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Chapter 3 - Episodio 3: Una ayuda por parte de los héroes.

Pasaron 3 días después de eso, Rigor reunió a todos en una amplia sala de la academia, donde la tensión era palpable. Todos los nombres mencionados se encontraban presentes, sabiendo que la misión que se avecinaba sería crucial para la seguridad de todos.

-Escuchen con atención -comenzó Rigor, con una voz firme-. Tenemos una misión en Venezuela. El rey de Venezuela ha estado causando estragos, y debemos detenerlo a toda costa. Esta misión no es negociable. Tenemos que eliminarlo.

El grupo asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Victor, con una mirada aún marcada por el reciente trauma, se levantó y se dirigió a los presentes.

-Sabemos lo que está en juego. No solo nuestras vidas, sino las de muchas otras personas. Debemos estar preparados para cualquier cosa -dijo Victor, con determinación en su voz.

Zahid, Luna, Mahin, Marcos, Tino, Maira, Colin Franklin, Akaba, Necross, Javier, Ushibaa, Palitogood, Trapecio, Amsel, Lixy, Normado, Elisa, Lulu, Assath, Alpaca, Shyki, Fran, Asagi, Sungonkun, Chomosukez, Luci, Mariwiwi, María, y los demás se prepararon para la misión. Cada uno sabía que sus habilidades y conocimientos serían cruciales para el éxito de la operación.

Rigor los miró con seriedad.

-Partiremos de inmediato. Nuestra prioridad es infiltrarnos en el palacio del rey y eliminar la amenaza. Cada uno de ustedes tiene un papel crucial que desempeñar. Victor, liderarás la ofensiva principal. Zahid y Luna, ustedes se encargarán de la distracción inicial. Akaba y Necross, asegúrense de que nadie pueda interferir desde el exterior.

Assath se acercó a Rigor, con una expresión decidida.

-No fallaremos, Rigor. Haremos lo que sea necesario para asegurar la paz.

-Eso espero -respondió Rigor-. No podemos permitirnos ningún error.

Con la estrategia clara, el grupo se dirigió al portal que los llevaría a Venezuela. La misión sería peligrosa, pero cada uno de ellos sabía que era necesario.

Al llegar a Venezuela, se encontraron en un paisaje devastado por la guerra y la tiranía del rey. Se movieron con sigilo, utilizando sus habilidades para evitar ser detectados. Finalmente, llegaron al palacio del rey.

Victor lideró la carga, sus ojos llenos de determinación. Junto a él, Zahid y Luna crearon una distracción, atrayendo a los guardias lejos del palacio. Akaba y Necross se aseguraron de que ningún refuerzo pudiera llegar.

Dentro del palacio, el grupo se dividió en equipos, cada uno con una misión específica. Assath y Lulu se encargaron de desactivar las trampas y los sistemas de seguridad, mientras que Victor, acompañado por Zahid y Luna, se dirigió directamente hacia el trono del rey.

El rey de Venezuela, llamado Rey Matías Bolívar, había sido alertado de la presencia del grupo por uno de sus guardias leales. Matías Bolívar, un líder carismático y despiadado, era conocido por su habilidad para manipular tanto a las masas como a sus enemigos.

Al recibir la noticia de la infiltración, Matías Bolívar mandó a sus mejores guerreros a enfrentarse a los intrusos. Los guardias, conocidos por su feroz lealtad y habilidad en combate, se prepararon rápidamente para proteger a su rey.

-No permitiré que unos simples invasores amenacen mi reinado -dijo Matías Bolívar, con una sonrisa fría mientras se ponía su armadura de combate-. Que se preparen para enfrentarse a la verdadera fuerza de Venezuela.

Los guardias, armados y listos, se posicionaron en las entradas principales del palacio, esperando la llegada del grupo liderado por Victor. La tensión en el aire era palpable, y el sonido de las botas resonando en los pasillos del palacio aumentaba la anticipación de la inminente batalla.

Victor y su equipo, conscientes de que su presencia había sido descubierta, avanzaron con precaución pero sin titubeos. Sabían que enfrentarse a los guardias de Matías Bolívar no sería tarea fácil, pero también sabían que su misión era crucial para derrocar al tirano.

-Nos descubrieron -murmuró Victor, mirando a sus compañeros-. Pero no podemos detenernos ahora. Este es el momento de demostrar nuestra valía.

