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—No me casaré con alguien que no me gusta —dijo Xiao Changyi sin cambiar la expresión.
—¿Entonces estás diciendo que te gusto? —respondió inmediatamente An Jing.
Xiao Changyi se detuvo en seco, giró la cabeza y miró la sonrisa en el rostro de la chica sobre su hombro. Frunció el ceño y preguntó:
—¿No lo sabías? Era tan obvio desde siempre.
—Sé, pero simplemente no sé cuándo empezaste a gustarme —las palabras de An Jing sonaron casuales, pero solo ella sabía que su corazón había dado un salto, y una leve sensación de sofoco le dificultaba la respiración.
Xiao Changyi dejó de mirarla y continuó caminando hacia adelante. Después de dar un par de pasos, dijo despreocupadamente y con honestidad:
—Fue la vez que dijiste que incluso si regañabas a Niu Er, no culparías al cerdo sobre él.
An Jing estalló de risa de inmediato. Su corazón volvió a su lugar. Le gustaba ella, An Jing, y solo había gustado de ella, no de Lin Anjing, sino de ella, An Jing.
