Cuando Xiao Gousheng volvió, su rostro estaba lleno de ira. —¡Madre, la casa de ese desgraciado estaba tan oscura como afuera, obviamente ya estaba durmiendo! ¡Y aquí hemos estado tontamente esperando todo este tiempo! —exclamó.
Xiao Chen sintió un arrebato de ira que la hizo tambalearse hacia atrás, absolutamente impactada de que Xiao Changyi no pudiera ser llamado de vuelta.
Creía que tan pronto como ella hablara, Xiao Changyi seguramente volvería. Incluso si no regresaba inmediatamente, definitivamente vendría a verla por la noche. ¡Pero quién habría sabido que Xiao Changyi simplemente se iría a dormir e ignoraría sus palabras por completo, tratando lo que dijo como si no significara nada!
Y esa noche, tal como había predicho An Jing, Xiao Chen de hecho pasó toda la noche en vela, furiosa.