Zahid y Luna asintieron, preparados para enfrentarse a lo que fuera necesario. Akaba y Necross se colocaron en posiciones estratégicas para cubrir al grupo, mientras Assath y Lulu continuaban desactivando las trampas y sistemas de seguridad del palacio.

Al llegar al salón principal, se encontraron cara a cara con los guardias de Matías Bolívar. Los guerreros del rey los miraron con desdén, listos para defender su hogar.

-¡Intrusos! -gritó uno de los guardias-. No pasarán de aquí.

Victor, con una mirada determinada, levantó su espada y avanzó hacia los guardias. La batalla que siguió fue feroz, con ambos lados luchando con todas sus fuerzas. Los golpes resonaban en el amplio salón, y el sonido del metal chocando llenaba el aire.

A medida que la batalla se intensificaba, Matías Bolívar observaba desde su trono, confiado en que sus guardias podrían manejar la situación. Sin embargo, subestimaba la determinación y habilidad de Victor y su equipo.

Con una serie de movimientos rápidos y precisos, Victor y sus compañeros lograron abrirse paso entre los guardias. Zahid y Luna crearon distracciones estratégicas, mientras Akaba y Necross neutralizaban a los enemigos más cercanos. Assath y Lulu se aseguraron de que el camino hacia el trono estuviera libre de obstáculos.

Finalmente, después de un combate arduo y agotador, Victor se encontró cara a cara con Matías Bolívar. El rey, sorprendido por la habilidad y tenacidad del grupo, se levantó de su trono, listo para luchar él mismo.

-Así que han llegado hasta aquí -dijo Matías Bolívar, sacando su espada-. Pero este es el final de su camino.

Victor, con una mezcla de determinación y cansancio en sus ojos, avanzó hacia el rey.

Victor lanzó un golpe devastador al rey Matías Bolívar, enviándolo a través de una pared y hacia un edificio cercano. La fuerza del impacto resonó en todo el área, y el rey salió volando, chocando violentamente contra los escombros. Sin perder un segundo, Victor salió disparado tras él, decidido a acabar con el tirano de una vez por todas.

María y Luci, mientras tanto, se encontraban en medio de un feroz combate con los soldados leales a Matías Bolívar. María, con su agilidad y precisión, esquivaba los ataques enemigos mientras lanzaba golpes certeros que dejaban a sus oponentes fuera de combate. Luci, con su destreza y poder, utilizaba técnicas de combate cuerpo a cuerpo para neutralizar a los soldados con una combinación de fuerza y habilidad.

Akaba y Necross, por su parte, se movían estratégicamente por el campo de batalla, coordinando sus ataques para maximizar su eficacia. Akaba, con su conocimiento táctico, daba órdenes rápidas y precisas, mientras Necross, con su fuerza bruta, eliminaba a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino.

Assath y Lulu, aprovechando su agilidad y habilidades especiales, se encargaban de desactivar cualquier trampa o sistema de seguridad que encontraran. Su rapidez y eficacia permitían que el grupo mantuviera el impulso y no se detuviera ante ningún obstáculo.

Victor alcanzó al rey Matías Bolívar justo cuando este intentaba recuperarse del golpe inicial. Sin darle tiempo a reaccionar, Victor lanzó una serie de golpes rápidos y poderosos, cada uno de ellos cargado con toda la rabia y determinación que sentía. El rey, aunque un combatiente hábil, no podía igualar la furia de Victor.

Victor lanzó un golpe contundente al rey Matías Bolívar, enviándolo volando contra un edificio cercano. El impacto destrozó la estructura, escombros y polvo llenando el aire mientras Victor se lanzaba en persecución, decidido a acabar con el tirano.

Mientras tanto, María y Luci estaban inmersas en su propio combate, enfrentándose a los soldados con una feroz determinación. A su alrededor, el resto del equipo - Zahid, Luna, Mahin, Marcos, Tino, Maira, Colin Franklin, Karla, Akaba, Necross, Javier, Ushibaa, Palitogood, Trapecio, Amsel, Lixy, Normado, Elisa, Lulu, Assath, Alpaca, Shyki, Fran, Asagi, Sungonkun, Chomosukez, Mariwiwi, y otros - luchaban con una mezcla de habilidades y poderes que creaban una sinfonía caótica de combate.

