– De verdad es que no te entiendo- Dijo el presidente del club – todos los semestres me dices lo mismo. Si tanto te gusta Arai, solo díselo y ya. Lo peor que te puede decir es que no, no es que el mundo se fuese a acabar por un rechazo. –
– No presidente, sería solo el mío. – dijo Yusuke encogido en hombros. – Cada vez que pienso en Arai-san mi corazón da vueltas y siento que con su rechazo sólo podré arrastrarme cómo gusano hasta la muerte. –
– Dramático cómo siempre Yuu-kun, solo ven mañana después de la ceremonia ¿OK? No puedo dejarte así todo un año. Iremos al karaoke o algo. – Le dijo el presidente, mientras una mirada de compasión emanaba de su rostro. – Sé que no somos unos expertos en el tema del amor, pero técnicamente nos dedicamos a ello. Novelas Ligeras y Visuales, Manga, Anime e incluso Gou tuvo novia una vez. –
– Tal vez fue en el jardín de niños, pero cuenta. – aclaró Gou con orgullo mientras le levantaba el pulgar.
Yusuke esbozó una mirada de alegría – Muchas gracias, entonces creo que aceptaré la invitación. De todos modos, ya es su último año y quiero celebrar con ustedes nuestra amistad. –
– Eres un buen chico ¿sabes? – Le dijo el presidente mientras se secaba una lágrima de la cara.
Yusuke tomó su mochila, se despidió de todos y salió de la sala del club. Mientras cada miembro le gritaba por el pasillo palabras de ánimo respecto a su relación con Arai.
Y claro, eso es en lo único que Yusuke podía pensar, no existía una relación directa entre él y Arai más allá del edificio al que debían ir cada día a adquirir conocimiento y la ayuda que el le brindaba para estudiar.
"A pesar de que Arai-san me ha hablado de muchas de sus cosas favoritas en la biblioteca, yo apenas pude hablarle un poco. Siempre me pongo demasiado nervioso para hacerlo. Nadie aceptaría una confesión de alguien que no conoces a profundidad..." Pensaba detenidamente Yusuke mientras caminaba a la salida.
"Ya fue suficiente, tengo que distraerme" pensó mientras sacaba sus zapatos del casillero, "Sólo iré a la librería, compraré el nuevo tomo de Sou y directo a cas …" su charla interna fue interrumpida por las risas de Arai y sus amigas quiénes iban saliendo también. Se escondió detrás del casillero de Arai lo más pronto que pudo. El corazón le latía a mil por hora y empezó a pensar en cómo entablar una conversación con ella. Pero su lluvia de ideas se vio interrumpida por las voces de las chicas.
–Yo creo que el que está junto a la estación está bien – dijo una – las salas son más grandes que el de enfrente de la pastelería. –
–Sí, creo que es buena idea – dijo otra – le avisaré a mi mamá para que no se alarme –
–Buena idea, haré lo mismo. – dijo Arai.
–Por cierto, Akari – dijo una de ellas – acerca de ese gordo con el que te vi hablando el otro día. ¿Es acaso un conocido tuyo? ¿Tal vez, tu novio? –
–¿Quién? ¿El que es un año mayor que nosotros? Mmm… ¿cómo podría decirlo? – expreso Arai, confundida – es solo que me da pena. Cuando lo vi la primera vez parecía un poquito solo, así que decidí hablarle un poco. –
"Uff, casi escucho algo que no debería" pensó Yusuke mientras se ponía un audífono. Pero cuando iba a ponerse el otro, lo escuchó:
–¿Por qué demonios crees que saldría con semejante mutante? De pensarlo me dan ganas de vomitar – dijo Arai – no existe una forma en la que saldría con alguien cómo él. Al hablarle, ni siquiera me contesta, seguro solo piensa en hacerme cosas asquerosas. No puedo creer que semejante basura se dignase en siquiera sentarse en la misma mesa que yo en la biblioteca. Además de que escuche que nadie de sus compañeros le dirige la mirada, seguro que ellos saben la basura que es también. Por eso siempre trato de evitarlo siempre. Incluso hoy estuvimos hablando un poco y no paraba de voltear la mirada y tartamudear. Me da asco solo recordarlo.– dijo mientras se reía.
