El sol se alzaba en el horizonte, marcando el comienzo de un nuevo día. Lucian, aunque agotado por la intensa noche previa, estaba decidido a avanzar con sus planes. Sabía que el éxito de su nuevo emprendimiento dependía de cómo estableciera su negocio, un concepto innovador en este mundo: un club de striptease.
Se levantó de la cama con una determinación renovada, vistiéndose rápidamente con un atuendo que reflejaba su posición de poder. Se dirigió hacia la sala donde sus nuevas adquisiciones esperaban. Las semi-humanas, la elfa y las humanas estaban allí, aún algo adormecidas y con signos evidentes de la intensidad de la noche anterior.
Lucian se plantó frente a ellas, su postura reflejando una mezcla de autoridad y entusiasmo. Sabía que debía ser claro y preciso sobre lo que esperaba de cada una.
—Ahora que hemos establecido nuestra base —comenzó con una voz firme—, es momento de explicarles cómo funcionará el club y cuáles serán sus roles.
Las mujeres prestaron atención, conscientes de la importancia de la conversación. Lucian comenzó a explicar el concepto del club de striptease, un negocio sin precedentes en su mundo. Les mostró cómo debían presentarse y moverse para maximizar el impacto en los clientes.
—Cada una de ustedes tendrá un rol específico en el club —dijo Lucian, señalando a cada una—. Todas serán strippers y deberán estar dispuestas a realizar sus actuaciones en diferentes áreas del local. Tendremos una pasarela principal, donde las actuaciones más destacadas se llevarán a cabo. Además, habrá áreas alrededor del bar y mesas donde se realizarán espectáculos más íntimos.
Lucian detalló cómo debían vestirse para atraer a los clientes. Los atuendos eran provocativos pero elegantes, diseñados para captar la atención y mantener el interés. Cada prenda estaba pensada para resaltar las características únicas de cada mujer, desde las colas de zorro de las semi-humanas hasta la belleza exótica de la elfa.
—En la pasarela principal, deberán ofrecer actuaciones impresionantes y mantener a los clientes cautivados —explicó Lucian—. En las mesas y en el bar, su papel será más cercano, interactuando directamente con los clientes y ofreciendo espectáculos más personalizados. La clave es mantener la atención y el interés en todo momento.
Lucian también explicó cómo debían comportarse durante sus actuaciones: cómo moverse, cómo interactuar con los clientes y cómo mantener la energía del ambiente. Les dejó claro que el éxito del club dependía en gran medida de su habilidad para desempeñar estos roles con profesionalismo y carisma.
—Recuerden, esto no es solo una cuestión de entretenimiento —dijo con determinación—. El objetivo es crear un ambiente único que atraiga a una clientela selecta y dispuesta a pagar bien por sus experiencias aquí.
Con las instrucciones claras, Lucian comenzó a preparar el local para la gran apertura. Sabía que el éxito del club dependería de cada detalle, desde la disposición del mobiliario hasta la calidad del entretenimiento. La noche prometía ser un hito en el mundo del entretenimiento, y Lucian estaba decidido a hacerlo un éxito rotundo.
Lucian, tras haber explicado los roles y el concepto del club, continuó con los detalles prácticos que sus nuevas trabajadoras necesitarían para cumplir con sus funciones de manera efectiva. El éxito del club dependía no solo de su innovador concepto, sino también de cómo sus empleadas manejaran la interacción con los clientes.
—Ahora que conocen el diseño y el concepto del club, hay algunas reglas importantes que deben seguir —dijo Lucian, mirando a cada una de las mujeres con seriedad—. Aunque los clientes pueden tocar durante las actuaciones, es fundamental que mantengan límites claros. No deben permitir que nadie se pase de la raya. Si alguien se comporta de manera inapropiada, tienen el derecho y la responsabilidad de rechazarlo educadamente.
Las trabajadoras asintieron, entendiendo la importancia de mantener un equilibrio entre el entretenimiento y la seguridad personal. Lucian hizo una pausa para asegurarse de que cada una comprendiera la política de límites y respeto.
—Además —continuó Lucian—, es crucial que incentiven a los clientes a que las inviten a una copa en el bar. Esto no solo les permitirá ganar más propinas y dinero, sino que también fomentará una atmósfera más atractiva y lujosa en el club. La barra debe ser el punto de encuentro para las conversaciones más íntimas y para cerrar tratos con los clientes.