Golpes de energía y explosiones resonaban en el campo de batalla, creando ondas de choque ultrasónicas. Algunos héroes se movían a velocidades lumínicas, esquivando y atacando con precisión mortal. Los soldados enemigos, aunque numerosos y bien entrenados, comenzaban a flaquear ante la intensidad del ataque coordinado.

De repente, el general de los soldados apareció en el campo de batalla, su presencia imponente infundiendo nueva moral en sus tropas. Con una sonrisa arrogante, observó a los héroes y se preparó para intervenir.

Sin embargo, antes de que pudiera actuar, un portal se abrió en el cielo. Rigor emergió de él con una sonrisa confiada, su llegada infundiendo esperanza en los corazones de sus aliados.

-¡Rigor! -gritó Zahid, reconociendo al estratega-. ¡Justo a tiempo!

Rigor asintió, evaluando rápidamente la situación. Con una serie de órdenes precisas, comenzó a coordinar a los héroes.

-¡Todos, manténganse en formación! -ordenó Rigor-. No podemos permitir que rompan nuestras líneas. Akaba, Necross, flanqueen al enemigo. Luna y Mahin, protejan a los heridos y aseguren un perímetro defensivo.

Los héroes respondieron inmediatamente, ajustando sus posiciones según las indicaciones de Rigor. La coordinación y disciplina mejoraron significativamente, lo que permitió a los héroes empezar a ganar terreno contra los soldados enemigos.

El general de los soldados, viendo cómo sus fuerzas estaban siendo empujadas hacia atrás, frunció el ceño. Decidió tomar cartas en el asunto y se lanzó al combate, su energía oscura creando ondas de choque que obligaron a los héroes a retroceder momentáneamente.

-¡Este es nuestro momento! -gritó el general-. ¡No podemos permitir que estos intrusos tomen Venezuela!

Pero Rigor, con una calma impresionante, se enfrentó al general. Con una serie de movimientos precisos y una demostración de poder abrumadora, comenzó a igualar, e incluso a superar, al general en combate.

Mientras Rigor y el general luchaban, los héroes, inspirados por su líder, redoblaron sus esfuerzos. María y Luci, junto con el resto del equipo, se abrieron paso a través de las líneas enemigas, creando una brecha que permitió a sus compañeros avanzar.

De vuelta con Victor, el enfrentamiento con el rey Matías Bolívar se intensificaba. Matías, herido pero no derrotado, lanzaba poderosos ataques que Victor esquivaba con destreza. Con cada golpe, el suelo temblaba y los edificios temblaban, reflejando la magnitud de su lucha.

Victor, con una sonrisa sombría, dejó que sus ojos se tornaran rojos, señal de que Evil Victor había tomado el control. La energía maligna que emanaba era palpable, haciendo que todos a su alrededor se estremecieran. Con un movimiento rápido de la palma de su mano, lanzó una técnica de aire devastadora hacia el rey Matías Bolívar, quien lo miró con desdén, subestimando su poder.

-¿Eso es todo lo que tienes? -dijo el rey Matías con una sonrisa arrogante, sin darse cuenta de lo que estaba a punto de enfrentar.

La técnica de aire impactó con fuerza, haciendo que el rey Matías retrocediera varios metros. El impacto fue tan violento que el suelo se agrietó y el aire se llenó de polvo y escombros. El rey, sorprendido por la potencia del ataque, intentó levantarse, pero Evil Victor ya estaba sobre él, lanzando una serie de golpes rápidos y precisos que lo dejaron sin aliento.

María y Luci, luchando a su manera contra los soldados enemigos, se dieron cuenta de que algo había cambiado en Victor. Su poder y agresividad eran mucho mayores de lo habitual, y eso las preocupaba. Sin embargo, no podían detenerse para investigar, ya que los soldados seguían atacando sin cesar.

Mientras tanto, los demás héroes -Zahid, Luna, Mahin, Marcos, Tino, Maira, Colin Franklin, Karla, Akaba, Necross, Javier, Ushibaa, Palitogood, Trapecio, Amsel, Lixy, Normado, Elisa, Lulu, Assath, Alpaca, Shyki, Fran, Asagi, Sungonkun, Chomosukez, Mariwiwi y otros- estaban inmersos en sus propias batallas, enfrentándose a los soldados con una ferocidad que reflejaba su determinación.