Al escuchar aquello, Yusuke no dijo nada. Se limitó a ponerse el otro audífono y empezar su camino mientras escuchaba carcajadas a lo lejos. En cuanto dio un paso afuera empezó a correr, todo lo que pudo mientras su interior se derrumbaba. A lo lejos vio un parque infantil, vacío para su suerte. Se sentó en una de las bancas y mientras tomaba aire sus ojos se empañaron de lágrimas. Y fue donde empezó el verdadero llanto. Un agudo dolor en el pecho que inundaba hasta la última parte de su alma lo cual no le permitía respirar.
Se lo dijo al presidente, su mundo entero era la única persona "normal" que no le menospreciaba y ahora simplemente, ya no existía. Y muchas cosas empezaron a tener sentido. Las veces que había intentado hablarle y ella sólo fingía estar ocupada con otra persona, cuando ella se sentaba junto a él y le pedía "ayuda" para su tarea y terminaba la sesión en él resolviéndola al completo, las veces en la que ella no le devolvía la mirada cuando él se sentaba junto a ella, etc. Todo reflejaba un fidedigno desprecio que Arai dijo sentir hacia él.
Así siguió el pobre Yusuke, llorando y lamentándose durante alrededor de dos horas. Y cuando se había calmado lo suficiente para poder mantenerse de pie decidió irse a su hogar directamente.
Devastado, empezó su trayecto con unas pocas lágrimas que salían de él aleatoriamente, que nuevamente le traían dolor. Así estuvo hasta que vio a una pareja de ancianos. El esposo se había tropezado, cayendo en un arbusto y ahora no podía levantarse.
– Por Dios querido, deja de moverte que así te harás daño – le decía la esposa tratando de levantarle.
– Espérame querida, yo estoy seguro de que podré hacerlo solo, no te preocupes por mí. – Decía el esposo mientras desesperadamente trataba de levantarse sin usar su bastón, lo cual se podía deducir no estaba siendo efectivo.
Yusuke al ver aquello olvidó su dolor un momento y se acercó hacia ellos en cuanto entendió la situación.
- Buena Tarde, - Dijo Yusuke aún constipado – Si le parece bien, ¿Puedo ayudarle? -
La anciana, se hizo hacia atrás un poco debido al porte de Yusuke. Olvidé mencionar que, a pesar de su físico, Yusuke mide 1.83m lo cual respecto a los 1.43m de la dama, hacían verlo intimidante.
Luego de la sorpresa, ella le dirigió una dulce mirada a Yusuke – Vaya, eso sería de gran ayuda, lo pongo en tus manos entonces. Querido, - Dijo mientras volteaba a ver a su marido – ahora que el joven nos ayudará quédate quieto o lo lastimarás. -
El anciano resignado refunfuñó – Claro, querida. Lo siento mucho chico, éste saco de huesos ya no es tan fuerte cómo antes –
- No se preocupe, señor – Dijo Yusuke, mientras se posicionaba para levantar al anciano – Créame que usted me está ayudando más a mí que yo a usted. –
Acto seguido, Yusuke, con una delicadeza impecable levantó al anciano y lo sentó en una de las bancas que había cerca. Revisó cuidadosamente que no tuviese alguna herida provocada por las ramas del arbusto y le dio un poco de agua.
- Chico, de verdad, no tengo forma de agradecerte – dijo el anciano mientras quitaba un poco de tierra que aún quedaba en su pantalón.
- No tiene que hacerlo señor, en serio. Me encanta ayudar y honestamente que usted esté bien es suficiente – Dijo Yusuke mientras guardaba la botella de nuevo en su mochila. – Si me lo permiten, entonces me retiraré. Espero pasen una linda tarde. –
- Sí, muchas gracias – Dijo el anciano mientras la anciana no dejaba de observar el estado de Yusuke.
– Joven, se que es una molestia, pero ¿Puedo pedirle que se siente un momento sólo para que pueda verificar que mi esposo está bien del todo? Sino temo que deberé llamar a una ambulancia – Dijo la anciana con un gesto de preocupación.
– Claro señora – Dijo Yusuke mientras, emocionado por su predisposición a ayudar, sonreía y se sentaba a un lado del anciano.
"Es increíble." pensó Yusuke mientras la anciana revisaba rigurosamente a su esposo, "Estos señores de verdad tenían un problema. Yo y mis problemas infantiles no son nada en comparación. Sólo debo seguir como si nada sucediese. Mi dolor no es nada a lo que muchas otras personas están pasando"
– Lo sabía. – Dijo la señora calmadamente mientras pasaba un pañuelo por la mejilla de Yusuke – Algo te sucede, ¿No es así? –
Una lágrima solitaria caía salía del ojo izquierdo de Yusuke. Luego de darse cuenta muchas más le acompañaron. El pobre ya no daba de sí. La anciana puso su mano sobre su espalda mientras él no podía hacer nada más que llorar.
