A los 15 años, Lucian había alcanzado un punto de inflexión en su vida. Mientras su poder seguía creciendo, la situación política en los reinos circundantes había tomado un giro sombrío. Elena, su hermanastra, había dejado la mansión para unirse al ejército. El conde había decidido enviarla al frente en la guerra que había estallado entre el Reino de Faeranthos, conocido por su vasto poder militar y sus tierras fértiles, y los reinos vecinos. Faeranthos estaba luchando para expandir sus fronteras, y los duques y nobles estaban obligados a enviar a sus mejores guerreros. Elena, con su reputación como guerrera y su habilidad con el fuego y el rayo, era una de las seleccionadas para liderar parte del ejército.
Lucian, mientras tanto, había seguido perfeccionando sus habilidades en secreto. Aunque su conexión con Elena siempre había sido más cercana que con los demás hermanos, él sabía que su destino estaba tomando una dirección diferente. Ahora que ella estaba en el campo de batalla, él tenía aún más espacio para seguir mejorando sin distracciones.
El reino de Faeranthos había sido una elección natural para involucrarse en la guerra. Conocido por su sólida estructura militar y por ser un reino crucial en las estrategias de defensa del continente, el conflicto que allí se libraba decidiría el futuro de muchas tierras. A lo largo de los últimos meses, las noticias de la guerra habían llegado a la mansión, aunque Lucian se mantenía más interesado en su propio desarrollo que en la política del reino.
Mientras la guerra avanzaba en el exterior, en el interior de la mansión, Lucian continuaba entrenando. Su poder había crecido enormemente desde la última vez que revisó su sistema, y ahora, después de meses de dedicación y práctica, decidió revisar sus estadísticas nuevamente.
[Sistema de Crecimiento]
Nombre: Lucian
Nivel Actual: 25
Puntos de Experiencia: 6500/7000
Estadísticas:
Fuerza: 50Agilidad: 48Constitución: 45Intelecto (INT): 80Carisma: 20Suerte: 15Maná (MP): 800
Habilidades Disponibles:
Magia Oscura (Nivel 9)Magia de Fuego (Nivel 8)Magia de Rayo (Nivel 9)
Su crecimiento era impresionante, pero Lucian sabía que no podía relajarse. A medida que los conflictos exteriores escalaban, el poder dentro de la mansión también comenzaba a moverse. Elena ahora estaba combatiendo en las líneas del frente, mientras él permanecía en las sombras, perfeccionando su habilidad.
La mansión estaba más tranquila de lo habitual. Los hermanos mayores de Lucian, siempre ansiosos por demostrar su valía y ganar reconocimiento, habían seguido los pasos de Elena y también se habían marchado para unirse a la guerra en Faeranthos. Cada uno de ellos esperaba obtener logros militares que les aseguraran un lugar prominente en la familia y, por supuesto, la atención del conde. Para ellos, la guerra era una oportunidad de gloria, pero para Lucian, la realidad era mucho más compleja.
Aquel día, Lucian había decidido pasar un tiempo con su madre. A diferencia de los demás, que apenas mencionaban a sus madres, él siempre había sentido un vínculo especial con la suya. El día transcurría con una calma engañosa. El aire en la mansión estaba cargado de incertidumbre, incluso si no se hablaba de ello directamente. La guerra tenía el poder de elevar o destruir a los nobles, y Lucian era consciente de ello. Muchos habían ascendido con grandes victorias, solo para caer en desgracia tras una derrota inesperada. El ciclo de ascensos y caídas era implacable, y la familia del conde no estaba exenta de estos vaivenes.
Sentado junto a su madre, Lucian observaba cómo ella se ocupaba de las pequeñas tareas del hogar. Para ella, la guerra parecía algo lejano, una preocupación que no interfería con su rutina diaria. Pero para Lucian, cada pequeño evento en el frente era una señal de los cambios que se avecinaban.
"¿Estás bien, hijo?" preguntó su madre, notando el silencio prolongado de Lucian.
Lucian asintió ligeramente, aunque su mente seguía vagando entre pensamientos sobre el futuro. "Solo pensaba en lo que está ocurriendo allá afuera... en la guerra."
Su madre lo miró con ternura, secándose las manos tras terminar de lavar unos platos. "La guerra siempre ha sido parte de la vida de los nobles. No es la primera vez que el conde envía a sus hijos a luchar. Tu hermana y tus hermanos mayores lo saben, y por eso se entrenaron tanto. Volverán con honor."