El general de los soldados, viendo cómo su rey estaba siendo brutalmente atacado por Victor, intentó intervenir. Sin embargo, Rigor apareció a su lado, bloqueando su camino y lanzando un poderoso ataque que lo obligó a retroceder.

-No vas a interferir -dijo Rigor con firmeza-. Esta es nuestra batalla.

De vuelta con Victor, Evil Victor estaba disfrutando del combate. Cada golpe que lanzaba era más fuerte que el anterior, y cada vez que el rey Matías intentaba contraatacar, era rápidamente neutralizado. Finalmente, con un último y devastador golpe, Evil Victor lanzó al rey contra una pared, dejándolo inmóvil.

-Nunca debiste subestimarme -dijo Evil Victor con una sonrisa cruel-. Este es el fin para ti.

Rey Venezuela, con un movimiento rápido y preciso, cortó el brazo de Evil Victor sin que este se diera cuenta. Evil Victor fingió dolor, soltando una risa burlona. "Ja, perdedor," dijo mientras su brazo se regeneraba rápidamente. Con una mirada desafiante, comenzó a mover su mano, creando fuego desde cero, un fuego casi primordial. Las llamas se estiraban y caían en pedazos al suelo mientras Evil Victor moldeaba el fuego con precisión.

Apuntó el fuego hacia Matías Bolívar, estirándolo con dos dedos y creando la punta de una flecha. "Bien, haz lo mismo," mencionó Evil Victor con una sonrisa maliciosa. "Quiero ver si puedes ganar con tu habilidad de fuego, Rey." Se burló, "Vamos, estoy esperando."

El rey de Venezuela, Matías Bolívar, observó con seriedad y preocupación cómo Evil Victor moldeaba el fuego con una destreza aterradora. Sabía que estaba enfrentando a un enemigo formidable, pero no podía permitirse mostrar debilidad. Con determinación, comenzó a crear su propia esfera de fuego, concentrando toda su energía y habilidades en el proceso.

El aire a su alrededor se calentó mientras la esfera de fuego crecía en tamaño e intensidad. Matías lanzó el primer ataque, una bola de fuego que surcó el aire con un brillo incandescente. Sin embargo, Evil Victor, con una sonrisa maliciosa, no se inmutó. Potenció su flecha de fuego, haciéndola brillar con una intensidad casi cegadora.

"Ja, perdedor," murmuró Evil Victor mientras lanzaba la flecha con tanto odio que la onda de sonido destruyó todos los edificios lejanos. La flecha salió a la velocidad de la luz, penetrando en la bola de fuego de Matías y dirigiéndose directamente hacia él. Matías apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que la flecha lo alcanzara.

El impacto fue devastador. La flecha de fuego atravesó la esfera de Matías y lo golpeó con una fuerza abrumadora. En un instante, una explosión de fuego envolvió a Matías, quemando todo a su alrededor. Los edificios cercanos se derrumbaron y el suelo se agrietó bajo la intensidad del calor.

Evil Victor observó la destrucción con una sonrisa de satisfacción. "¿Ves, Rey? Nunca tuviste una oportunidad contra mí," dijo con desdén. "Este es el poder del verdadero fuego."

Mientras las llamas se disipaban, el cuerpo de Matías yacía inmóvil en el suelo, rodeado de cenizas y escombros. La batalla había terminado, y Evil Victor se había alzado con la victoria. Pero en su interior, sabía que esta no sería la última vez que enfrentaría a un oponente digno. La guerra apenas comenzaba, y nuevos desafíos se avecinaban en el horizonte.

Evil Victor miró a Matías en el suelo, inmóvil y sin vida. Observó el cuerpo con una mezcla de desdén y decepción. Había esperado una pelea más desafiante, un oponente que pudiera igualar su poder y astucia. Pero al final, Matías no había estado a la altura de sus expectativas.

"Pensé que darías más pelea," murmuró Evil Victor, sacudiendo la cabeza. "Pero me has decepcionado."

Con una última mirada al cuerpo de Matías, Evil Victor se dio la vuelta y comenzó a caminar, dejando atrás la escena de destrucción.

Mientras Evil Victor se alejaba, los soldados y defensores del rey, que habían presenciado la batalla desde la distancia, se quedaron paralizados por el miedo y la incredulidad. Sabían que enfrentarse a Evil Victor sería una muerte segura, así que no se atrevieron a moverse.