Luego de calmarse, finalmente pudo contar su historia.
– Vaya descaro. – Dijo el señor molesto. – Apenas te acabo de conocer y no me has mostrado más que una persona maravillosa. No vale la pena llorar por semejante atrocidad de persona, chico. –
– ¡Querido! – Le dijo la señora, tratando de tener un poco de tacto.
– Ya lo sé, señor. – dijo Yusuke aún se secaba con el pañuelo, – Después de esto es cierto que ya no tengo ningún deseo de volver a verla. Es sólo que me enamoré de ella desde hace tanto que me cuesta sacármela del corazón. –
– Claro y es normal, – dijo la señora– debes tratarlo como si fuera un duelo, cómo si un familiar hubiese muerto, sólo así podrás sobrellevarlo adecuadamente. –
– Y ¿Cuándo dijo semejante barbaridad esa mujer?– le preguntó el señor con un aún más serio tono serio.
– Hace 2 horas más o menos– dijo Yusuke mientras se limpiaba la nariz.
–¿¡QUÉ!?– Exclamó la pareja al unísono. ¿Cómo un joven es lastimado de tal magnitud y aún es capaz de ayudar cómo si nada hubiera pasado?
El anciano luego de oír aquello, pensó un momento y súbitamente le preguntó:
– ¿Tienes trabajo? –
– No señor – contestó Yusuke extrañado.
– Me llamo Hiroshi y ella es mi esposa Hiromi – Dijo con desdén. – La mejor forma de sobrepasar la tristeza es con trabajo duro. ¿Conoces la tienda que está cerca del taller de bicicletas en el centro? –
– Sí señor – contestó Yusuke.
– Ven el sábado después de tus clases, necesito alguien que me ayude con las cajas y la limpieza– le ordenó Hiroshi.
– Sí señor – contestó Yusuke aún con un poco de confusión – Me retiro entonces, les deseo a ambos una buena noche– exclamó mientras hacía una reverencia profunda.
La anciana comenzó a reírse mientras le dijo – Perdona a mi marido, aún piensa que es un instructor del ejército durante sus años de gloria. Si llegas te prepararé algo delicioso ¿Está bien? Cómo agradecimiento y disculpa–
Yusuke sólo le asintió con una sonrisa y se retiró.
Cuando se fue del todo, ella le dijo a su marido. – Querido, debes controlar ese temperamento tuyo. Es cierto que sólo quieres ayudar, pero debiste decirlo adecuadamente. –
- Ya lo sé Hiromi-chan, pero… – Dijo con un poco de arrepentimiento – es un buen muchacho y luego de escuchar lo pésimo que lo han tratado y lo melancólico que hablaba, pensé que sería la única forma... –
- Bueno, ahora ya está, sólo recuerda disculparte con él en cuanto llegue. Y, de todos modos, me haría bien más compañía en casa – dijo ella mientras le pasaba su bastón – Y por algo tenemos ESA habitación. Mejor que alguien la use a estar estorbando y llenándose de polvo ¿No crees? –
El hombre suspiró y luego soltó una pequeña carcajada – De verdad que me tienes a tus pies, querida. Bien investiga y yo me encargo de lo demás. – Dijo mientras ambos se tomaban de la mano.
El pobre Yusuke regresaba arrastrando los pies, no quería seguir existiendo. Se maldecía por ser tan ingenuo. ¿Cómo una chica cómo Arai se habría fijado en él? Cómo puedes ver, la doctora Suzuki tenía razón, él mismo no sabía su valor y por lo mismo los demás tampoco eran capaces de verlo.
Mientras, una misteriosa figura seguía a Yuu. No lo abandonó en ningún lugar por más que el joven avanzaba. Intentó en algún momento alcanzarlo pero finalmente desistió.
Ahora, ¿Qué le quedaba a nuestro pobre protagonista? Para su suerte no había nadie en casa. Una nota junto a una comida ya hecha por su madre, posaba solitariamente sobre la mesa del comedor. Tuvo que ir a una reunión de vecinos. Calentó la comida, comió y lavó los platos en completo silencio. La cabeza le dolía y sentía como que los ojos iban a salirse de sus cuencas.
Eran apenas las 8 pero no soportó más y terminó dormido. Ahora, sin motivación, sin un "mundo" cómo Yuu lo llamaba, se sentía desorientado. Pero lo que él no sabe es que cuando se toca fondo, sólo queda subir.