El empresario hizo un gesto hacia la barra del club, donde se instalaría una variedad de bebidas alcohólicas caras y exclusivas. El diseño del bar estaba pensado para atraer a los clientes a gastar más, y la presencia de las trabajadoras sería esencial para lograr ese objetivo.
—Recuerden —añadió—, el objetivo es ofrecer una experiencia única. Cada actuación debe ser memorable, y cada interacción debe ser profesional, pero cálida. Quiero que se aseguren de que los clientes se sientan bien recibidos y que el ambiente del club sea siempre elegante y exclusivo.
Las mujeres comenzaron a prepararse para sus primeras actuaciones, ajustándose los trajes y practicando las rutinas que Lucian había esbozado para ellas. Mientras tanto, él supervisaba el montaje final del club, asegurándose de que cada detalle estuviera en su lugar. La atmósfera del lugar se cargaba de una energía anticipada, con cada elemento del diseño contribuyendo a crear un ambiente de lujo y sofisticación.
Con el local listo y las trabajadoras preparadas, Lucian se sintió satisfecho con los avances realizados. El club estaba a punto de abrir sus puertas, y con él, la oportunidad de ganar no solo dinero, sino también un estatus en la nueva comunidad que estaba construyendo.
Mientras el club se preparaba para su apertura, Lucian sabía que uno de los aspectos más importantes para asegurar el éxito del negocio era garantizar la seguridad adecuada. No solo era crucial para proteger a sus empleadas y clientes, sino también para crear un ambiente de confianza y profesionalismo que atrajera a una clientela selecta.
Para lograrlo, Lucian decidió contratar a algunos soldados de la guardia de la ciudad. Estos soldados, conocidos por su disciplina y habilidades, proporcionarían una capa adicional de seguridad y contribuirían al ambiente exclusivo que Lucian quería establecer. Además, la presencia de estos soldados podía servir para disuadir a cualquier cliente potencialmente problemático y para mantener el orden dentro del club.
Lucian se reunió con los soldados en el bar del club, donde ya había dispuesto una selección de copas y botellas de licores finos. Aunque el club aún no estaba abierto al público, había una atmósfera de anticipación en el aire, y el atardecer comenzaba a pintar el cielo con tonos cálidos.
—Buenas noches, caballeros —dijo Lucian, levantando su copa en un saludo—. Agradezco que hayan venido. Quiero que se sientan como en casa aquí y sepan que su presencia será muy valorada.
Los soldados, vestidos con uniformes impecables y mostrando una actitud de respeto, aceptaron las copas que Lucian les ofrecía. Él se aseguró de que estuvieran bien atendidos, sirviéndoles bebidas y manteniendo una conversación amigable para construir una buena relación.
—En cuanto a la seguridad —continuó Lucian mientras charlaban—, ustedes tendrán la responsabilidad de mantener el orden en el club. Quiero que estén atentos a cualquier comportamiento inapropiado y que actúen con discreción para garantizar que el ambiente se mantenga seguro y agradable para todos.
Los soldados asintieron, comprendiendo la importancia de su papel. Lucian les explicó los puntos críticos del club y cómo debían actuar en diferentes situaciones. Les mostró las áreas clave, como la entrada principal, las zonas privadas y el área de la barra, para que tuvieran una idea clara del diseño del local.
El sol comenzaba a esconderse, y la luz del crepúsculo daba paso a la noche. Aunque el club aún no estaba abierto al público, Lucian podía sentir la emoción en el aire. Las luces del local parpadeaban suavemente, y el ambiente comenzaba a tomar forma.
—Recuerden —dijo Lucian a los soldados antes de que se fueran—, esta noche es solo una prueba. Asegúrense de estar listos para el gran evento y de mantener todo en orden. Quiero que el club sea el lugar más seguro y exclusivo de la ciudad.
Con las instrucciones dadas y los soldados en su lugar, Lucian se preparó para la apertura oficial del club. La atmósfera en el local era palpable, cargada de expectación y la promesa de una noche memorable. Mientras tanto, las trabajadoras se aseguraban de estar listas para sus primeras actuaciones, con la esperanza de que el club se convirtiera en un éxito rotundo.