Lucian no estaba tan seguro de eso. Sabía que la guerra no solo traía honor, sino también muerte y ruina. Había visto cómo otras casas nobles habían caído de la noche a la mañana, y cómo otros ascendían rápidamente, solo para desplomarse más tarde. Su mente calculaba constantemente los riesgos y las posibles consecuencias para su familia.
"¿Y si no vuelven?" preguntó, sin mirar directamente a su madre.
Ella se detuvo por un momento, sorprendida por la pregunta, pero luego le sonrió con calidez. "Ellos son fuertes, Lucian. Están destinados a grandes cosas. Tú también lo estarás, cuando llegue tu momento."
Lucian no respondió. Su madre no entendía el juego complejo que se estaba desarrollando a su alrededor. La guerra no solo era un campo de batalla físico, sino también un escenario para intrigas políticas, traiciones y ascensos inesperados. Mientras sus hermanos y Elena luchaban en el frente, él tenía que planear cómo asegurarse de no ser aplastado por las consecuencias de ese conflicto.
El día continuó en silencio, pero en su interior, Lucian sabía que las decisiones que tomara en los próximos meses serían cruciales para su futuro y el de su familia.
La tarde avanzaba lentamente, y Lucian decidió salir de la mansión para dar un paseo por los jardines. El cielo estaba despejado, pero la tranquilidad del día no coincidía con el caos que sabía estaba ocurriendo más allá de las fronteras del reino. Elena y sus hermanos mayores, ahora inmersos en el fragor de la guerra, luchaban por obtener logros militares que, si triunfaban, les asegurarían prestigio y poder. Pero si fallaban, el destino de la familia podría cambiar drásticamente.
Mientras caminaba entre los altos árboles del jardín, Lucian reflexionaba sobre la fragilidad del poder. Los nobles que se lanzaban a la guerra lo hacían con la esperanza de asegurar su estatus, pero él sabía que los riesgos eran enormes. Los rumores sobre la guerra en Faeranthos hablaban de batallas duras, traiciones y derrotas devastadoras que habían derrumbado familias enteras. Para Lucian, esta era una lección clara: el verdadero poder no residía solo en el campo de batalla, sino en saber cuándo y cómo actuar.
El Sistema de Crecimiento era una constante en su vida, algo que lo diferenciaba de todos los demás. Cada avance, cada mejora en sus estadísticas, lo hacía más consciente de lo importante que era mantener su crecimiento en secreto. Había aprendido a ser cauteloso, a no precipitarse ni mostrar todas sus cartas. Mientras otros buscaban el reconocimiento inmediato, él prefería esperar en las sombras, fortaleciéndose y preparando su próximo movimiento.
[Sistema de Crecimiento]
Nombre: Lucian
Nivel Actual: 25
Puntos de Experiencia: 6800/7000
Estadísticas:
Fuerza: 52Agilidad: 49Constitución: 46Intelecto (INT): 82Carisma: 21Suerte: 16Maná (MP): 850
Habilidades Disponibles:
Magia Oscura (Nivel 9)Magia de Fuego (Nivel 8)Magia de Rayo (Nivel 9)
Mientras revisaba sus estadísticas mentalmente, Lucian notó el salto significativo en su maná y en su intelecto. Cada paso en su entrenamiento lo hacía más consciente del abismo que lo separaba de los demás. Mientras Elena y los demás luchaban por la gloria, él se preparaba para algo mucho más grande, algo que requería paciencia y planificación. La guerra podía cambiar el destino de muchos, pero Lucian sabía que no debía apresurarse. En su mente, cada paso estaba calculado, y cada victoria sería suya, pero solo en el momento adecuado.
El sonido de las hojas agitándose con el viento lo devolvió a la realidad. Había pasado tanto tiempo pensando en el futuro que había olvidado la presencia de los sirvientes que lo observaban desde lejos. Sabía que su madre confiaba en su habilidad, pero también que ella desconocía por completo el alcance de su poder y de sus ambiciones.
Regresó lentamente hacia la mansión, con la mente más clara y su determinación renovada. Los tiempos cambiaban, y Lucian estaba listo para aprovechar cada oportunidad que se le presentara.