Al escuchar las palabras de la Tercera Abuela Qi, He Tiantian se sintió profundamente conmovida; su arduo trabajo no había sido en vano.
—Lo recordaré, Abuela Qi —prometió He Tiantian—. Cuando Qi Fangfang venga a visitarme, charlaré y bromearé con ella. Pero si me pide que vaya a su casa, no iré. Y si me pide que haga algo, encontraré una excusa para rechazarlo.
—Hmm, solo ten cuidado con todo —dijo la Tercera Abuela Qi antes de levantarse, apoyándose en su bastón, y dirigirse al interior para dormir.
He Tiantian regresó a su habitación y se acostó con los ojos cerrados.
La Tercera Abuela Qi y Qi Xiaoyan creían que Qi Fangfang venía a pedir consejos de belleza, pero He Tiantian no, especialmente después de que había rechazado bruscamente a Qi Jianguo. Ya no confiaba en nadie de la familia de Qi Fangfang.
La misma situación, vista desde una perspectiva diferente, revela un lado diferente, la verdad.