Victor, en lo más profundo de su mente, luchaba por recuperar el control. La influencia de Evil Victor era fuerte, pero su voluntad no se había roto del todo. Sabía que debía encontrar una forma de liberarse de la oscuridad que lo controlaba antes de que fuera demasiado tarde.

De vuelta en la base, los demás héroes y aliados de Victor estaban preocupados por su bienestar. Habían sentido el aumento masivo de poder y sabían que algo andaba muy mal. Rigor, siendo uno de los más experimentados, convocó una reunión de emergencia para discutir el siguiente paso.

-No podemos dejar que Victor siga bajo la influencia de Evil Victor -dijo Rigor con determinación-. Necesitamos encontrar una manera de liberarlo y traerlo de vuelta.

Luci, María y el resto del equipo asintieron, sus rostros llenos de preocupación y resolución. Sabían que el tiempo era crucial y que cada minuto contaba.

Mientras tanto, Evil Victor continuaba su camino, su mente llena de pensamientos oscuros y ambiciones malvadas. Pero en el fondo, la verdadera esencia de Victor luchaba por liberarse, esperando el momento adecuado para retomar el control y poner fin a la tiranía de Evil Victor.

-Esto no terminará así -murmuró Victor en su mente, aferrándose a su último rayo de esperanza-. Encontraré una manera de volver.

Evil Victor dejó de controlar el cuerpo, pero no sin antes decir con una voz cargada de desprecio:

-Mocoso, espero que la misión te haya gustado. Tengo mucho más de donde traje eso.

Con una mirada despectiva, Evil Victor se desvaneció, dejando a Victor recuperar el control de su propio cuerpo. Cuando Victor finalmente regresó a sí mismo, se encontró rodeado por la devastación que había dejado a su paso. La destrucción era abrumadora: edificios reducidos a escombros, el suelo marcado por cráteres y el olor acre del fuego aún persistente en el aire.

Victor se quedó con una mirada perdida, tratando de asimilar lo que había sucedido. La escena era surrealista, como una pesadilla de la que no podía despertar. Los recuerdos de las acciones de Evil Victor se filtraban lentamente en su mente, y el peso de la culpa y el horror comenzó a hundirse en su pecho.

Se dejó caer de rodillas, incapaz de soportar la magnitud de la destrucción que había causado. Sus manos temblaban mientras intentaba procesar lo que veía. No era solo la pérdida de vidas y la destrucción física lo que lo atormentaba, sino el conocimiento de que había sido una herramienta de ese mal interno, una fuerza que no podía controlar por completo.

A lo lejos, los soldados y aliados del rey Matías, que habían presenciado la batalla desde la distancia, comenzaron a acercarse con cautela, todavía temerosos de la figura poderosa que había acabado con su líder. Pero al ver la expresión de dolor y arrepentimiento en el rostro de Victor, se dieron cuenta de que algo había cambiado.

Mientras tanto, en la base, Rigor y el resto del equipo estaban terminando su reunión de emergencia. Luci y María, que habían sentido la perturbación en el poder de Victor, se levantaron de inmediato y se dirigieron hacia la ubicación de Victor.

-No podemos esperar más -dijo Luci, su voz llena de determinación-. Necesita nuestra ayuda ahora mismo.

El equipo se movilizó rápidamente, sabiendo que cada segundo contaba. Cuando llegaron al lugar de la batalla, encontraron a Victor aún arrodillado, rodeado por la devastación. Luci y María corrieron hacia él, sus corazones llenos de preocupación y amor.

-Victor -llamó María, arrodillándose a su lado y tomando su mano-, estamos aquí. No estás solo.

Luci se arrodilló al otro lado de Victor, acariciando suavemente su rostro para traerlo de vuelta a la realidad.

-Vamos a superar esto juntos -dijo con suavidad, su voz firme y reconfortante-. Lo prometo.

Victor, aún con lágrimas en los ojos, miró a sus esposas y encontró un rayo de esperanza en sus miradas. Sabía que, aunque el camino por delante sería difícil, no tendría que enfrentarlo solo. Con su apoyo, estaba decidido a encontrar una manera de controlar y, eventualmente, derrotar a Evil Victor para siempre.

Fin.