La carta había sido enviada hace medio mes, pero aún no había respuesta. Desde la Ciudad Huai en la Provincia de An hasta la Ciudad Nan en la Provincia de Su, la distancia no era grande. Estaba segura de que su carta ya debía haber llegado a Huo Yingjie.
Para estar segura, He Tiantian tomó un día libre para enviar la carta ella misma e informarse sobre la situación.
Esta vez, He Tiantian había escrito directamente a sus padres. En cuanto a Yingjie, si recibía una carta, seguramente respondería, así que no le apetecía escribir más.
—Xiao Yan, ¿quién suele recibir las cartas en nuestro pueblo? —preguntó He Tiantian. Ahora que todo formaba parte de un gran colectivo, los asuntos personales no se manejaban directamente, y le preocupaba que sus cartas, como en su vida pasada, fuesen interceptadas por Qi Shuli y Qi Jianguo.