es mía, pero no siento satisfacción. Este es solo otro día en Heaven, otro día en un mundo que no ofrece piedad. Pienso en aquellos que murieron, en las vidas que he tomado. Pero, al final del día, no tengo más opción que seguir adelante. El destino me ha colocado aquí, y yo solo soy una herramienta en su maquinaria despiadada.

- Recuérdenlo bien - murmuro al viento - El Inmoral será la última cosa que escuchen antes de su final.